PUERTO DE LLEGADA

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La sonrisa en mi rostro
no siempre dice la verdad;
todos miran mi semblante,
pero es simplemente vanidad.
Llevo mil batallas en la guerra,
muchas de ellas sin victoria,
cargo heridas y tragedias,
en mi alma luz y oscuridad
y sueños rotos entre mis venas.

He luchado con demonios
y caminado solo por la arena
de un desierto interminable.
Me he quedado sin fuerzas
entre frustraciones y recuerdos.
He callado más de lo que digo,
aunque algunas palabras escapan
entre las letras de mis versos,
que de tanto levantarse del suelo,
han perdido rimas y secretos.

Todos ven mi sonrisa,
pero pocos la sangre derramada,
mis rodillas desgastadas
de tanto besar tablas mojadas,
cuando las tormentas inundan
mi débil barca naufragante,
cansada de tanto soñar,
durante millones de instantes,
contemplar el puerto de llegada.

Hoy sonrío por orgullo,
para que piensen que estoy bien,
pero principalmente porque sé
que en medio de mi mundo,
he sido mi propio héroe;
entre silencios y murmullos,
he permanecido de pie.
Entre el pasado y el futuro,
he luchado por mi fe,
por mis sueños y deseos,
y por no ver mis estrellas caer.

Solo quien se atreva a mirar
en lo más profundo de mis ojos,
podrá conocer esta verdad:
que traigo dentro una guerra,
y a pesar de todos mis miedos,
mis delirios y mis enojos,
conservo mi humanidad.
Y no sé por qué, ni sé cómo,
sigo sonriéndole a la eternidad.

Polvo de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora