Roxy entró con pesadez al aula de Historia Real de Auradon, observando que todos sus compañeros ya se encontraban ahí, y cada quien ya charlaba con su respectivo grupo de amigos. También notó que el maestro, el enano Doc, aún no se encontraba, pero no le tomó importancia. De hecho ese día, todo parecía haber sido irrelevante para la heredera.
Afortunadamente para ella, esa clase la compartía con Kristhian, así que a penas puso un pie en el aula divisó la cabeza rubia de su mejor amigo. Éste se encontraba sentado en la cuarta fila de derecha a izquierda, en la silla número tres. Sin perder más tiempo, la hija de Belle se acercó a él y puso sus cosas en el pupitre vacío que estaba al lado derecho del chico con pelo de princesa [como solían llamarlo sus mejores amigos], quedando así ella en la quinta y ultima fila junto a las ventanas que daban al patio de la escuela. El príncipe estaba enfocado en su teléfono y en el juego que éste proyectaba, pero en cuanto escucho el fuerte golpe que la chica provocó al dejar caer su mochila sobre la mesa del asiento, él levantó la mirada hacia ella. La princesa solo le dio un leve levantamiento de cabeza al hijo de Anna en forma de saludo mientras tomaba asiento, y éste solo frunció el ceño.
—Hasta que apareces.— Murmuró él apagando su celular y guardándolo en su pantalón de tela.—¿Dónde estuviste?
—En el salón de Arte.— Suspiró ella jugando con sus uñas para no tener que verlo a los ojos.—Emma ya estuvo conmigo, no te preocupes.— Dijo intentado evitar el interrogatorio que seguramente su amigo ya tenía preparado.
Para suerte de la princesa, en ese momento entró Doc disculpándose con los chicos por el retraso. Y detrás de él, iba entrando la descendiente de la Reina Malvada. Roxy sintió su corazón acelerarse al ver a la peliazul, pero decidió solo apartar su vista a la ventana, evitando cualquier contacto con los hermosos ojos mieles de la villana.
Con su vista periférica, la ojiazul notó que Evie había tomado asiento en el único espacio disponible. La tercera fila, último pupitre. Eso logró aliviar a la heredera, pues mientras más alejada y fuera de su campo de visión estuviera ella, más fácil se le haría concentrarse en las clases.
Pero ni eso funcionó. La clase ya había comenzado, y Roxy no podía analizar correctamente lo que el enano enseñaba a los estudiantes. Hacía esfuerzo por no voltearse y mirar a Evie. Estaba en una batalla contra su corazón. Ella y su cerebro trataban de comprender las palabras que salían de la boca del profesor, pero su corazón parecía querer tomar el control de todo y solo mirar a quien lo tenía conquistado.
Para tratar de tranquilizarse y reprimirse, Roxy se recostó sobre el respaldo de su silla, tomó una boncada de aire y comenzó a tornarse los dedos, para después ir soltando lentamente el aire. Ella estuvo haciendo eso como por quince minutos, incluso había empezó a mover rápidamente su pie derecho arriba y abajo de forma desesperada, pero nada parecía funcionar, su corazón seguía queriendo volverse hacia atrás y observar a Evie como si su vida dependiera de ello.
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