Capítulo 6

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Estaban jodidos. Estaban más que jodidos. Y esta vez era de verdad.

Harry se quedó helado, sin sabes qué decir o qué hacer a continuación.

No tuvo que decir nada, ya que el futbolista simplemente deslizó su celular dentro del bolsillo de sus pantalones deportivos, cerró el casillero y camino relajado, alejándose de Harry y emprendiendo su camino hacia las duchas.

Solo una vez que Louis desapareció de su vista, fue que Harry realmente cuán fuera de lugar estaba en aquella habitación. Habían toallas esparcidas por sobre los bancos de madera, y no todas daban la impresión de estar limpias. El olor a sal, sudor y testosterona era fuerte y evidente, y algunos deportistas caminaban por la habitación, apenas cubiertos. Harry sintió su rostro ruborizarse, apartó la vista y salió apresurado de aquel sitio.

Al llegar a su cubículo, Harry le contó lo sucedido a Liam. El plan que ambos habían ideado para retomar lo que habían enviado al carajo también se había ido al carajo.

Se mantuvieron en silencio al respecto, continuaron haciendo otros trabajos, porque por suerte trabajo nunca faltaba en aquellas oficinas ni fuera de ellas. Para el miércoles se encontraban revisando las fotos que Harry había hecho en la boda de un importante empresario local. Tenían que escoger las fotos que mejor acompañarían a la redacción de Liam, y si bien era fácil decirlo, no era fácil hacerlo.

Se encontraban discutiendo cuando escucharon el llamado del señor Bowman, el llamado dirigido a ellos dos. Su jefe no solía llamar a los empleados directamente a menos que estuvieran en problemas.

—Eso no puede ser bueno—dijo Liam, como si leyera los pensamientos de Harry.

—No después de lo del lunes— acordó Harry.

Dentro de la blanca e insípida oficina, los nervios eran palpables. Harry sabía que todos los habían observado atentamente mientras se encaminaban por los cubículos en su camino hasta allí. Todos sabían lo que eso significaba.

El señor Bowman no dejó de mirar la pantalla de su computador cuando comenzó a hablarles.

—Supongo que ya saben para qué los he llamado—dijo, ningún rastro de frustración o ira en su voz—, supongo que saben que es por el asunto Tomlinson.

Harry asintió y Liam tragó fuerte a su lado.

 —Bueno, pues tengo que informarles que su agente aceptó un articulo especial dedicado enteramente a él— Harry soltó un  suspiro que no sabía que estaba conteniendo, y pudo oír a Liam, a su lado hacer lo mismo—. Un articulo que yo no recuerdo haber autorizado.

Harry simplemente se quedó allí, contemplando el repentinamente hermoso suelo de la oficina. Por suerte Liam reunió coraje y tomó cartas en el asunto.

—Pensábamos decírselo justo ahora. Tomlinson se contactó directamente conmigo hace un par de horas. En su mail decía que estaba interesado en dar una entrevista, me pidió sus datos y me dijo que su agente se contactaría con usted— Liam sonaba relajado, natural. Si Harry no hubiera pasado los dos últimos trabajando a su lado, le habría creído. Por supuesto no habían recibido ningún mail ni aviso de cualquier tipo, pero si le decían a su Jefe que la entrevista había sido idea suya, las cosas no resultarían mejor. Además, las esperanzas de que dicha entrevista se diera habían muerto aquel lunes.

El señor Bowman finalmente levantó la vista del monitor, se quitó los anteojos y los examinó minuciosamente. Harry no se atrevió a mirarlo a los ojos.

—Bueno, entonces supongo que harán esa entrevista. Podría incluso ser una buena oportunidad para investigar más de cerca— dijo lo ultimo mirando fijamente a Harry, quien esta vez no pudo eludir el contacto visual—. Styles, arregla una sesión de estudio con su agente. Payne, comienza a redactar la entrevista, piensen cómo pueden investigar sin ser demasiado evidentes. Muévanse.

El Fotógrafo - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora