Dolor...Un dolor atroz es lo único que siento, es como si alguien hubiese extraído todo el aire de mis pulmones y comenzara a ahogarme a todo velocidad.
Grité, grité con todas mis fuerzas hasta sentir que la garganta me quemaba y perdía por completo la voz. Las lágrimas eran incontenibles y me mordí el labio hasta hacerlo sangrar. Nunca entendí a las personas que se cortaban o se herían para hacerle frente a sus problemas, hasta que deseé que el dolor físico aplacara este dolor emocional, que me adormecía el cuerpo y anulaba mis sentidos.La imagen de su cuerpo sin vida se había grabado a fuego en mi memoria, su cabello rojo, sucio y enmarañado, la extraña posición en que se encontraba su cuerpo, sus ropas desgarradas, la mirada sin brillo de sus ojos, las heridas en su cuerpo y el agujero que la bala había hecho en su sien... No pude controlarme y vomité, vomité todo el contenido de mi estómago, estaba mareada, el olor que despedía el cadáver me provocaba arcadas y la bilis me subía hasta la garganta quemándome.
Los paramédicos volvieron a tratar de acercarse pero les hice señas con la mano para que ni lo intentasen. Me llevé una mano a la frente y limpié las gotas de sudor que bañaban mi rostro, sentía el cabello pegado a la nuca y me tambalié hasta incorporarme precariamente.
Tomé el móvil y con gesto tembloroso marqué el número de Nathalia, mi madre descolgó al segundo tono:
- Qué pasó - dijo con vos firme pero apremiante, ella y yo sabíamos la gravedad del asunto si yo me disponía a hacer una llamada en aquellos instantes.
Trate de hablar, pero la voz se me quedó atascada en la garganta, apenas pude articular unas palabras pero mi madre lo entendió todo
- Abby - susurré, tratando de encontrar las palabras para expresarme, pero estaba tan aturdida que el celular se resbaló entre mis manos húmedas por las lágrimas y se astilló contra el duro suelo de granito con un ruido sordo que retumbó por los pasillos, lo último que alcancé a escuchar fue un
- Voy para allá -Una semana después
Me levanté agitada aún por la pesadilla y me incorporé hasta alcanzar un vaso de agua de la mesita de noche. A duras penas logré tomarme el agua sin vomitar. Le había dicho a la buena de María, la empleada doméstica, que no era necesario hacer un alboroto, que hoy iría a cenar, aunque no veía como iba a lograr retener algo sólido en mi estómago por más de 2 minutos. Miré el reloj, eran apenas las 3 de la madrugada y fuera hacía mucho frío, deseaba poder dormir unos instantes, pero la idea de tener otra pesadilla me aterraba.
Me levanté lentamente, dando apenas unos pasos y miré mi reflejo en el gran espejo que se hallaba justo al lado de la cama, tenía las ojeras muy marcadas y un aspecto desaliñado, apenas podía reconocer a la chica que solía ser a esa extraña que en esos instantes me devolvía la mirada, una mirada tan vacía, tan rota, tan llena de demonios... Suspire y desvíe la mirada paseandola por la habitación sin rumbo fijo hasta dar con la pared de detrás de la cama. Varias frases, fotos y pegatinas la decoraban. Avancé vacilante rodeando la cama para acercarme y miré las fotos enmarcadas en las paredes de la habitación. En una de ellas estábamos Abby y yo con unos conos de helado gigantes en un parque de atracciones. Cuando la foto fue tomada era el cumpleaños de una prima de Abigail y fuimos juntas a la celebración. Miranda, la madre de Abby nos llevó en su coche. Las lágrimas comenzaron a empañar mis ojos y los recuerdos hasta entonces reprimidos se dispsraron con tal intensidad que me abrumaban. Abigail y yo fuimos amigas desde los 8 años y formamos un vínculo indestructible e irreemplazable.
Abby era más que mi mejor y única amiga, era como mi hermana. Y es que habíamos pasado por tantos acontecimientos juntas que no se podían borrar, y ambas pertenecíamos al mismo vacío y jodido mundo del que no podíamos escapar.
Me encamine hacia el armario y tomé un par de ropas al azar y fui hasta el cuarto de baño, me duché y me vestí con premura.Mi madre no me había permitido asistir al entierro, pero necesitaba despedirme de ella. Abrí una de las gavetas de la cómoda y saqué una pistola, me coloqué la capucha del abrigo y me enfundé la pistola en la parte trasera de los vaqueros, minutos más tardes me hallaba en la entrada del cementerio.
El frío era intenso y podía apreciar con claridad el vaho que se arremolinaba al rededor de mi rostro cada vez que exhalaba. Cerré con fuerza el abrigo alrededor de mi torso y me abracé los codos en un intento por conseguir algo más de calor.
El cementerio estaba a oscuras por completo, apenas lograba distinguir la silueta de mis manos, resoplé, había olvidado coger mi teléfono y ahora lo lamentaba, me hubiera sido muy fácil guiarme con la luz de la linterna. Comencé a avanzar a tropicones, abriéndome paso entre las lápidas y las estatuas. Por suerte las tumbas estaban colocadas por orden, así que después de varios intentos logré por fin vislumbrar la que fuera la tumba de Abby. La luz de la luna ahora bañaba el cementerio, aproveche los destellos de luz que brindaba, y avancé con paso firme, conteniendo las ganas de correr y abrazarme a su tumba en busca de consuelo. Observe el sitio donde reposaba el cuerpo sin vida de mi amiga con atención, contemplando cada detalle. En la hermosa lápida tallada en mármol versaba un conmovedor epitafio escrito por Miranda. Varias rosas rojas reposaban recostadas a ella y olía a tierra húmeda y a madreselva, casi podía jurar que de alguna forma la esencia de Abby estaba presente.
Dejé que los recuerdos me invadieran, todas las veces que habíamos reído juntas, las pijamadas, la de veces que nos maquillamos, que fuimos de compras, lo mucho que odiaba los mariscos, lo fatal que se le daba mentir, su extraña forma de bailar, como si fuera un pato con asma, sonreí limpiando las lágrimas que sin darme cuenta bañaban mi rostro. Abby no querría que llorara en su tumba, no, así no podría descansar en paz, ella necesitaba justicia y yo, yo necesitaba venganza, y la tendría, las dos la necesitábamos. Mataría a la persona que me había arrebatado a mi mejor amiga, lo haría sin la ayuda de nadie, necesitaba hacerlo sola, pero tendría que actuar con rapidez, antes de que mi madre descubriera lo que intentaba llevar a cabo. Mientras contemplaba por última vez la tumba de mi amiga ya había formulado un plan en mi mente, que a partir de mañana comenzaría...
Hola a todos !!!, primero quiero darles las gracias a TODOS por leer el primer capítulo de la historia, comenten que tal les parece la trama hasta ahora, se que apenas es el primer capítulo pero para mí es muy importante su opinión... Y un detalle más, me pueden dar una ayudadita con la portada, la verdad es que se me da fatal !!!
PD-1 : Si quieren saber más de la historia pueden seguirme en Instagram como argeliam01
PD-2 : Estoy deseando que conozcan a nuestros chicos, pero les advierto que van a robarles el corazón <333, así que lean bajo su propio riesgo :')
Ahora si ya me despido, besos infinitos y un abrazo sin precedentes, Argelia.

ESTÁS LEYENDO
Just Secrets
Fiksi RemajaJust Secrets Mafia, amistad, muerte, venganza, amor, traición, mentiras, ese es mi mundo, esos son mis secretos... Estoy más que segura que todos están esperando la típica historia romántica, en la que la chica buena es salvada por el chico bueno pe...