Le escribía cartas todos los días;
Cartas que ella nunca entendía;
Del tiempo, la muerte y de la vida;
"¡Que triste es tu poesía!";
Ella me decía;
"¡Que alegre es tu sonrisa!";
Yo respondía;
"¡Que envidia!";
Ella me respondía con caricias;
Yo me escondía entre rimas;
"Ven, enséñame la alegría;"
Yo le decía;
"No puedo, tu alma ya está perdida;"
Ella respondía;
"Si valiera la pena, regresaría";
Y así se nos iría la vida;
Ella nunca regresaría;
El amor un día perecería;
Pero esa sonrisa;
Yo nunca la olvidaría.
ESTÁS LEYENDO
Escritos De Madrugada De Un Alma Desnuda
شِعرAsí como la vida nos golpea; Y nuestra mente no nos deja dormir; Así es como aprendemos a vivir; Y cada día logramos sobrevivir.