36. A tres bandas

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NARRA LAUREN

Empecé el camino hacia casa, tenia el disco duro en el bolsillo interior de mi chaqueta.
Las calles de aquel polígono eran tranquilas pero justo cuando pensé aquello en mi cabeza, oí el motor de tres todoterrenos detras de mi.

Miré hacia atrás y vi que no podían ser otros que los rusos. Aceleré sin pensármelo dos veces. En otras ocasiones estaban conmigo Santorini o Gigi pero esa noche solo dependía de mí y no iba a dejar que me cogieran.

Di la primera curva cerrada para adentrarme mas al polígono, había estado un par de veces por ahí y empecé a planear como salir haciendo que me perdieran de vista.

Al cabo de dos curvas mas, habia perdido a uno de los coches oscuros y llegué a la zona donde sabia que les perdería a todos de golpe.

Vamos Lauren, sólo un poco mas, dale un poco más....

La moto no daba para mas y cuando fui a cambiar de sentido, el coche que habia perdido antes apareció delante de mí lo que hizo que derrapara cayéndome de la moto.

Pareció haber pasado horas pero sabía que solo habian pasado segundos cuando oí las puertas de los autos y yo seguía en el suelo.

Poco a poco me levanté, no notaba nada roto pero la pierna izquierda sabía que tenía algún raspón porque notaba algo liquido correr por la piel. El hombro me ardía pero me puse de pie lo mas recta que pude, tenia en frente al mismísimo diablo y no debía demostrar debilidad ante él.

-Querida Lauren Jauregui- Sonrió dando una palmada de gusto- Mi privilegiada

-Si piensas matarme no te aconsejo que sea ahora- Le interrumpí, sabia que el FBI les arrestaría con pruebas claras

-¿Matarte? -Parecia una pregunta real y a la vez irónica- Bueno, reconozco que ese era mi primer plan cuando supe que seguías viva pero... -Alzó el dedo- He recapacitado y me sigues mejor viva

-Nunca te ayudaré, puede que lo hiciera cuando era una niña  pero no lo haré ahora

Su risa hizo eco en todo el polígono y miró a sus hombres que estaban de brazos cruzados y serios.

-Oh pequeña Lauren si que me ayudaste bien ¿no te acuerdas?

*FLASHBACK*

Eran las 7 de la tarde aproximadamente. Me encantaba el tiempo de Miami, siempre agradable. Era una lastima que no pudiera disfrutarlo ni una tarde. Vladimir me tenía muy bien vigilada con sus guardias.

Oí unas voces desde el despacho de Tjäder y como estaba aburrida no dudé en acercarme. Total, yo era casi la reina de aquel sitio segun el ruso, solo que no podia mandar a los guardias pero por lo demás podía hacer lo que quisiera y tener lo que quisiera. Por eso en mi cuarto tenia el último modelo de Mac que habian sacado y un piano para tocar a cualquier hora.

-No es no! Baggio no aceptará estos acuerdos, dijo claramente que el cargamento pasará por...

-Me da igual lo que Baggio quiere o no, las reglas las pongo yo y el cargamento pasará por donde diga

-Pero eso no es lo que habían acordado- Cada uno estaba subiendo el volumen en exceso y yo me habia quedado en la puerta del despacho mirando a ambos hombres

-Me da igual, si Baggio quería negociar que hubiera venido en persona aquí... igualmente haré los negocios con los yankees

- Que?! No de ninguna manera - Se escandalizó de repente y sacó su pistola que llevaba en la cinturilla del pantalón- Tengo ordenes de Valentino para matarte si decidias hacer tratos con otros bandos

Club 42     [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora