Victoria pírrica

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La apabullante soledad;
Que carcome el alma en cada bocanada;
Encerrando en sus viceras todos los sueños;
Dandole de comer mentes torturadas a los perros;
El guerrero claudicó cuando ganó la batalla;
Y frente al pelotón su garganta rasgó;
La sangre chorreando sobre su torso;
El público que aplaudía su valentía;
La oscuridad reemplazó el día;
Y de él nadie se acordaría;
Mejor en vida que en muerte;
Dice el suicida justificante;
La vida es un instante;
Instante interminable;
Soledad, eterna compañera;
Deseo que te mueras por más pecado que sea;
Da tu última bocanada de aire;
Y mandale saludos a dios de mi parte;
Pero dios no existe y tu seguirás acá;
Y en un rato te volveré a amar;
Pero tu ya me dejaste de amar, no creas que no lo vi;
Hace tiempo que no me seduces;
Ni intentas robar lo mejor de mí;
Perdiste el interes en mí;
Curioso, también perdí el interes en mí;
Amante de mis males;
Musa de mis frases;
Qué sería de mi sin ti;
Esta vida es un castigo;
De algo que yo no cometí;
Pero por toda la eternidad deberé sufrir;
El castigo es tan abrumador que inventé una soledad;
Le di nombre y hasta personalidad;
Y desde ese día no la puedo desinventar;
Maldito de mi;
Que en el agobio me olvidó de ti;
Maldita soledad;
Ya no me dejas pensar;
Hace tiempo que la solución no es dormir;
Ni escribir;
Tal vez sea morir;
O tal vez volver a vivir.

Escritos De Madrugada De Un Alma DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora