Disclosure [ En Pausa]

Cap#9

Con todo este rollo no había tenido nada de tiempo para mí o para pensar como estaba yo, solo pensaba en Aaron y Jess, no podía de darle vueltas al asunto con todo lo que había oído. No podía pensar que Jess que se ve una chica toda tierna e inocente sea así osea me refiero a lo que quien carajos sabrá que estará metida con el

Decidí ir a bailar saben, tengo un cuarto arriba y siento que ya es momento de despegarme de la realidad y entrar  mi mundo de nuevo. Amaba bailar eso era para mí, la pasión que necesitaba en mi vida. Alguna vez les han dicho que eran buenas en algo?, bueno yo soy buena en ello, no buena excelente el baile está en mi venas aunque mi mama no quería aceptarlo.

Conecte mi teléfono y puse la primera canción que tenía y empecé a bailar no sabía qué hora era porque cuando bailo pierdo la noción del tiempo cuando alguien apago la música, era mi mama.

—Daniella. ¿Qué te he dicho de bailar en las noches?— dijo ella enojada como de costumbre cuando el tema era el baile.

—Sí, ma, yo sé que en las noches no debo bailar, pero llevo tiempo aquí y perdí la noción del tiempo. — dije muy tranquila.

—No, tú sabes que no me gusta esta tontería del baile. Espero que seas una profesional no una bailarina tonta Daniella es el momento que empiezas a pensar en tu futuro. —dijo ella gritándome.

—Tú, mejor que nadie sabe cuánto amo bailar. — ya empezaba a molestarme.

—Ya te dije que mientras vivas en mi casa, son mis reglas, ya no quiero que bailes mas Daniella, después te pasara lo que le paso a mi madre y no querrás nada más en la vida que volver a bailar como lo hacías antes. —

—Y yo, ya te he dicho lo importante que es para mí mama. ¿Por qué no puedes amar algo que yo amo?— dije llorando.

—Porque no, Daniella déjate de tonterías y ponte a estudiar hazme el favor. — dijo saliendo de mi habitación.

—Gracias por ser una buena madre como siempre. — le grite tirando la puerta del salón.

Volvió al momento que la cerré y me dio una cachetada que le dolió más a ella que a mí. Y esa fue la gota que derramo el vaso, cogí mi abrigo, mis botas, mi teléfono y baje las escaleras lo más rápido que pude.

Cerré la puerta de un solo portazo y empecé a correr hasta que sentí que estaba ya muy lejos de casa, no me importaba nada, estaba harta que cada vez que ella y yo peleábamos ella me tenía que golpear.

Seguí caminando sin rumbo, no podía creer como era mi madre. Por dios como puede golpear así a su hija sin razón, solo por un baile? Estaba loca.

Estaba cada vez más oscuro y mi celular se estaba quedando sin batería aunque no tenía ni una sola llamada de ella. No podía creerlo ni siquiera se preocupa por mí. Me senté en una acera me dolía que mi madre sea así hasta que llego alguien y se sentó al lado mío.

— ¿Cielo, estas bien?— me dijo esa voz tan fría y conocida para mí.

—Ehm, sí. — alce la cabeza y lo mire.

—No, eso no es verdad. — dijo el mirándome como incitándome a contarle.

—No, de verdad estoy bien. Gracias Aaron por preocuparte. — dije

—Daniella, mírame. — lo mire y el siguió hablando. — Dime la verdad, sé que no estás bien, que tienes?, que paso? , Te hicieron algo?, dímelo cielo puedes contar conmigo. — dijo el tan ¿tierno?

—El problema es mi mamà. — dije y empecé a llorar de nuevo. — él me dijo que me tranquilizara.

—Daniella, vamos. — dijo dándome su mano para levantarme, la cual acepte. — Vamos lejos de aquí solo por unos momentos. ¿Quieres despejarte y no pensar en ese que paso por unos momentos?—.