—¿QUE ES ESO, tío Bautista?
—¿Eso... ? Luis que pasó al galope, rumbo al ingenio. Entró en las cuadras pidiendo el mejor caballo que hubiera porque tenía que ir, por orden del amo, en busca de Juan del Diablo.
—Conque mandaron a buscar a Juan del Diablo...
—Sí, el amo tiene mucha urgencia de hablar con él... Vamos a ver qué regalo le ofrecen ahora a ese pordiosero que para nada sirve.
Junto a la ancha arcada del portal que da acceso a las habitaciones del ala izquierda, Bautista da rienda suelta a su cólera, a su despecho. Acaba de salir de las caballerizas, donde la última orden de Sofía le confinara. Crecida la barba, revuelto el cabello, cubiertas de fango las altas botas y el látigo en la mano, es algo bien diferente del otro tiempo omnipotente capataz de Campo Real. Junto a él, atenta siempre a los menores ruidos, en aquel espionaje que es su vida entera, queda Yanina alerta a todo ruido y movimiento, y comenta pensativa:
—Lo único que quieren Noel y doña Sofía es que Juan del Diablo se vaya para siempre; pero hay alguien que no quiere dejarle marchar...
—¿A quién te refieres?
—Ya lo verás... ya lo verán todos. Te dije que tuvieras paciencia... Cálmate, tío.
—No me da la gana de calmarme. En las venas me hierve la sangre de ver lo que veo... Soy menos que un perro en esta casa, pero el primer sirviente que vuelva a contestarme mal va a saber quién soy, aun cuando me hayan quitado el mando para dárselo a un cualquiera.
—Calla. Estáte quieto un momento. ¿Ves?
—No veo sino a la señora Aimée que se asoma a la ventana de, su cuarto.
—Todo el día ha estado en él, pero Ana ha entrado y salido más de cien veces... Es su confidente... su criada de absoluta confianza. Seguramente cuenta con ella hasta para los encargos más íntimos... ¡Oh, mira! Ana sale Otra vez...Algo va a pasar esta noche, y apostaría a que sé lo que es.
—¿Pero qué locura... ?
—Baja la voz... Ana se acerca... no, va para el otro patio... Voy tras ella. Algo va a pasar esta noche...
Ha echado a andar en pos de Ana. Bautista, preocupado, la sigue. Muy cerca está el enorme carretón que debe salir rumbo al ingenio. A él enfila sus pasos Ana, mientras el rostro de Bautista se descompone de cólera, al protestar:
—¿Adonde va esa imbécil? Ese es el carro que va para el ingenio;
—Naturalmente. Ana va a buscar a Juan del Diablo, va a llevarle un encargo o un recado de Aimée de Molnar, estoy segura de eso. .
—No va a llevar nada, porque no va a subir a ese carro. Está prohibida que las mujeres vayan en los carros del ingenio. Soy el jefe de las caballerizas, doña Sofía me nombró ayer, y bastantes ganas tengo que ajustarle las cuentas a esa... —Se ha dirigido con pasos rápidos al encuentro de Ana, y gritando enfurecido, la conmina—: ¡Fuera de ese carro... abajo... fuera.! ¡Bájate o te bajo arrastrando, ladrona!
—¡No soy ladrona... y no me bajo! Tengo que ir para el ingenio.
—¿Que no te bajas... ? Te bajarás de cabeza
—Esteban va a llevarme... La señora mandó que fuera...—protesta Ana, forcejeando con Bautista, y alzando la voz, grita angustiada—: ¡Esteban.... Esteban.. .!
—He dicho que no van mujeres en los carros del ingenio —recalca Bautista imperioso, mientras sujeta a la mestiza sirvienta—. Esteban, maldito pollino... Coge las riendas y lárgate de una vez. ¡Que te largues, dije. o vas a arrepentirte! ¡Largo!
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Mónica (Corazón Salvaje: libro 2) [Completa]
RomanceDe la trilogía de la novela "Corazón Salvaje" de la gran Caridad Bravo Adams. En esta segunda entrega ponderen peligro la felicidad de un personaje inocente y apasionada que sin sospecharlo se ve envuelta en un conflicto pasional. La ilusión del ver...