Capítulo 7: El equipo

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Después de dos días de practicar con Aome, parecía que Inuyasha no avanzaba nada. La chica, cansada le dijo que después de la clase de Gimnasia podían consultarle a Miroku algunos ejercicios.

Mientras tanto tenía muchos equipos para observar y así decidir a cuál se uniría, mientras que Inuyasha tendría su primera práctica con el equipo de Atletismo.

Aome observó la primera prueba. Inuyasha tenía que correr 100 metros y lo hizo en un tiempo récord. La 2° parte debía ser con obstáculos, en la cual volvió a ser el mejor. Y la tercera era a campo traviesa dando más de cinco vueltas. Mientras que los demás chicos estaban exhaustos, él parecía que recién entraba en calor.

- Bien hecho Taisho -lo felicitó Hojo-. Estás en el equipo.

- Ja -murmuró Inuyasha sin hacerle mucho caso.

- Higurashi ¿estás segura de que no quieres participar? -preguntó Hojo.

Inuyasha la observó atentamente.

- No, gracias. Iré a ver cuál equipo se ve interesante. -Se fue de ahí mientras empezaba la práctica oficial siendo observada por un muchacho platinado.

Aome recorrió el gimnasio y vió al equipo de basquet, afuera estaba el de voley y en otro gimnasio se escuchaba a Miroku dando instrucciones al equipo de Kendo. Se cruzó con Sango que guiaba un grupo de chicas lejos de Miroku y todas llevaban un disco en la mano. Empezaba a impacientarse. Ninguno de esos equipos le llamaba la atención. Tal vez debería entrar al de Hojo después de todo. O quizás Sango quisiera entrenarla en el lanzamiento de disco. Iba a darse por vencida cuando escuchó el ruido de una cuerda tensándose y algo clavándose contra la madera.

Se acercó, buscando el sonido. Lejos del gimnasio había un pequeño grupo de chicas con ropa muy parecida a los que se usan en los templos. Un pantalón largo y ancho de color azul y un hitoe blanco. Algunos chicos llevaban las mangas atadas. Volvió a escuchar el sonido y se fijó que estaban practicando arquería.

- Hola, ¿viniste para las pruebas? -preguntó amablemente una chica.

- Ehmm... sí, bueno en realidad sólo venía a observar.

- Lo siento, pero las prácticas son cerradas y las pruebas fueron ayer.

- Oh -dijo tristemente-. ¿Hay alguna manera de que pueda presentarla? -Realmente le había interesado mucho ese deporte.

- Bueno... si hablas con la sensei tal vez te de una oportunidad. Acompáñame.

Aome la acompañó hasta donde se encontraba una chica dándole indicaciones a un grupo.

- Sensei, disculpe.

- ¿Sí? ¿Qué sucede Yuki? ¿Por qué no estás entrenando?

- Ésta chica quiere presentarse para la prueba.

- Pero las pruebas fueron ayer.

- Lo sé, pero le pido que me dé una oportunidad -respondió Aome.

La sensei la observó fijamente con sus ojos fríos.

- La arquería es un deporte que requiere esfuerzo, puntualidad y disciplina. Tú ya fallaste en una, ¿crees tener lo necesario en las otras?

- Sí, por supuesto -respondió Aome con toda confianza.

- Está bien, de acuerdo. Veamos que tan buena eres. Yuki, prepárala.

Yuki la llevo hasta un extremo del lugar donde se encontraban arcos, flechas y demás equipo.

- Normalmente los arcos dependen de cada persona, según su estatura y complexión física y son individuales. Hay arcos sencillos y otros más profesionales pero esos son caros y son usados por personas que pertenezcan al equipo olímpico por ejemplo. Tienes que tener tu propio arco pero eres más o menos de mi estatura y uno como el mío te servirá bien -explico mientras le enseñaba los arcos.

Yuki le estaba dando un curso intensivo de arquería. Cómo debía sostenerlo y pararse, que debía usar un protector de muñeca si practicaba muchas horas y a no soltar la flecha a menos que estuviera lista.

