Locos, desgraciados, inteligentes y afortunados.

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A la orilla del rió;
O en medio de la ciudad;
Atorado en el trafico;
O perdido en el bosque.

Hablando con un viejo amor;
Durmiendo con el enemigo;
Traicionando a la familia;
Olvidando a los amigos.

No importa donde esté;
Mucho menos que tan irónica sea la situación;
Es el presente de cada quien;
Un universo personal.

Algunos (afortunados) deciden compartir ese presente;
Otros (inteligentes) deciden guardarlo para sí mismos;
Muchos (desgraciados) buscan arrebatárselo a los demás;
Pocos (locos) deciden ignorarlo.

Por mi parte, considero que he cometido varios errores;
Fui afortunado, pero me dejé llevar por el enojo;
Fui inteligente, pero no pude manejar la soledad;
Para ser desgraciado, por suerte nunca tuve el placer;
Para ser loco, me sobraban muchos tornillos.

Y aunque me gusta decir que vivo el presente;
Debo admitir que el pasado me persigue;
El futuro me asusta;
Y los sueños son mi consuelo.

Son incontables las noches en las que no paro de pensar;
Y eternas las horas que pasé solo;
Pero a mi parecer han rendido frutos;
He aprendido algo muy valioso.

Envidiamos a los locos;
Aunque tratemos de evitarlos;
Y si somos inteligentes;
No evitamos deprimirnos;
Si somos unos desgraciados;
No viviremos tranquilos.

Pero lo peor lo vivimos cuando somos afortunados;
Porque no nos damos cuenta;
Y olvidamos su valor;
Damos por sentada la compañía.

Solo nos damos cuenta de nuestra mortalidad;
Después de que hemos perdido;
Cuando es de noche y no sabemos que somos;
No sabemos si somos locos, desgraciados o inteligentes;
Pero eso sí, seguro ya no somos afortunados.

-SA

Escritos De Madrugada De Un Alma DesnudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora