Nuestras almas, nuestras vidas

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Nuestras almas, nuestras vidas

Este es un fic del anime de Banana Fish, contiene un gran spoiler porque parte del ultimo capítulo de la serie, así que si aun no la han visto vayan, disfruten de esa gran obra y luego vienen y leen mi fic

Aclaro que los bellos personajes y la trama que lleva a este fic no son míos, pertenecen por completo a Akimi Yoshida la gran mangaka que les dio vida, hasta la imagen que elegí no es mía y bienvenidos espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo.

Capítulo 1

Podía sentir el conocido y odiado olor metálico inundando todo; podía sentir la sangre aun caliente bajando por su cuerpo, el sonido de las gotas al caer el piso rompiendo el aire que parecía en calma, el dolor estaba ya aplacado y todo el lugar se veía neblinoso, no podía reconocer claramente donde estaba, pero se sentía en paz, bajo sus manos aun sentía la carta y en su cabeza se repetían aquellas palabras "mi alma siempre estará a tu lado" una sonrisa se esbozó en su rostro mientras todo se transformaba en negro, de repente el arrepentimiento le llegó como un golpe en el pecho, intentó moverse pero su cuerpo no le respondía su cuerpo ya estaba frio y sus músculos congelados, quiso reír por lo irónico de su situación, hace unos momentos había corrido hacia la esperanza, luego tomó la decisión de morir y ser libre, pero ahora al borde de la muerte y escuchando los últimos y pesados latidos de su corazón quería aferrarse a la vida cuando ya no había nada que hacer, quiso llorar y gritar, se sentía estúpido por haber dejado escapar la oportunidad de sus manos y por reflejo apretó la carta, su pecho volvió a llenarse de calor, mientras el mundo se disolvía al rededor.

En el avión Eiji intentaba descansar, su cuerpo aún estaba débil y dolía, pero más dolía su alma. Ash no llegó pese a que le había mandado el tiquete; tal vez Sing no se lo había entregado? No, eso no era posible; esta era su respuesta y no podía culparlo, es más lo entendía, terminar todo aquí como un hermoso recuerdo algo congelado en el tiempo, pero aun así las lagrimas escapaban de sus ojos y su mente se llenaba de remordimientos, y si hubiera ido el mismo a entregarle la carta? Y si lo hubiera obligado a tomar este avión juntos? Suspiró de manera pesada mientras veía las nubes pasar por su ventana; ya no era tiempo de pensar en que pudo ser, dio otro largo suspiro y luego de despedirse de New York por la ventana, cerró los ojos e intentó dormir.

Dormitaba cuando lo vio, estaba allí recostado como si durmiera, parecía en paz en medio de las cálidas luces de ese lugar tan conocido, pero su pecho no se movía, sintió las gotas caer al piso sobre un gran charco rojo, cada vez más despaciosas, había muchas personas a su lado, pero ninguna lo veía, nadie veía al hombre que moría frente a sus ojos, su pecho se estrujó con fuerza y despertó de golpe.

-Ibe san! Ibe san! Debo bajar del avión, debo ir por Ash, esta en peligro lo sé- en el asiento contiguo Ibe lo veía con sorpresa, Eiji estaba tan alterado que intentaba levantarse de su asiento sin haber soltado aun el cinturón de seguridad, su expresión era tan urgida que parecía que fuera a abrir una puerta y lazarse al vacío para llegar a Ash.

-Tranquilo que te sucede? – le preguntó, pero Eiji no paraba de decir que debía ir por su amigo y desesperado quería soltar el cinturón sin lograrlo

-Pero estamos en el aire, no es posible que te bajes del avión- le replicó y ante la obvia imposibilidad, Eiji se sentó y comenzó a llorar, entendía que ya no podía hacer nada, que debió levantarse antes y correr hacia él, aunque no pudiera caminar debió arrastrarse y encontrarlo, una azafata se acercó a ellos preocupada por la reacción del joven, pero Ibe san la detuvo.

-Por favor llama a Max, por favor, que lo busquen, esta en peligro- lloraba mientras intentaba convencer a su acompañante, no sabía por qué, pero en su pecho podía sentirlo, el peligro sobre su amigo, sentía como si el mismo estuviera allí siendo asechado, podía ver a la muerte como una gran mano que quería reclamarlo para sus adentros. Ibe san se disculpó con la azafata y le pidió el teléfono para marcar a su amigo Max, esta sin entender muy bien la reacción del joven japonés, pero con la amabilidad de su trabajo, se lo acercó.

Ibe marcó rápidamente el número sin pensar en lo caro que saldría la llamada, esperó varios timbres hasta que escuchó la voz familiar de Max al otro lado, Eiji lo veía atento en silencio, pero sin dejar de derramar lágrimas.

-hablas con Shunichi, te parecerá repentino, pero por favor podrías buscar a Ash? Hubo un corto silencio, probablemente el otro hombre estaría extrañado, hace menos de una hora que habían abordado y lo estaba llamando para pedirle un favor un tanto extraño, aun así no replicó demasiado -Si, Eiji dice que está en peligro, no lo entiendo bien, pero creo que tuvo una pesadilla o algo, podrías buscarlo solo para estar seguros de que está bien, así Eiji viajará más tranquilo- asintió y se despidió, entregó el teléfono a la azafata y le sonrió a su pequeño acompañante.

-Gracias Ibe san, perdona por alarmarte así pero- vaciló al hablar, no era fácil explicar el miedo que sentía, no era solo por esa especie de sueño, sentía su cuerpo tenso y su corazón acelerado, como fuera el quien estuviera en un gran peligro, Ibe le acarició el cabello en un gesto reconfortante y le aseguró que todo estaría bien, con Max al tanto de todo no había nada que temer, Eiji intentó descansar esta vez, pero ahora sin dormir, la imagen de Ash demasiado quieto en ese lugar seguía pegada en su mente y el escalofrió continuaba en su cuerpo.

Nuestras almas, nuestras vidasWhere stories live. Discover now