Mirada.

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Dedicado a YPMango ❤️ tarde pero seguro (:

-.-.-.

Sus ojos fijos en mí desde hace una hora y media comenzaban a perturbarme. A veces amo ser el centro de su atención pero aquella mirada fija por tanto tiempo en mi persona lograba sacarme escalofríos.

Comencé a pensar en qué error pude haber cometido sin darme cuenta. ¿Quizás se enteró que fui por aquella pizza sin él? ¿O sería aquella negación de hace un mes hacia el bolso gucci en el centro comercial?

Sacudí la cabeza, ya había pagado por la negación. Entonces, ¿la pizza? ¡No había manera! Incluso le pagué al repartidor extra para que no mencionara haberme visto.

-TaoZi... - Susurré con temor. - ¿qué sucede cachorro?

-Nada. - Su respuesta escueta sólo aumentó mi nerviosismo.

Esperé que desviara su vista hacia otro lado después de preguntarle, pero ocurrió todo lo contrario. Siguió con sus ojos en mí, tragué saliva comenzaba a sudar frío. No tenía ninguna idea de qué podría estar pasando por esa cabecita en este momento.

Me levanté del sofá en el que estábamos sentados, quizás si iba a otra habitación bastaría. Si, era mejor huir en mi situación. Pero no pude dar ni un solo paso, cuando su mano se aferró a mi brazo.

-Gege, no te vayas. - Fue apenas un susurro, si no hubiese sido por el silencio sepulcral del apartamento y mi costumbre a escuchar su voz baja todos los días definitivamente no le hubiese escuchado.

-¿Qué sucede Tao?, comienzas a asustarme. - Confesé mientras me agachaba para estar a su altura.

Pasé mi mano sobre su rostro, en una caricia leve para infundarle valor. Sus ojitos habían pasado a esa mirada vulnerable que ponía cada que tenía que sincerarse con algo que sabía no me gustaría.

-No sé YiFan, no sé como lo tomarás.

Le sonreí, estabamos a milímetros. Acerqué aún más mi rostro al suyo pegando nuestras frentes y rozando nuestras narices. Tomó aire y lo soltó lentamente mientras las palabras que salieron de sus labios después de esa larga respiración me dejaron helado...

-Espero un bebé.

Decir que grité de alegría, que lo levanté del sofá entre mis brazos sería una mentira. No hice nada de eso. En cambio, salté hacia atrás, estaba completamente helado. Sus palabras siguieron reproduciéndose una y otra vez en mi cabeza, que intentaba darles un sentido lógico. No había nada, estaba en shock. Él se levantó intentado seguirme.

-Gege, entenderé si tú no lo quieres. Si me quieres dejar, se que es los más extraño y que no estaba en nuestros planes pero... - Lo callé cuando algo hizo click en mi cerebro.

Mi boca sobre la suya lo silenciaron, sentí sus lágrimas correr por su rostro. Sus labios estaban salados a causa de ellas. Me separé de él mientras una sonrisa de oreja a oreja se apoderaba de mí.

-Tao te amo, te amo tanto y eso nunca lo debes de olvidar. Mi vida... Dios, no se que decir. - Miré su estómago donde tenía puestas ambas manos.

Me arrodillé frente a él quitando sus manos y levantando su camisa para dejarlo descubierto.

-Y te amo con toda mi alma desde este momento pequeño cachorrito. - Y deposité otro beso sobre el nuevo amor de mi vida. - Ya quiero enseñarte que es el verdadero estilo.

La risa que soltó Tao inundó el departamento, su risa contagiosa convirtió aquella tarde en la más feliz de mi vida. Por supuesto, siguiendo de aquella otra en la que mi pequeño panda decidió unir su vida a la de este pobre dragón.

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