¹𝐤𝐢𝐧𝐠𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐪𝐮𝐞𝐞𝐧𝐬 ♚ ❪ disney descendants. ❫

Capítulo 27. Un secreto que podría destruir.

Crowns: Un secreto que podría destruir.

Roxy mojó su cara por quinta vez y miró su reflejo en el enorme espejo de los baños. Sentía asco de la persona que veía en el vidrio. No habían pasado ni veinticuatro horas desde que había iniciado una relación con la peliazul y ya la había traicionado.

¿Cómo demonios había dejado que algo así sucediera?

Se sentía lo peor del universo, ¿qué había hecho ella?, ¿qué había echo Audrey? Y lo peor no había sido el hecho de haberla besado, sino que no detuvo a la castaña, ¡le había correspondido el beso! Durante unos segundos olvidó a la villana que había robado su corazón, y todo lo que sentía por ella.

Maldición, Roxanne, ¿¡qué has hecho!? Se preguntaba en su cabeza una y otra vez.

¿Qué debía hacer?
¿Debía decirle la verdad o callarse como una cobarde?

Cada mentira es descubierta, eso lo sabía la princesa. Y si Evie se enteraba por alguien más le costaría muy caro. Quizá no sería capaz de volver a verla a los ojos. La perdería, y claro que no quería eso. No sabría que hacer sin ella, sin sus bellos ojos miel mirándola solo a ella, sin sus reconfortantes brazos envolviendo su cuerpo, sin sus delicados labios acariciando los suyos.

Tampoco sabía cómo le diría, pero tenía que hacerlo. Es que ¡Zeus!, ella estaba tan enojada, tan triste, tan destrozada, era tantas las emociones negativas que había sentido en ese momento que no pudo controlarse, su cuerpo se había mandado solo.

Roxy se puso recta mientras se sostenía del lavamanos, y trató de tranquilizar sus pensamientos.

Quería llorar, quería tirarse en los brazos de la villana y llorar como niña pequeña mientras le decía una y otra vez que lo sentía, que no había sido su intención, que se sentía muy culpable, y que por nada del mundo quería que por ese error se alejara de ella. Roxy estaba demasiado enamorada de la peliazul, ella era su primer y único amor real, la persona que quería a su lado hasta el día de su muerte, hasta su último respiro. Que ella fuera su último beso y el último placer de su vida, solo ella y nadie más. La peliazul había ganado su corazón, estaba hechizada ante los ojos color miel de Evie, y díganme, ¿quién no lo estaría? Con esa sonrisa, con esa mirada, con su alegría e imperfecciones. Evie era perfecta ante sus ojos y no había marcha atrás.

Pero es que su miedo estaba ahí, impidiéndole ir a buscar a la causa de esos sentimientos y decirle lo que había sucedido. Ir a decirle todo como si fuera cualquier cosa sonaba fácil, pero no lo era. Porque no era cualquier cosa.

Y como si el destino estuviera presionándola para sincerarse con ella, en ese momento, la descendiente de la madrastra de Blanca Nieves entró al baño, cosa que Roxy notó a través del espejo.

—¡Hey! Aquí estas.— Saludó la villana acercándose a ella.—Te estaba buscando.

No habían hablado desde la noche anterior, y ambas se morían por hacerlo. O hasta hace unos segundos en el caso de la princesa.

Sin decir nada, Roxy se dio la media vuelta y abrazó con todas sus fuerzas a Evie, con miedo a que ella se fuera de su vida. La peliazul se sorprendió un poco ante la acción de la hija de Belle, pero sin esperar ni un segundo más lo correspondió. Ambas sintieron como sus cuerpos encajaban, y no había sensación más hermosa que esa. Evie sonrió apegando a su novia todavía más contra ella y aspirando su dulce olor a galletas.

—Perdón.— Roxy se separó un poco de la villana, sin aún verla a los ojos.—Es que... no sabes la falta que me hacías.

Evie sintió su corazón acelerarse ante lo dicho por la princesa. Le dio una mirada y sonrisa tierna y junto sus frentes.