GRAVEDAD

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Éramos tan jóvenes...
dos almas descubriendo
sus propias galaxias,
mientras soñábamos
conquistarnos el uno al otro.

En las mañanas
caminábamos por la arena,
En las noches
corríamos por la luna.
El calor nos consumía
cuando la gravedad nos unía.

Tú estabas ahí
cuando yo no podía más;
tu voz sanaba mis heridas
y tu débil sonrisa,
traía paz en mi huracán.

Yo te escribía poemas
y tus ojos resplandecían,
tú decías una sola palabra
y yo volvía a la vida,
deseando jamás regresar.

Es que eso eras para mí:
ese uno entre un millón,
esa luz que brillaba más,
un sueño que se hacía realidad,
una estrella que era fugaz...

No te culpo, ni me culpes,
solo queríamos amar;
jurando que era el destino,
ignorando que éramos niños
fingiendo que sería infinito.

Nos negamos a entender
que todavía,
había caminos por recorrer.
Que solamente fuimos uno,
increíble y hermoso,
pero uno al fin.

Tan niños, tan aferrados.
Nunca quisimos soltarnos,
pero el viento nos llevó...
a otras vidas, otros mundos
y otros brazos.

Muy dentro de mí sé
que cada noche,
soñamos con lo que vivimos,
deseando que algún día,
la gravedad vuelva a unirnos.

Polvo de EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora