Capítulo 9
La mañana los encontró abrazados en la cama sin ganas de soltarse, gracias a dios no fue la jefe de enfermería porque les daría un gran sermón y un regaño bien merecido, no estaba permitido dormir en la cama de los pacientes, por más amigo íntimos que fueran.
Eiji abrazaba con fuerza contra su pecho a Ash, este parecía un niño pequeño, descansaba pacíficamente, se había quedado dormido cansado de tanto llorar por eso ahora tenía grandes bolsas bajo los ojos y los parpados enrojecidos, su compañero no estaba mejor, también había llorado mucho en silencio mientras lo acunaba, así que pese a que la buena noche de sueño los había restablecido un poco sus rostros si mostraba el cansancio acumulado por el llanto.
Se despertaron al tiempo, Ash subió su mirada y se encontró con los dulces ojos de Eiji sonriéndole, tuvo el impulso de subir un poco más y juntar sus bocas, pero algo lo detuvo, allí en la cama, aferrados uno a otro, el pensar en un beso lo aterraba, el miedo de que Eiji lo despreciara o lo considerara asqueroso era insoportable, este notó la inquietud y pese a que no sabía lo que había en la mente del otro, sabía algo de sus traumas y sus miedos por lo que le sonrió amablemente
-Lloraste mucho en el hombre de tu Oni san- le dijo juguetón mientras se levantaba de la cama y despeinaba sus rubios cabellos
-Tu también lloraste, no eres más maduro que yo- le respondió el juego sentándose y estirándose un poco, haciendo que su camisa se levantara mostrando su esbelto cuerpo y su blanca piel, Eiji giró su rostro, no era inmune a esos ataques de inocente sensualidad mañaneros y con el pasar del tiempo la tentación se estaba haciendo irresistible.
Como Ash ya estaba mucho mejor de salud solo lo tenían en vigilancia ya no tenía agujas en sus brazos, in cables monitorizándolos, dándole mayor libertad y comodidad. La enfermera entró a tomar los signos vitales y a verificar el estado de su paciente, miró con curiosidad a los dos chicos mientras los rostros de estos se tornaban más y más rojos, claro que la chica sabía que habían dormido juntos y quería saber que sucedía con ellos, pero por su profesionalismo les habló con cortesía sin inmiscuirse en sus problemas, además era bien conocido por todos que el hombre que allí se recuperaba de la muerte era sin duda alguien muy importante de la mafia, el hospital había estado custodiado tanto por mafiosos como por policías desde el día de su llegada.
Cuando la enfermera salió de la habitación y quedaron solos ambos chicos no sabían cómo mirarse, luego de todo lo que había pasado era claro que no eran solamente amigos, pero no se atrevían a hablar y resolver las dudas, Eiji quería algo más, lo ansiaba pero tenía miedo de herir a Ash con esos sentimientos, sabía de su pasado y sabía que si lo rechazaba era por miedo, los traumas lo aferraban a un pasado oscuro y de sufrimiento, Ash quería entregarse por completo ya le había entregado su alma, también quería entregarle su cuerpo, pero el miedo al rechazo lo carcomía, pensaba que alguien tan puro y bello como el japonés aborrecería a una persona como él, su pasado, su función para tantos hombres, el haber usado el sexo como arma tantas veces y sus manos siempre manchadas de sangre, en la indecisión seguían los dos, entre miradas al filo del deseo y del miedo.
Los días siguientes pasaron igual, en la misma incertidumbre, pero los acercamientos se hacían más dulces, mas abrazos y roces de sus manos, más dormir juntos y salir a pasera al jardín. Evidentemente Ash hizo que lo trasladaran a otra habitación, la cual parecía más un hotel que un hospital, Agnese siguió viniendo casi todos los días y armando junto a Aslan su defensa, Jenkins y Dickinson también venían frecuentemente a informarle que pronto debía compadecer, Eiji lo acompañaba siempre, hasta cuando Alex y los demás de la pandilla venían por instrucciones, a los chicos les encantaba ir a ver a su jefe a esa habitación exclusiva del hospital, había comida, juegos, televisores, internet y por sobre todo estaba Eiji, quien les cuidaba y les alegraba los días, escuchando sus anhelos, sus miedos y sus planes, sin juzgamientos y siempre con una sonrisa y un concejo asertivo que dar, en manos del japonés Ash había recuperado rápidamente su salud y su buen ánimo.
Sing también hizo su aparición una mañana en medio del desayuno, ingresó cabizbajo y muy reticente a hablar, pero Eiji lo invitó a comer juntos haciendo que el semblante del chino se ablandara, los demás de la pandilla le dedicaron miradas de desconfianza, pero luego de que el japonés lo integrara, todos lo aceptaron como otro más.
En la conversación Sing les pidió perdón a ambos, Ash quien ya había analizado la situación suficiente le dijo que no era necesario que se disculpara más, que necesitaban afianzar los lazos entre ambas pandillas el chino aceptó, tomaron unos refrescos, porque el alcohol seguía totalmente prohibido en el hospital, rieron y compartieron, Sing seguía disculpándose y sintiendo que les había fallado terriblemente pese al buen ambiente, además había algo que le molestaba, algo que había empezado desde antes y no se atrevía a decirlo abiertamente, estaba feliz con el regreso del lince pero en lo profundo de su ser tenía un molesto sentimiento de envidia, envidiaba totalmente a Aslan quien tenía la compañía de Eiji en todo momento, quien tenía su alma siempre, por eso pensó en llamar al japonés para hablar a solas para tener su atención así fuera un momento, necesitaba tenerla, su necesidad de estar cerca de él crecía, pero no se creyó digno y su intento murió antes de iniciar, al final de la charla salió un poco más tranquilo por las alianzas formadas, pero un poco más turbado por no poder controlar ese sentimiento que crecía en él por el japonés, en el tiempo en que Ash luchaba por la vida, Eiji se había apoyado tanto en él y le había descubierto su alma haciendo que una parte de él pensara en un futuro juntos, sin el lince.
En la noche del mismo día, mientras Ashi y Eiji disfrutaban viendo una película entró de improviso a la habitación alguien que tenía prohibida la entrada, el lince se puso en guardia cubriendo con su cuerpo a su amigo, tirando el bote de palomitas en el intento, se preguntaba como su equipo de seguridad pudo ser burlado y buscaba insistentemente en su cinto una pistola que no estaba allí, mientras Yut Lung ondeaba su cabello con actitud orgullosa, dos guardias del chino estaban con él, Ash miró sobre sus hombros intentando encontrar a sus hombres, los cuales no llegaban aún.
-No te preocupes solo los incapacitamos por un momento, debo decirte que fue muy infantil poner toda esa seguridad para no dejarme pasar, ahora como líder del grupo de Golzine y yo como cabeza del clan Lee tenemos mucho de qué hablar- se sentó en un sofá contiguo cruzando la pierna seductoramente- hola Eiji es un gusto volver a verte- le sonrió dubitativo sintiendo un escalofrío subir por su espalda.
-No tengo nada de que hablar contigo, todo trato con los chinos se hará con Sing- le replicó Ash sin dejar de estar a la defensiva.
-oh claro que no, yo soy el líder así que te atiendes directamente conmigo, sabes que el clan Lee será la piedra principal en tu idea de lograr la paz- sonrió mientras jugaba con un mechón de su cabello, Ash sabía que Yut lung hablaba en serio, pero no podía bajar la guardia ante él y no quería permitirle acercarse a Eiji.
-Está bien Yut lung, pero te recomiendo prestes atención a tu clan, porque lo que no puedas manejar tu lo manejaré yo, llegaremos a la paz entre pandillas quieras o no-sentenció cruzándose de brazos y tomando la misma actitud orgullosa que tenía el chino
-Creo que entendiste el mensaje, ahora estamos al mismo nivel- Yut lung se levantó y caminó lentamente hacia Eiji y le puso en sus manos una tarjeta muy impregnada en perfume, con su número personal en el respaldo y un gran dragón chino en rojo en el otro lado- Espero volver a verte y que lo disfrutes- y le guiñó el ojo ante esto Ash se puso rojo de ira e intentó golpear al chino, Eiji sonrojado como estaba detuvo el brazo de este antes de golpear al otro, un altercado con los chinos no sería de ayuda en este momento, Yut lung giró sobre sus pies dando una risa clara y se despidió de ambos levantado su mano derecha
-Ese maldito quien se cree? Si no fuera por que desestabilizaría las relaciones mataría a ese desgraciado- decía Ash totalmente furioso regresando al sofá, Eiji se sentó a su lado mirando curiosamente la tarjeta sintiendo como inexplicablemente su pulso se disparaba, le pasó la tarjeta a Ash este la tomó y algo en su olor llamó su atención, pero antes de que se diera cuenta Eiji subió a su regazo.
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Muchas gracias a los que siguen la historia, excusas no tengo por tanta demora, pero... he pensado mucho y muchas cosas no me cuadran por eso, he re hecho muchas veces las escenas en mi cabeza quedando inconforme.
Lo siento mucho y muchas gracias por ser fieles, los quiero.
Me interesaría mucho leer sus comentarios, para saber que les ha parecido
Recuerden que los personajes no son míos, son magníficas creaciones de Yoshida sama
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Nuestras almas, nuestras vidas
FanfictionEste es un fic del anime de Banana Fish, contiene un gran spoiler porque parte del ultimo capítulo de la serie, así que si aun no la han visto vayan, disfruten de esa gran obra y luego vienen y leen mi fic Aclaro que los bellos personajes y la tram...