Como una inspiración | McGenji

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McCree observó a su alrededor y luego volvió la vista al frente nuevamente. Eran casi las doce y media de la noche.

Por un momento había comenzado a pensar que esa noche no pasaría nada, hasta que de pronto vio las luces encenderse en el segundo piso de la casa vecina.

Jesse acomodó los brazos sobre el marco de su ventana y comprobó la hora.

Esta vez se había tardado doce minutos, pero ahí estaba.

Genji Shimada.





El chico de cabello negro y ojos rasgados entró a su habitación exhausto y cerró la puerta del cuarto, descolgándose el bolso de su hombro y lanzándolo a la cama.

Shimada era el point guard y capitán del equipo de baloncesto de la universidad. McCree lo había visto por primera vez cuando fue a mirar uno de los partidos amistosos de la prefectura, y luego comenzó a toparse con él seguido ya que Genji se había mudado a la residencia universitaria, en la vivienda contigua a la que Jesse compartía con Jamison Fawkes.

Genji se pasó una mano sobre la nuca, desordenándose el cabello. Estaba extenuado; el entrenamiento esa tarde había sido especialmente duro. En vista de que se acercaban las eliminatorias del torneo de primavera, el equipo debía mantener un ritmo de alta competencia y Akande Doomfist, el entrenador, no estaba dispuesto a perder tiempo por ningún motivo.

—¿Disfrutando del espectáculo, McCree? —preguntó Genji entonces con un deje de sofocación, acercándose a los ventanales de su habitación mientras se quitaba la camiseta. La fría corriente de aire que provenía desde afuera le erizó la piel cálida.

Genji siempre dejaba el ventanal de su balcón abierto por dos razones.

Una, porque le gustaba que al momento de llegar a su habitación el ambiente estuviese frío.

Y dos... porque así, él podía ver.

—Disfrutando, ¿hm? —Jesse hizo una pausa, sonriendo de medio lado—. Algo como eso.

McCree no era precisamente un corrompido.

Él, más bien, era de los que miraban.

Y Genji Shimada era su musa. Una musa que se dejaba mirar.


—Pareces muy interesado en mirarme a pesar de que no fuiste a ver el entrenamiento de hoy...

McCree se mantuvo en silencio un instante. Genji rara vez iniciaba una conversación como lo estaba haciendo en ese momento. Generalmente, él llegaba a su habitación y simplemente se desvestía, actuando como si no supiese que Jesse lo miraba desde la comodidad de su balcón.

Genji era un muy mal actor, pero a McCree le gustaba seguirle el juego.

—¿Me extrañaste?

—No —respondió Genji enseguida y se apoyó en la superficie de su barandal, con el torso descubierto y el cabello desordenado; si las animadoras del equipo lo viesen en ese preciso momento, probablemente se cubrirían los ojos, avergonzadas, recriminándole su falta de pudor como lo hacían cada vez que el equipo se cambiaba en medio de la cancha. Pero para Genji tanto tiempo quitándose la ropa en un camerino frente a sus compañeros realmente había hecho que le diese exactamente igual quién lo viese con o sin prendas encima—. Es sólo que pensé que irías, como siempre lo haces.

—No hace falta que mientas —McCree dijo y Genji le miró con una expresión de confusión en su rostro, como si hubiese sido pillado con la guardia baja—. Podría decir que te conozco mucho más de lo que imaginas.

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