La noche había caído hacía bastante; eran vísperas de Navidad y Jack se había infiltrado en una celebración de la alta sociedad en un recinto privado, alejado de la ciudad.
Hace aproximadamente una semana había llegado al Observatorio la noticia de que Talon estaría encargado de la seguridad de dicho lugar, lo que significaba la posibilidad de que Gabriel, el excomandante Reyes, estuviese merodeando por allí.
Cuando el informante pronunció el nombre de Gabe, Jack enmudeció.
Gabriel. Vaya, había pasado un año y un poco más. El solo hecho de pensar estar en el mismo sitio que Gabriel Reyes luego de todo ese tiempo, simplemente le erizaba la piel.
Y allí estaba ahora. Bebiéndose el resto del champagne que quedaba en su copa alta. La celebración, que según parecía se debía al cumpleaños del hijo mayor de la familia Lowell, era una fiesta al más puro estilo de la aristocracia británica. Los invitados llevaban trajes muy ornamentados y decorados, y antifaces cubriendo la mitad de sus rostros.
Jack tragó en seco el alcohol que se deslizó en su garganta junto con el tintineo de la copa al dejarla sobre la superficie del mesón. El champagne no era precisamente de su gusto, pero debía aparentar o terminaría levantando sospechas porque ¿a quién no le gustaba el champagne?
Música clásica sonaba desde los altavoces dispuestos sobre los grandes telones que cubrían los ventanales del salón principal y parejas bailaban en el centro del hall, siguiendo las armónicas notas del piano. En ese momento, Jack no supo cómo actuar cuando una mujer tomó de su hombro invitándole a una pieza, así que fingió que se sentía mareado para poder escapar de ella y de ese ambiente que en cualquier momento terminaría ahogándolo.
Llevaba una hora y media en ese sitio, y no había rastro alguno de Gabriel.
Con pasos apresurados, salió del hall central y tomó la ruta hacia el jardín de la hacienda. Al llegar, quedó deslumbrado. Una oscura capa cubría el cielo de Nochebuena y una suave corriente de viento frío movía los ramas y frutos de los árboles del jardín. Con un deje de admiración, Morrison caminó sobre el sendero de cemento que se erigía en medio de la vegetación del lugar. Faroles iluminaban el largo camino de rosas y camellias que rodeaban estatuas de Cariátides, y una pequeña capa de nieve cubría las hojas de los arbustos. Deteniéndose, Jack alargó sus dedos para limpiar cuidadosamente las hojas húmedas y nevadas de un tulipán que recién comenzaba a florecer.
—No se permite tocar las flores, sir. —escuchó de pronto a sus espaldas y Jack no pudo evitar sobresaltarse ante la impresión con un ligero quejido que inevitablemente le hizo sentir avergonzado.
Creyó que estaba solo en el jardín, debió haber puesto más atención a su alrededor.
—Sólo limpiaba los pétalos —dijo Morrison tras un momento, y se giró sobre su propio eje hacia la persona que se hallaba tras él. Cuando sus ojos se encontraron con los ajenos, el tiempo se detuvo un instante.
Gabriel estaba allí, frente a él. Con un traje largo y oscuro, como jamás en su vida lo había visto antes.
—¿Te asusté? —Reyes curvó una media sonrisa, rompiendo el silencio que Jack no se había atrevido a quebrar.
—Hm... Algo... —reconoció Morrison en voz baja, acariciándose el antebrazo y mirando alrededor, buscando si había más gente allí además de ellos. ¿Tal vez Talon le había tendido una trampa?
No, no. Ni Gabriel ni Moira serían capaces de hacer algo así... ¿o sí?
Cuando Morrison volvió a mirar a Reyes con una expresión de desconfianza, éste avanzó un paso hacia el rubio.
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Maneras de besar
FanfictionOneshots y drabbles de Overwatch. Como una despedida | Reaper76 Como una disculpa | McHanzo Como una mentira | McGenji-McHanzo Como un pago | McHanzo Como una inspiración | McGenji Como un reencuentro | Reaper76 Como un reto | MoiCy Como un adiós |...