- Debes tener tu objetivo en la mira, párate firme y segura, lleva la flecha hasta tu mejilla, respira y cuando estés segura de tu objetivo suéltala.

- Yuki, ¿está lista?

- Sí sensei. Buena suerte -susurró a Aome.

- Cuando estés lista -indico la sensei señalando el blanco que estaba a 10 metros.

Aome estaba nerviosa. Todos se habían reunido para ver a la novata audicionando. Respiró hondo tratando de calmarse, realmente el deporte le llamaba la atención y haría su mejor esfuerzo. Posicionó el arco, apuntó, respiró una vez más y soltó la flecha.

Un murmullo se escuchó entre los presentes. Aome no podía creerlo, había acertado en el segundo círculo central de la diana.

- Bien hecho. Ahora veamos si puedes darle al que está a 15 metros.

Movieron el blanco unos metros más atrás. Aome lo veía más difícil atinarle esta vez pero volvió a posicionarse, se fijó que la posición de sus hombros y pies estuviera correcta, estiró el brazo y soltó la flecha.

Otra vez los murmullos se escucharon, ahora seguidos por felicitaciones. Otra vez había acertado al segundo círculo central, esta vez en el límite del centro.

- Bien. Ésta es tu última prueba. Intenta darle al que está a 20 metros -indico la sensei.

Aome confiaba en que lo lograría del mismo modo que los anteriores. Se posicionó con su vista fija en el objetivo, sintiendo como una extraña energía recorría su cuerpo.

Lo haré pensó antes de lanzar la flecha.

Esta vez hubo un gran silencio. Había fallado, la flecha estaba incrustada en los círculos exteriores. Ella bajo el arco un poco decepcionada.

- Fallé -susurró.

- No te preocupes, lo hiciste muy bien para ser principiante -la animó Yuki.

- Yuki tiene razón. Tienes buen porte y vista, sólo necesitas entrenar. Si te comprometes con las prácticas, te esfuerzas y practicas podrás volverte muy buena. ¿Cuál es tu nombre? -preguntó la sensei.

- Aome Higurashi.

- Higurashi, soy Sara y seré tu sensei, bienvenida al equipo.

Aome sonrió. La habían aceptado, al fin tenía un equipo que le gustara.

- Muchas gracias.

- De nada. Los horarios son los miércoles después de gimnasia y los viernes por la tarde. A veces practicamos los lunes, debes fijarte en los horarios y no faltar ni llegar tarde.

- No se preocupe sensei, haré mi mayor esfuerzo -aseguró Aome con entusiasmo.

- Bien, puedes ir con Yuki para practicar.

Aome asintió. Pasó el resto de la tarde practicando como sostener el arco, apuntando y conociendo el blanco. Después de unas horas la práctica terminó. Cuando salió encontró a Inuyasha que estaba esperándola.

- ¿Y bien? ¿Encontraste un equipo?

- Sí, me uní al de arquería -respondió contenta. Inuyasha estaba serio y callado mirando al frente-. ¿Sucede algo malo con ese equipo?

- ¿Uhmm? No, nada. Sigamos, se hace tarde. -Siguieron caminando mientras Aome le contaba cómo había sido su prueba y que casi no la dejaron hacerla pero que la sensei le dio una oportunidad.

- Ahora no debo faltar a ninguna práctica y esforzarme más que nunca -dijo Aome con toda la confianza que tenía-. ¿Y a ti qué tal te fue?

- Bien, el entrenamiento fue muy fácil -respondió simplemente aunque aún se veía pensativo hasta que llegaron a casa de Aome-. Nos vemos mañana Higurashi.

- Sí, hasta mañana -se despidió.

Aome les contó a su familia que ya tenía un equipo pero siguió preguntándose porqué Inuyasha no se veía entusiasmado con que ella haya entrado al equipo de arquería.

Conexión de la Época actual con la antiguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora