Capítulo 14

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JongIn

Con la distracción del disparo, JongIn casi había olvidado la hora que habían pasado en su estudio, KyungSoo presionándose contra él, cálido y dócil.

JongIn observó mientras KyungSoo miraba a Taemin con preocupación en su cara.

A lo largo de la semana, había extrañado la presencia de KyungSoo, los ojos miel centelleaban mientras reía, los labios suaves se dibujaban en una sonrisa. Taemin había mencionado la entrega del cuchillo. Entonces KyungSoo le había traído una bebida a JongIn, se inclinó cuando JongIn lo besó, y JongIn se había dado cuenta que no podía mantenerse alejado.

Quería más de KyungSoo, quería que KyungSoo visitara su estudio otra vez. Se había perdido el modo en que KyungSoo bromeaba con él, sus extremidades relajadas, sus pestañas brillando.

KyungSoo había sacado el cuchillo, dejo que brillara entre ellos como una advertencia. No se había dado cuenta que JongIn podría matarlo con la misma facilidad.

Entonces alguien le disparó a Taemin. KyungSoo los había seguido hasta el baño y ayudado a curar la herida. Y a pesar de todo, KyungSoo había estado preocupado por el mayordomo. A pesar de la actitud distante con la que Taemin lo había tratado, a pesar de saber que Taemin no estaba de acuerdo con su presencia, KyungSoo había ayudado, buscando una toalla, entregando gasas a JongIn del botiquín de primeros auxilios.

KyungSoo se preocupó tanto por todos menos por él mismo, y JongIn lamentó mantener su distancia durante toda la semana.

Excepto que KyungSoo también había amenazado con matarlo. Habían salido del estudio sin resolver nada, y... tal vez JongIn debería prestar atención a la advertencia de KyungSoo. Él no debería confiar en otro humano.

En pasillo del baño, KyungSoo retrocedió cuando terminaron de cubrir la herida de Taemin. Apenas respiraba, pero su corazón latía con fuerza, y su mirada se movió con dificultad alrededor. JongIn lo miró por el rabillo del ojo, su piel hormigueaba. ¿Qué pasa?

Sin decir una palabra, KyungSoo salió del baño, dejando a JongIn con Taemin. El mayordomo se encontró con sus ojos, tocando la gasa en su mejilla. — Gracias. Estaré en la biblioteca si necesitas ayuda.

JongIn asintió, siguiéndolo al pasillo. Si Taemin estaba bien, entonces JongIn investigaría los jardines afuera. Ese disparo lo sentía mal. —Voy a salir.

Taemin se detuvo, volviéndose. —No lo haría, si fuera tú.

¿Por qué?

No sabemos quién queda por ahí.

Voy a salir de todos modos —dijo JongIn. Los pasos de KyungSoo sonaron desde el vestíbulo. JongIn lo alcanzaría, vería si estaba bien.

El mayordomo frunció el ceño. —No. Por favor no lo hagas.

¿Porque diablos no?

Taemin vaciló. Luego murmuró: —Llamé a la policía por su seguridad, señor. Ellos pueden... haberse contactado con los federales.

JongIn se congeló. —¿Fuiste tú?

Después de pasar horas discutiendo la seguridad de la mansión, después de programar citas para instalar las cámaras, tratando de descubrir quién acechaba a KyungSoo... había sido el propio personal de JongIn el que había delatado a KyungSoo. Taemin había trabajado para él sesenta años.

Joder. —Sabías que lo quería aquí —gruñó JongIn. —¿Cómo diablos creíste que fue una buena idea?

Sabes lo que él puede hacerte. —Taemin levantó la barbilla, desafiante. —No quiero verte atrapado, o muerto, por su culpa.

JongIn aguzó el oído por KyungSoo. Pasos en el vestíbulo, la puerta crujiendo. La lluvia golpetea en los escalones de la entrada y la puerta cerrándose. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. KyungSoo se estaba yendo. Los federales estaban afuera.

¡Maldita sea, Taemin! —JongIn se giró, la ansiedad le atravesaba el pecho. KyungSoo no sabía que los federales estaban allí afuera.

¿Cómo estás tan seguro que puedes confiar en él? Él puede llevarte a una trampa.

JongIn se detuvo, el destello de ese cuchillo plateado brillaba en su mente. Había confiado en Taemin todo, y Taemin había llamado a la policía por KyungSoo. Sesenta años, y eso no fue suficiente. ¿Qué más había pasado con KyungSoo? KyungSoo había aparecido en la mansión de JongIn, tentó a JongIn con su sangre. JongIn había perdido el control con solo probar una gota de él.

Lo conoces desde hace una semana. —Taemin lo miró con dureza. — ¿Cuánto sabes realmente sobre Do KyungSoo?

JongIn recordó a DongSun nuevamente. La sonrisa tranquila en la cara de DongSun hace tres siglos, su mirada fría mientras se alejaba de la cama de JongIn. Los cazadores entraron por la puerta del dormitorio, fluyendo alrededor de DongSun como el agua alrededor de una roca. Se habían abalanzado sobre JongIn, golpeándolo, sosteniéndolo con sus guantes forrados de plata. El dolor había atravesado su piel, y JongIn había estado sin aliento. Luego apuñalaron su pecho, tratando de perforar su corazón.

En muchos sentidos, KyungSoo era como DongSun. Habían aparecido convenientemente, interesado en JongIn, durmiendo con él a pesar de su sangre de vampiro. Se ganaron la confianza de JongIn, lo tentaron, bromearon con él y se metieron debajo de su piel... y tal vez KyungSoo había estado probando a JongIn, tratando de ver cuán fácilmente podría sucumbir.

JongIn respiró a través de la amargura en su pecho. ¿Había sido todo un montaje? ¿Había llevado Taemin al agente a la tienda, o el agente había estado trabajando con KyungSoo, amenazando a KyungSoo para que pudiera ganarse la confianza de JongIn? Tal vez KyungSoo había estado trabajando lentamente hacia el corazón de JongIn, seduciéndolo, durmiendo con él.

Y los federales estaban aquí para JongIn, en lugar de KyungSoo. JongIn le había dado a KyungSoo ese cuchillo, pensando que protegería a KyungSoo de sí mismo. Pero KyungSoo no necesitaba protección, ¿o sí?

JongIn se dirigió a la puerta principal, lamentando haber dejado a KyungSoo tan cerca.


01. Sangre prohibida (KaiSoo/KaDi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora