Estaba allí, de pie y sin saber que hacer. La calle envolvía en bullicio todas mis ideas, desdibujándolas a cada segundo. Todas las ventanas del barrio escupían miedos y secretos, que solo aquel que se detuviera a observar se daría cuenta de...la decadencia que permanecían arraigada en cada molécula estructural de los edificios en llamas. Pues por años el cambio no era una opción para la devastación.