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Capítulo 25. Apoyo.

Crowns: Apoyo.

Los cuatro amigos ahora caminaban por el bosque en busca del lugar de todos sus encuentros privados. Aziz y Kristhian iban a la cabeza, mientras Roxy venía atrás acurrucada en los brazos de su mejor amiga. No había parado de llorar desde que se fue del evento, y ninguno había hablado aún, por miedo a decir algo que hiciera sentir peor a la heredera, quien sollozaba en el cuello de la hija de Blanca Nieves, mientras ésta rodeaba los hombros de la castaña-rubia y la acariciaba, tratando de calmarla.

—Ya casi llegamos.— Le susurró Emma en el oído.—No te preocupes.

Luego de un par de minutos caminando, los cuatro amigos llegaron a su destino. Aziz y Kristhian apartaron los arbustos que cubrían el lugar para dejar pasar a sus amigas. Frente a ellos había un viejo puente, que a pesar de los años que llevaba encima, éste aún resistía. Y del otro lado del puente, había una especie de palapa muy antigua, la cual a pesar de eso era realmente hermosa, pues estaba rodeada por las aguas del lago encantado, además del sonido del cantar de las aves y de la cascada.

Ese lugar lo habían descubierto en su primer año en Auradon Prep, donde en una excursión por el bosque con la Reina Merida como guía, el cuarteto se desvió, y en su camino por encontrar al resto, Kristhian tropezó con una piedra, cayendo así del otro lado de los arbustos y descubriendo la hermosa palapa. Desde ese día, aquel lugar se había vuelto el testigo de todos y cada uno de los secretos, problemas y buenos y malos momentos que ellos tuvieran. Si alguno tenían algo que contar a los demás, fuera hermoso o terrible, o simplemente tuviera algo que quisiera sacarse del pecho, lo hacía allí, pues era la fortaleza de aquella amistad, el lugar que los hacía sentir seguros y protegidos, donde podían liberarse y expresarse fácilmente, y haciendo que tomaran más confianza tanto con ellos mismos como en el grupo.

Los cuatro chicos cruzaron el puente para llegar a la palapa, y una vez ahí, se sentaron en el suelo, quedando Emma y Roxy frente los dos príncipes.

—Bueno Roxy...— Comenzó Aziz.—Cuéntanos que sucede.

La princesa no levantó su vista. Las lágrimas seguían cayendo por su rostro, no dejaba de pensar en los hijos de villanos, y en como Chad los había hecho quedar y sentir mal, además del horrible daño psicológico que había provocado en ella. Pero sobretodo, en su cabeza estaba más Evie que cualquier otra cosa. De su mente no salía su cara de tristeza e incomodidad ante las palabras del príncipe mimado, aparte, no sabía que sucedería ahora que todo el mundo sabía que estaban enamoradas una de la otra. ¿Que se suponía que haría su padre? ¿Que le diría en cuanto llegara al castillo? Si de algo estaba segura, era de que no quería perderla, simplemente no podría seguir viviendo si ella no estaba en su vida. Se había dado cuenta, tarde, de que ella era la chica de sus sueños, literalmente. Evie era la chica de la que tanto estaba interesada.

—Si no quieres hablar de eso, lo entenderemos Rox.— Dijo Emma ante el silencio de su amiga.

La princesa pasó su mano por sus mejillas, para limpiar los restos de las lágrimas.

—No, está bien.— Necesitaba desahogarse, y que mejor manera de hacerlo con sus mejores amigos en su lugar especial.—Yo...— Comenzó a hablar, pero no tenía idea de cómo decirle a sus amigos lo que sentía por la peliazul.— Me he sentido diferente estos días... he experimentado cosas que nunca antes había sentido... cosas tanto buenas como malas.

Roxy estaba consiente de que sus sentimientos hacia Evie, aunque eran bonitos, no eran correctos. No logró entender jamás porque se vino a enamorar de ella, ¿porque justamente de una chica?, ¿que tenía Evie que los chicos no?