Tenía que admitir que no era tan malo el ayudar en las tareas que mayormente hacían las hembras. Era algo degradante, sí, pero no malo. Porque a pesar de que le molestaba el hecho de haberse puesto en una situación en la que lo verían como la pareja femenina de un alfa, a decir verdad lo hacía bien.
No soportaba a los niños, eso era algo notable, pero era bueno con ellos; en cuanto no se les ocurriera gritar y chillar como si la vida se les fuera en ello. Luka simplemente se mantuvo quieto, y sonrió cuando tenía que hacerlo, incluso corrió por el lugar con los cachorros pues su energía era más que colosal. Los pequeños eran imparables y a Luka le hizo bien estirar las patas y pelear con lobos miniatura, teniendo la seguridad de no salir lastimado. Aunque los colmillitos de los cachorros eran delgados como agujas.
Adam se había rehusado a dejarlo ir a cualquier otro entrenamiento y el guepardo cedió, porque podía ver la preocupación en su lobo y quería ahorrarle la tarea de vigilarlo. Casi nunca daba su brazo a torcer, pero ahí estaba, obedeciendo al lobo gris y quedándose con las demás hembras para cuidar de los cachorros y preparar cualquier otra cosa.
Había un pequeño que le agradaba, era callado y quieto. El cachorro era un lobo albino cuyas energías se drenaban con facilidad, por eso siempre se mantenía quieto y observando. Sus ojitos eran soñadores, como si en cualquier momento se cayera dormido, y su sonrisa escasa era desapercibida. Era la cosa más pequeña y hermosa que Luka alguna vez conoció, dejando a un lado el hecho de que era lobo, pero el pequeño parecía entenderle y obedecerle sin que él se dignara a dictar la orden. Extraordinario.
La mujer que estaba a cargo parecía odiarlos a ambos. Media hora después supo la razón, la chica era hermana de Krista, algo que debió suponer cuando vio su cabello rojo y sus ojos casi blancos. Eso justificaba su odio hacia él, pero al pequeño no había razón para su odio contra el pequeño.
—Llevaré a los cachorros a la fuente de agua —Una de las mujeres que ayudaba de igual forma se apresuró a levantarse y empezar a caminar hacia el lugar indicado—. Mark se quedará acá, Luka se encargará de cuidarlo hasta que vuelva.
Y Luka no iba a oponerse, tampoco era una tarea difícil. No, en cuanto los demás cachorros se fueron, el rostro de Mark parecía más tranquilo, como si la presencia de los revoltosos niños le irritase, como a Luka. El pequeño lobo albino cayó dormido minutos después de que el lugar se quedara en silencio.
Eso dejó al pequeño fuera de la atención de Luka, y era como si estuviese a solas con la pelirroja que intentaba matarlo con la mirada. Por una de las otras mujeres supo que su nombre era Maya, sus padres tenían fama en la manada, pues eran conocidos como los que tomarían el poder si es que la familia del alfa fallara.
Maya se acercó a él con una sonrisa en los labios. Contrario a lo que cualquier otra persona hubiese pensado, ella le sonrió y se acercó, dispuesta a entablar una conversación con el guepardo. Y Luka, no queriendo causar problemas, hizo la conversación lo más amable que pudo.
Iban bien, la muchacha no lo atacaba con ironía o palabras de doble sentido, ella intentaba enseñarle como era que funcionaba la manada. Maya parecía amable, con su sonrisa perfecta y sus ojos que guardaban bondad, sí, parecía.
El ambiente ameno se rompió cuando ella se puso roja hasta las orejas y cayó al suelo con las rodillas temblorosas. Luka no era un gran conocedor de lobos, pero si de los cambia formas. Era claro que ella estaba pasando por su celo, y era peligroso, cualquier miembro de la manada podría aprovecharse de ella y podría lastimarla. Quizá Luka odiaba a los lobos, pero no eran tan cretino como para dejar que dañen a alguien.
Buscó en los demás cajones algunos supresores, era mejor apurarse, pero no encontró ni una sola pastilla que la ayude. Pronto Luka empezó a buscar más opciones, debía encontrar una manera de mantener a la loba a salvo. Quizá era la primera vez que ayudaba a alguien sin esperar algo a cambio, por eso no sabía muy bien qué hacer, y culpaba a su lazo con Adam por volverlo tan blando cuando en el pasado él la hubiese dejado en el suelo y hubiese salido de aquel lugar.
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Flesh (Gay)
HumorLa manada de los lobos es la más fuerte, bondadosa y con unos líderes increíbles. Su familia es una combinación explosiva que termina en perfección. Contrario a ellos, los gatos no tienen manada. Cualquier especie de felino vaga solo por el mundo...