Capítulo 2

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Harry retornó a la oficina del periódico con los peores ánimos. No tenía ganas de hacer nada, ni de continuar trabajando. ¿Cómo un chico al que ni siquiera conocía podía ocasionarle esto? se preguntaba. El resto del día fue tan aburrido y monótono como un día cualquiera. Seleccionar las fotos que presentaría a su jefe, almorzar con Liam, su colega de trabajo, hacerles un par de fotografías a algunas personas que al él escasamente le importaban, y retornar a casa.

El partido de Louis fue cubierto por otro fotógrafo del periódico. Harry desearía haber asistido él mismo, pero luego de pensarlo un momento decidió que no, pues se sentiría más miserable de lo que ya se sentía. De todas maneras era estúpido pensarlo, no cambiaba nada, se dijo.

Cerca de las 7 p.m. se retiró de su trabajo junto con Liam, y pararon en una cafetería camino a la estación del metro. El lugar no era nada especial, solo un lugar algo oscuro con pocas mesas y no muy concurrido. Se sentaron en una mesa junto a un gran ventanal que daba a la calle. Sobre la mesa había un periódico del día anterior, uno local especializado en la farándula, Liam lo levantó y lo volvió a dejar sin darle mucha importancia. Harry lo tomó casi de inmediato y leyó el encabezado: "Eleanor Calder sale a desmentir rumores".  Harry se acercó el periódico y le prestó más atención casi involuntariamente, en la nota ponía: "La modelo Calder declara que los rumores que rodean su vida amorosa no son ciertos. "Somos muy felices juntos, Louis y yo. No entiendo el afán de la gente por buscar siempre algo negativo. Somos felices, acéptenlo de una vez”. "

El chico de cabellos rizados frunció el ceño. No sabía cómo sentirse con respecto a eso, y no se refería a la declaración que acababa de leer, sino a Eleanor Calder. Trató de restarle importancia y volvió la vista a su amigo, quien lo miraba curioso.

—Te noto distraído, Harry. Estabas más alegre esta mañana.

Harry desvió la mirada hacia el suelo.

— ¿Qué te sucede? —preguntósu amigo. Harry levantó la vista e hizo un gesto con la mano, restándole importancia. <<No pasa nada. Ese es el problema>> pensó.  Por su parte, Liam se limitó a encogerse de hombros.

—Entonces… ¿qué harás esta noche? —pregunto el joven reportero al tiempo que llamaba a una mesera con un gesto.

—Hay un show en una cafetería. La banda de un amigo. ¿Quieres venir?

—No, gracias, de seguro estarás con tus amigos y no quisiera importunarlos—dijo Liam al tiempo que una camarera se acercaba a la mesa que compartían.

— ¿Qué desean caballeros? —preguntó la mujer. Era delgada y rondaba los 40 años, su cara mantenía una amable sonrisa a pesar de que denotaba cansancio. ¿Cómo podía la gente aguantar vidas tan aburridas, monótonas y agotadoras y aun así seguir sonriendo?

—Un café mediano y… ¿Harry, tu qué quieres? —preguntó Liam, sacándolo de su enajenamiento.

—Hum… nada, no tengo hambre—respondió este. La mujer se marchó dejándolos solos nuevamente.

—Como sea…No importunas Liam. Yo te considero un amigo, me gustaría que conocieses a Niall y Zayn también— dijo Harry con toda la sinceridad. Le hablaba mucho a Liam sobre sus amigos a la hora del almuerzo y camino a la estación todo el tiempo, y les hablaba a los chicos sobre Liam muchas veces también, pero nunca se habían conocido, no más allá de las palabras de Harry.

—Bueno…si tú lo dices— dijo su colega dubitativo.

—Vamos, de seguro te vas a divertir. Aparte la banda de Josh está de maravilla y la cafetería es uno de esos lugares escondidos pero asombrosos— lo alentó Harry.

—Está bien— aceptó por fin Liam esbozando una pequeña sonrisa.

Luego de terminar su café y pagarlo, Liam y Harry partieron juntos hacia la estación, en donde tomaron caminos opuestos; ambos necesitaban una ducha y un cambio de ropa antes de encontrarse para el show de esa noche.

 El mismo metro de siempre, el mismo gentío con caras de agotamiento y aburrimiento de un viernes por la tarde luego de una semana pesada, los ensordecedores ruidos de la ciudad a los que con el tiempo la gente se acostumbraba, el mismo clima detestable y tedioso de Inglaterra, el mismo edificio de todos los días. La misma vida que cada día se volvía más y más fastidiosa.

Cerca de las 9 p.m. Harry llegó a la cafetería. La música jazz se podía escuchar tenuemente emergiendo de los parlantes, siendo sofocada con los sonidos de conversación. Liam estaba en la puerta esperándolo para entrar, él lo saludó e ingresaron.

El lugar esa bastante tranquilo. Luces tenues, posters de bandas de rock clásicollenando las paredes, algunos cuadros de arte conceptual decorando, grandes sofás en las partes más retiradas y mesas para dos en el centro, frente al pequeño escenario.

Niall y Zayn estaban sentado en uno de los sfás del fondo, donde el ambiente era más tranquilo para la conversación. Harry y Liam se dirigieron hacia allí  paso decidido. Al llegar los chicos hablaban animadamente entre sí, por lo que Harry tuvo que aclararse la garganta para que notasen su presencia. Los chicos se voltearon y Niall se paró de inmediato. Zayn se quedó donde estaba, no se podía ni mover, no podía respirar. Y es que los ojos y la sonrisa de aquel chico lo habían paralizado.

—Niall, este es Liam Payne. Liam, este es Niall Hora— dijo Harry presentándolos al tiempo en que sus amigos se daban un apretón de manos. 

—Zayn,— dijo volviéndose a su amigo moreno— este es Liam.

Zayn se levantó avergonzado, sintiendo el calor subir a su rostro, y saludo al joven periodista con un apretón de manos. Al retirar la mano del cálido contacto de Liam, sintió un cosquilleo invadir su cuerpo. 

—Bueno, toma asiento Liam— exclamó el joven de cabello rozado, claramente emocionado de tomarse un rato con sus amigos luego de un día tan deprimente. Los cuatro se sentaron, Liam entre Harry y Zayn, y junto a este Niall. 

Zayn llevaba ya un rato escuchando a sus amigos reír. Por su parte, no se animaba a pronunciar palabra. No sabía el porque, pero por alguna razón se sentía un completo idiota, sonriendo un poco cada vez que Liam lo tocaba de forma accidental, cosa que susedía mucho dado que estaban algo apretados en aquel sofá. De vez en cuando Niall le dirigía alguna pregunta, pero el se limitaba a asentir o negar. e

No ayudaba mucho el hecho de que Liam le dirigiera la mirada cada cinco segundos, tampoco. Maldició, el nunca había sido especialmente tímido ¿Por qué ahora? Las manos le sudaban mientras miraba a Liam hablar, la forma en que sus carnosos labios se movían y cómo sonreía. 

¿Qué diablos haces mirándolo así? Se supone que los chicos deberían mirar chicas, no a otros chicos, se reprendió el moreno, al tiempo que apretaba los puños con fuerza.

Los chicos no miran a otros chicos.Los chicos no miran a otros chicos.Los chicos no miran a otros chicos. No, no lo hacen, pensaba una y otra vez. 

El Fotógrafo - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora