Epílogo

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KyungSoo

Nueve meses más tarde.

-La comida ya debe estar viva, realmente no quiero abrir esa puerta, -dijo KyungSoo, mirando la nevera zumbando en su vieja cocina.

Junto a él, JongIn arqueó una ceja, divertido. -Has matado a cinco vampiros, ¿y no te atreves a abrir una nevera?

-¡Podría estar vivo! -KyungSoo se estremeció, le picaba la piel. - ¡Mohoso! ¡Cosas espeluznantes saliendo de todas las cajas!

-O podría verse bastante normal, -dijo JongIn. -Muévete. No voy a estar esperando todo el día.

KyungSoo gimió.

Habían pasado nueve meses desde su escape de Seúl. Horas después que salieron de la casa, más federales habían llegado, y JongIn había recibido noticias que los vampiros del aquelarre habían ido a investigar. La pelea resultante había sido sangrienta. JongIn había puesto las cosas en su mansión en una subasta, las compró de forma anónima y las envió a varias direcciones de reenvío en el país.

En este momento, los federales habían perdido su rastro e incluso el aquelarre había quedado en silencio. KyungSoo había especulado que los vampiros estaban peleando por la posición de líder del aquelarre, y no tenían tiempo para un hombre que habían visto como una amenaza. Especialmente ahora que ningún otro vampiro había muerto.

JongIn no había vuelto a probar la sangre de KyungSoo. En algún momento, cuando las cosas con los federales y el aquelarre se calmarán aún más, visitarían al amigo de JongIn, un vampiro que investigaba sobre la sangre. Con un poco de suerte, encontrarían una manera más segura de alimentar a JongIn de KyungSoo.

Habían encontrado una mansión en el centro de Busan, lo suficientemente cerca del amigo vampiro, pero lo suficientemente lejos para que no tuvieran que visitarla. SunHee y el jardinero se habían unido a ellos también, y KyungSoo ahora podía bromear con Taemin, ganando bromas amistosas en respuesta.

Y ahora que los federales habían dejado de mirar el viejo departamento de KyungSoo, habían regresado, buscando cosas que KyungSoo quería salvar.

-¿Hay algo más que quieras de aquí? -JongIn miró alrededor de la polvorienta cocina. -Cuanto antes abras el refrigerador, más rápido podremos ir.

-Aparte de las cajas que llené, no realmente, -dijo KyungSoo, recordando los viejos marcos de cuadros, las ollas y sartenes que había apilado cuidadosamente en una caja de cartón. -Pero será bueno no pagar más el alquiler en este lugar.

-Así que abre esa nevera, -dijo JongIn, sonriendo. -Prometiste a tu casera.

-JongIn. Te amo y te odio.

JongIn le dio una palmada en el culo, y KyungSoo fingió fulminarlo. Luego respiró hondo y abrió la puerta.

Por un lado, no había gusanos. El interior de la nevera olía a humedad, como si las verduras hubieran salido mal. Los plátanos se habían convertido en un montón de papilla negra, y los tomates habían salido, habían crecido y se habían secado. KyungSoo retrocedió con un grito y el horror resbaló por sus extremidades. Detrás de él, JongIn miró a la nevera. -No está tan mal.

-¿No está tan mal?

-Sí. Podrías haber tenido una nevera rota y ratas viviendo dentro. JongIn pateó la basura en la cocina, pisando el pedal para abrirla. -Vamos, déjalos en la basura.

KyungSoo se encogió. Cogió un par de bolsas de plástico para usar como guantes y buscó la comida podrida. Junto a él, JongIn se arremangó, agarrando las botellas de salsa. -Hace un par de cientos de años, no teníamos refrigeradores. Las cosas se pusieron feas bastante rápido.

KyungSoo se estremeció, sacando la comida a la basura. -¿No estás contento por los refrigeradores ahora? Ciertamente hacen la vida más fácil.

-Una nevera te hizo quedarte en mi garaje, ¿no? -JongIn sonrió, y las mejillas de KyungSoo se calentó. -Estabas comiendo la comida de allí.

-Sé que yo era un ladrón de alimentos en el garaje. Pero la comida era buena. KyungSoo sonrió. JongIn lo codeó, sus ojos brillando con humor.

Si no hubiera sido por la nevera de JongIn, KyungSoo probablemente se habría ido. Pero había estado allí, y KyungSoo se había quedado, y... JongIn lo había atrapado. Y realmente no fue tan malo, pensando en ello. Había encontrado comida, refugio y luego a JongIn.

Y eso hizo que todos esos meses de huida valieran la pena.

-¿Por qué sonríes? -Preguntó JongIn.

-Por ti,-dijo KyungSoo, dejando caer botellas de salsas expiradas en el bote de basura. -Si puedes creerlo.

Se encontró con los ojos de JongIn, y por un momento, KyungSoo cayó en su mirada carmesí de nuevo, disfrutando del puro calor de esta.

-Limpia primero la nevera, -dijo JongIn, echando un vistazo a los estantes medio vacíos. -Entonces hablaremos sobre sonreír.

Sin embargo, JongIn se inclinó y, con la ropa polvorienta y las manos llenas de bolsas de plástico, KyungSoo se apretó más y se encontró con sus suaves labios.

Después de vaciar el refrigerador, soltaban las bolsas de basura en los contenedores de basura, metían las cosas sentimentales de KyungSoo en el auto nuevo y conducían a su casa en una mansión que daba al centro. Por ahora, sin embargo, KyungSoo estaba contento que JongIn estuviera con él, aunque mantenían un perfil bajo, ya no tenían que correr más. Tenían una vida juntos, y las cosas estaban pacíficas.

-Me alegro de haberte encontrado, -murmuró JongIn.

-Yo también, -dijo KyungSoo, sonriendo contra sus labios.

Volvieron a besarse bajo el ventilador de techo giratorio, a salvo en este nuevo capítulo de sus vidas.

🐧La segunda parte de la serie Forjado En Hierro está disponible en mi perfil,  titulada: Profesor sangre adaptada a ChanBaek. ¡Gracias por leer!💓

01. Sangre prohibida (KaiSoo/KaDi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora