Había perdido.
Perdió la pelea contra su propio padre, y era algo que se suponía que pasaría. De todos modos el alfa de aquella manada había acabado con miles de vidas solo, su fuerza le llevó a ser el alfa de la manada. Contrario a Adam que tenía en mente a su pareja, temiendo por él, porque podía sentir el aroma de Nick, y no lo quería junto a Luka. Quizá eso le desconcertó logrando que su padre le arañara el rostro y el torso, junto a una mordida en su pata, eso hizo que cayera al suelo y no pudiese levantarse. Ahí conoció su derrota.
Pero no era sencillo, Adam necesitaba a la manada para proteger a su pareja, sin ella entonces se convertirían en blancos de caza de otros lobos. Él era fuerte, pero se negaba a poner en tal riesgo a Luka, no iba a rendirse con tal facilidad.
Adam se levantó una vez más, gruñó cuando el torso le reclamó las heridas, empezó a caminar, cojeando, la pata delantera tenía los huesos rotos y no podía apoyarla adecuadamente en el suelo, debía apañárselas él solo para poder derrotarlo, encontrar una manera.
No duró mucho tiempo de pie, una vez más su padre se lanzó a él mordiéndole la otra pata para asegurarse que no podría con él.
Adam podía verlo, ver la mirada de su propio padre. Él no iba a detenerse, no iba a dudar en matarlo, porque ahora ya no era parte de su manada y mucho menos parte de su familia. No podía, Adam no quería dejar solo a Luka, no debía morir en ese momento.
Se las arregló para alejarse, arrastrando sus patas lastimadas. Necesitaba un plan o su padre lo mataría en ese momento.
Su mirada chocó contra la de Luka. El pequeño hombre lo miraba preocupado, sus ojos contenían la más pura tristeza mientras sus hombros eran sujetos por Nick que ya había llegado a la pelea. No importaba el odio, Adam agradeció aquel gesto, en ese momento no necesitaba a Luka peleando la batalla; no quería que salga lastimado, por eso quizá podía perdonar a Nick. De todos modos el lobo negro siempre había sido su más grande amigo y no podían separarse por algo tan trivial como el amor, algo que ya estaba decidido. Luka tenía su marca, ya nada se podía hacer, nadie podía quitárselo.
Aulló de dolor cuando su padre mordió otra de sus patas, esta vez sus huesos crujieron, rompiéndose en varios pedazos que le resultaban un infierno. Adam quizá estaba considerando su derrota, si se rendía en ese momento tal vez salga con vida y se necesitaba vivo para proteger a Luka.
—Ríndete —Su madre también observaba la pelea. Ella tenía lágrimas en sus ojos, sus manos sujetaban a su pequeña hermana que lloraba incluso más. Se arrepentía de causarles tal sufrimiento—, por favor.
—No —gruñó todavía en su forma de lobo.
Pelearía desde el suelo. Si no podía levantarse entonces esperaría que su padre atacara para así romperle el cuello con sus colmillos.
Su plan no funcionó.
Cuando estaba preparado para atacar, cuando veía que su padre se acercaba a darle el golpe final, entonces el golpe nunca llegó. Luka, en su forma de guepardo, se puso en medio, intentando dar pelea contra un lobo que le doblaba en tamaño. Para el alfa, Luka no representó ni una miseria de rival.
Los guepardos no eran buenos peleando, eran buenos para huir, pero no para pelear. Luka no era diferente, su cuerpo cayó a la primera mordida que le dió Falk, había clavado sus colmillos en su garganta, si presionaba un poco más entonces Luka moriría. Lo sabía.
Luka estaba a nada de morir en aquel momento, la herida en su garganta no dejaba de sangrar. El guepardo estaba a nada de perder la vida.
Los ojos de Adam se tornaron rojo, su respiración se hizo más pesada y el dolor en dos de sus patas ya no eran tan dolorosas. Adam perdió la consciencia un segundo, solo un segundo. Él dejó de pensar y simplemente atacó sin miedo, sus garras y colmillos brillaron ante el sol de aquella tarde; mordida, tras mordida tras otra tras otra. El odio le estaba cegando lo suficiente como para no pensar que estaba enfrentándose a su propio padre.
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Flesh (Gay)
HumorLa manada de los lobos es la más fuerte, bondadosa y con unos líderes increíbles. Su familia es una combinación explosiva que termina en perfección. Contrario a ellos, los gatos no tienen manada. Cualquier especie de felino vaga solo por el mundo...