Narras tú,
Recuerdo que todo me estaba saliendo mal, aquel día me había levantado con el pie izquierdo; pues desde la mañana había estado teniendo accidentes por decirlo de alguna manera. Se me había hecho tarde incluso el llegar a la casa de té.
Llevo mucho tiempo trabajando en este lugar... Luego de que mis padres fallecieron la vida se ha vuelto muy complicada para mí y sólo existo yo. No hay nadie a quien recurrir en caso de emergencia, pero no siento miedo había estado haciendo las cosas sola desde los 13 años con perfectos resultados aunque hubiera preferido no haber dejado de lado mis estudios, ahora solo dependo de los trabajos que consigo para poder mantener el alquiler.
Narra tercera persona,
Te la habías pasado pensando en lo desafortunada que podías llegar a ser, pero no era por querer hacerte la "víctima" sino que realmente estabas experimentando las consecuencias del estrés. La posterior depresión, pero podías ocultarlo perfectamente.
-¡Lo lamento mucho!- volviste en sí luego de que cruzaste miradas con el peliazul y este solo se mantuvo en silencio con aquella expresión de seriedad que daba escalofríos porque no sabías si estaba molesto o no.
-Realmente fue un sonido preocupante el de tu golpe...-Añadió Masato quien soltaba tus brazos y tomaba distancia aún sin quitar la mirada de encima. -Te miras algo cansada.-Dijo este sin tapujos y volviendo a tomar asiento en lo que Fujiwara te miraba preocupado.
-Que torpe soy amo... Jaja disculpen en serio, ¡en seguida traigo sus órdenes!- dijiste para salir fugazmente totalmente avergonzada.
-¡Dios, pero qué sucede conmigo!... Aff, ¿y qué con esa actitud de ese chico?... Es realmente escalofriante, lo que faltaba; siempre me tocan los clientes raros. - renegaste en voz baja suspirando, y sin embargo la imagen de sus ojos sobre los tuyos te invadió el cuerpo y la mente logrando enrrojecer tus mejillas.
(Ah no no no... Lo que faltaba, ¿a caso me gusta? ; eso es imposible... ¿Quién se fijaría en un sujeto tan extraño?) pensaste en lo que volvías a la cocina en general para preparar la orden de ambos clientes ahora ya más calmada. Todo parecía perfecto sobre la bandeja y con actitud sujetaste la bandeja con todo lo requerido para encaminarte hacia el anciano y el peliazul.
-Lamento la tardanza amo...- Dijiste con algo de timidez ordenando las cosas sobre la mesa, en lo que tu respiración se volvía agitada.
Masato había cerrado sus ojos por un momento dejándose llevar por el aroma de las infusiones, realmente se sentía encantado con la sensación que se sorprendió de si mismo y abrió los ojos de golpe y su corazón se estremeció como si aquello le hubiera devuelto la vida. Fujiwara rió al ver las reacciones de los jóvenes quienes parecían dos niños y a ambos les sacó de sus mundos.
-¿Hm?- soltaron un sonido Masato y tú al unísono que los hizo volver a mirarse, esta vez Masato desvió rápidamente la mirada y tú te sonrojaste con aquella acción algo infantil.
(¿Eh?, ¿me ha evitado?...) frunciste un poco el ceño y Fujiwara se sonrió para sí.
-Espero que lo disfruten.-Dijiste con una sonrisa algo forzada e hiciste una reverencia para así alejarte del lugar.
-Parece una señorita interesante... ¿Verdad joven amo?-soltó en un comentario el anciano mirando a su nieto postizo quien volvía a divagar en sus pensamientos.
-Hm...- Asintió Masato soltando aquel sonido de su garganta y juntando sus labios.
No podía estar más concentrado en su té que levantó la taza con cuidado para oler aquel aroma y finalmente sus labios sintieron el frío de la taza junto con el vapor acariciándoles, había sonreído suavemente, discreto... Como no queriendo que le vieran disfrutar de aquello.
Narra Masato,
(El aroma es muy suave y puedo percibir que son pétalos tratados anteriormente... Esta chica, ¿dónde aprendió a manejar la esencia de la flor de cerezo?) me preguntaba en la mente en lo que sentía el vapor sobre los labios, mi corazón se estremecía y aquel sentimiento me producía un dolor en el pecho. De pronto en aquel trance mi mente me jugó una mala pasada, pues había sentido la sensación de presión sobre mis labios como si se tratara de un beso. Me quedé perplejo mirando a mi abuelo en lo que sentí un calor sobre mis mejillas.
Fujiwara me miraba sin entender por lo que estaba experimentado y solo pude bajar la mirada para dar mi primer sorbo, el anciano se calmó y sonrió al verme por fin beber; pero no acabé de impresionarme... El té, su sabor era inigualable. Quise guardar la emoción y apreté los ojos fugazmente deleitándome en el sabor.
Narra tercera persona,
Una singular muchacha espiaba al peliazul detrás de las vitrinas expectante luego de haber huido en lo que entregaba la orden a la mesa adherida a la ventana y en la que estaban sentados el peliazul con el hombre mayor.
Tu injustificable molestia se desvaneció en seguida en lo que percibiste cada una de las expresiones del muchacho, sonreíste a la par con él. Habías hecho un buen trabajo y te mantuviste orgullosa de tu habilidad.
-Anda ya... ¡Es mi más grande creación!- susurraste contenta y te llevaste las manos a la cintura en una pose triunfante. Y de pronto te sentiste una tonta al espiarle, nuevamente tus mejillas se sonrojaron pues estabas entendiendo que sentías atracción por aquel extraño sujeto quien simplemente era un cliente.
Le miraste de reojo y sonreíste continuando con tu trabajo, deseando haberlo capturado con tu infusión para que así volviera nuevamente en otra ocasión a beber un té.
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¿Y que hubiera pasado si...?
RomantizmUna pequeña historia que relata la vida de Masato Hijirikawa si es que en lugar de haber sido idol se hubiera convertido en el nuevo líder del conglomerado Hijirikawa, y lo que es más relevante... ¡Tú serás el coprotagonista!.