Su lucha.

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El portador, le informó a Saulden que había encontrado al rey Vendrick, después de asesinar a Velstadt, un muy antiguo ayudante del mismo.

Prefirió decirle a su amigo, que a mi, tiene sentido, he sido neutral desde que nos conocimos, nunca he mostrado mis sentimientos... ni siquiera una sonrisa.

Vendrick no es más que un alma envenenada por la maldición, su estado es deplorable... pero eso no quita el hecho de que su resistencia es terriblemente poderosa, me he informado, y necesito almas de gigantes para que su resistencia baje lo suficiente y poder destrozarle.

Sostenía su barbilla mientras hablaba, y con esa sonrisa.
Saulden le contó que alguna vez escuchó que el antiguo dragón tenía en su poder un artefacto con el cual podía entrar en muy viejos recuerdos.

Esa es información muy valiosa, Saul, te lo agradezco desde el fondo de mi corrompida alma.

—No estás corrompido, portador de la maldición.

Solté sin poder evitarlo, él me miró un tanto sorprendido, mi rostro se sintió algo caliente, y me giré trantando de ocultarlo.

¿todo bien, Heraldo de Esmeralda?

—Si.

Él era un ser próximo a convertirse en monarca de Drangleic, alguien que traería paz y quitaría la maldición del reino.

Pero, su actitud me dejaba con un sentimiento indescriptible en mi alma.

Dark Souls II: Intertwined SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora