Capítulo 4

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Harry se encontraba apretado entre la masa de cuerpos.  Fotógrafos empujándose los unos a los otros sin siquiera pensar en el daño que podían causar, anhelando sacar la mejor fotografía.  Se matarían entre sí por tan solo una foto, así funcionaba el negocio. Harry Tenía contratación en el periódico, para el cual estaba trabajando en estos momentos, pero la mayoría de ellos trabajaba de manera independiente, trataba de conseguir las fotos y las vendían al mejor postor, que casi siempre resultaban ser las revistas mediáticas semanales. Harry aprovechaba la oportunidad cuando se daba, un poco de ingresos extra no afectaba a nadie, pero prefería por mucho que lo contrataran para sesiones privadas, en un lugar tranquilo o en un estudio. Podía lucirse realmente con su arte.

El evento de la noche era un club nocturno de alta sociedad, donde se realizó una fiesta exclusiva, que por supuesto, concurrieron muchas celebridades. Harry empujaba todo lo que podía para conseguir fotos de las modelos, los músicos y los deportistas que ingresaban al evento.

Como era de esperarse, Louis Tomlinson estaba allí. Y, como era de esperarse, Eleanor Calder se hallaba con él.

Louis se sentía incómodo, como siempre. Pero no era el hecho de tener que caminar frente a decenas de fotógrafos, ni el hecho de que todo el país vería cada una de las fotos, ni que su jefe lo estuviese presionando de sobremanera aquella noche, era el hecho de tener que sonreír. Parece algo simple, y él lo sabía, pero aun así no podía hacerlo, lucía muy falso. La mano le sudaba, llevaba media hora sosteniendo la de su acompañante y resultaba realmente molesto.

Respiró hondo e ingresó al club. Apenas cruzaron las puertas Louis soltó la mano de Eleanor, pero continuó sonriente a su lado. No tenía otra opción, después de todo. Quería salir corriendo de allí, salir corriendo y no solo escapar de la fiesta, escapar de su vida. Quería volver a jugar futbol simple e inocente, quería volver a lo que era antes su vida, antes de meterse en este embrollo. Pero ni siquiera sabía en que se estaba metiendo, y aquí estaba ahora.

—Tomlinson, que agradable verlo aquí esta noche—una voz grave y fría lo sacó de sus pensamientos. Un hombre de unos treinta años se encontraba frente a él, en una postura amenazadora.

—Oh, Hugs, un gusto verte a ti también—Louis se esforzó en que su sonrisa se viera sincera, aunque su voz sonó tan gélida como la del sujeto.

—No esperaba verte en este tipo de clubes, pensé que te iba más la onda… diferente— dijo Hugs.

Louis se acercó a él peligrosamente, lo miró a los ojos con ira.

—No te metas conmigo, Ryan— dijo, el enfado era evidente en su voz, y ya ni siquiera se esforzó por no llamar la atención, que se jodieran todos.

Ryan rió y se retiró, con una expresión de satisfacción en su rostro, lo cual hizo enfadar aún más a Louis.

Ryan Hugs era una de las tantas personas que dirigían otro equipo de futbol inglés, el Liverpool. Ese solo hecho creaba cierta rivalidad entre ellos, pero había mucho más de por medio, aunque Louis no sabía bien qué.

 Eleanor lo tomó del brazo y se dirigieron a un lugar más apartado del club.

—Tranquilízate, Louis. Recuerda que Robbert nos dijo.

Las palabras de uno de sus representantes volvieron a su mente. Recuerda, los estaremos observando y sabes cuales son las consecuencias. Maldición, lo había olvidado por un momento.

Respiró hondo e intentó sonreír. Tan solo estaría en la fiesta un par de horas, pero él sabía que sería una velada muy larga.

Harry aprovechó su rato libre para comer una hamburguesa en un local cualquiera de la zona. Le fue difícil encontrar algo económico debido a que se encontraba en una zona de clubes exclusivos y restaurantes elegantes. Luego de comer su hamburguesa con queso, se dedicó a vagar por las calles y mirar vidrieras. No había nada que le llamara la atención en específico, pero tenía que ocupar su mente en algo. En algo que no fuese Louis Tomlinson.

Pero no importaba cuanto intentara distraerse, Louis estaba allí dentro, y estaba acompañado. Y aun así eso no era lo que más le preocupaba, le preocupaba mucho más lo que estaba a punto de hacer.

Se dirigió nuevamente al club, en donde los fotógrafos comenzaban a reunirse nuevamente. No se les había permitido ingresar, por lo que se reunieron al iniciar y al finalizar el evento. Pero Harry no se unió a ellos esta vez. Llamó a un taxi y le indicó al conductor que esperara en la acera de enfrente.

Pasaron veinte minutos antes de que las puertas del club se abrieran nuevamente, y uno a uno fueran saliendo todos los presentes. Harry siguió a Louis con la mirada y lo encontró, al igual que al ingresar, sonriendo y de la mano de Calder. Tragó duro y se mordió la lengua.

Siguió a observándolo hasta que lo vio subir a un auto negro de alta gama, con vidrios polarizados. Entonces, le dio la orden al conductor del taxi de seguirlo.

Harry sonrió un poco por lo cómico de la situación; siempre había querido decirlo eso a un taxista, pero nunca pensó que realmente sucedería y mucho menos en esas condiciones, siguiendo a un famoso futbolista que le gustaba y a su novia.

Eran casi las dos de la mañana y casi nadie circulaba por las frías calles de esa vieja ciudad, por lo que seguirlos no fue una tarea complicada. Se internaron en uno de los barrios céntricos y estacionaron frente a lo que parecía un edificio muy común. Harry le dijo al conductor que estacionara a unos cuantos metros de allí. Sacó su cámara de su bolso y bajó un poco la ventanilla. Estaba bastante oscuro, pero la luz era suficiente como para que se distinguiese la matricula del auto y a las personas que bajaban de el en ese momento.

Click. El auto bajaron acompañados por dos hombres, uno alto y corpulento, Harry supuso que sería un guarda espaldas. El otro tenía una complexión delgada y estatura normal, poco probable que ejerciera tal profesión.  

Click. Harry tomó otra fotografía, esta vez enfocándose en ellos. Ingresaron los cuatro al edificio, Louis ya no sostenía la mano de Eleanor. Es más, se encontraba bastante alejado de ella. Estuvieron dentro cerca de veinte minutos y luego las puertas principales se abrieron nuevamente, salió la chica acompañada del hombre delgado. Subió a un auto rojo que se hallaba en la acera de enfrente y se marchó. Harry tomó otra foto de Eleanor subiendo al auto, por supuesto.

Cerca de diez minutos después fue el turno de Louis de retirarse, subió al auto negro. Harry tomó otra foto antes de indicarle al conductor que siguiese al auto nuevamente.

El auto de Tomlinson se dirigió hacia uno de los barrios residenciales del área más extravagantes y estacionó frente a una de las casas. El auto en el que iba Harry estacionó manteniendo distancia. Otra foto. El auto se retiró y Louis ingresó a la que, Harry supuso, era su casa.

Harry suspiró y permaneció allí cerca de veinte minutos, mirando por la ventanilla la silueta de Louis dentro de su casa, probablemente en la cocina según lo poco que podía ver.

Mañana entregaría las fotos y un reporte de lo observado a Liam, quien llevaba a cabo la investigación con él, pero desde un lugar más seguro detrás de una computadora.

Al menos ahora sabía dónde vivía Louis, y eso era algo, él supuso. Al menos él sabía algo nuevo sobre Louis, aunque Louis continuara sin saber absolutamente nada de él. 

El Fotógrafo - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora