Capítulo 29

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Año 2007

Guardo la carta de Evan, retoco un poco mi maquillaje pero el teléfono suena.

-¿hola?- respondo y pongo el alta voz

-hola Lady Macbeth- dice Alonso animadamente -¿cómo vas?- me pregunta

-bien, estaba a punto de irme- me pongo brillo labial

-ok, cuidate, que no se los coman los osos- rie

-espero que no, regreso como a las diez, solo puede de siete a diez, gracias Alonso-

-no hay de que, hablamos al rato, adios- cuelga y yo igual, acomodo mi flequillo, tomo las cosas y detengo el primer taxi que pasa para ir al bosque.

Cuando llego, son siete con quince minutos, preparo una manta en el césped con diseño de cosmos, coloco los globos de cantolla a los lados y pongo los cerillos a lado, miro el reloj de nuevo son siete con veinte y cinco me recuesto ¿se descompondria el carro de sus papás? Cierro un poco los ojos y el sueño me arrastra.

-Ross- me sacude alguien

-Hmmm- me muevo un poco aún dormida

-vamonos, son diez treinta, estaba preocupado y te vine a buscar- Alonso se sienta a lado de mi

-Evan, no vino- susurro

-me parece que no-

-soy una estúpida, una estúpida- me levanto enojada y con un nudo en la garganta -aún decidí confiar en él- comienzo a llorar de coraje y me dejó caer en el suelo, no es justo, de nuevo me dejo plantada

-anda, Ross vamonos- Alonso me toma entre sus brazos y me acuna en su pecho -no eres estúpida, eres una buena persona pero él es un cabrón- me carga y nos vamos hasta su auto, no puedo dejar de llorar

-no es justo, siempre lastima a las personas que lo quieren- me da hipo de estar llorando

-Ross, dime como te ayudo- Alonso me mira un segundo y sigue manejando, quiero llorar, lo odio, le encanta hacerme llorar, claro y yo le tuve que creer, Alonso se estaciona

y me abraza -llora todo lo que quieras- me hace llorar más, si tan solo tuviera la mínima idea de lo que lo quiero, Alonso me suelta -¿quieres ir a algún lado?-

-no, llevame a mi casa por favor- cuando esta a punto de arrancar el auto, a lo lejos veo a Evan saliendo con Denisse de un cafe, ambos rien y van abrazados -Alonso, mira- señalo, lloro más

-ese cabron- se baja del auto

-¡no, espera!- salgo tras él, pero Alonso va hecho una furia y toma a Evan por un hombro clavandole un puñetazo en el rostro, Denisse grita, corro para alcanzarlos

-¡¿qué te pasa?!- grita Evan desde el suelo

-¡que eres un cabron, dices querer a una chica y la dejas plantada!- Alonso también grita y Evan me mira

-Ross- dice mientras se levanta y su nariz sangra

-¿qué esta pasando?- pregunta Denisse con su voz chillona

-Ross, por favor, dejame explicarte- se comienza a acercar a mi pero Alonso lo detiene, Evan lo golpea pero él se lo regresa mandàndolo al suelo de nuevo

-¿cual es tu problema?- se levanta del suelo ahora con el labio roto igual que Alonso, Evan me mira

-todo me ah quedado claro- digo mientras silenciosas lagrimas escurren por mis mejillas, me doy media vuelta y camino hacia el carro

-¡Ross, no, espera!- viene corriendo tras de mi hasta tomarme por la muñeca -por favor, dejame explicarte- no me giro a verlo, me suelto de su agarre y sigo caminando, Alonso pasa corriendo a mi lado, hasta emparejarse conmigo

-¡Evan, dejala!- grita Denisse

Alonso y yo nos subimos a su carro, arranca y no volteo a ver a Evan, ni él ni yo decimos nada hasta que llegamos a mi casa.

-¿quieres entrar?- pregunto a Alonso

-¿tu mamá no se molestara?- pregunta abriendome la puerta

-debe estar dormida, solo será un momento-

-ok- responde y entra tras de mi, llegamos a la sala y traigo el botiquín para curar su labio roto

-no debiste hacerlo, no vale la pena- suspiro mientras limpio la sangre que escurrió por su barbilla

-no es justo que ande muy a gusto con esa chica mientras tu estas llorando por él- pasa su dedo por mi mejilla

-estare bien- termino de curar su labio -gracias por traerme y rescatarme del bosque- lo abrazo y lloro de nuevo

-no llores- acaricia suavemente mi cabello

-n-no puedo, me duele mucho- siempre fue Denisse o alguna otra, nunca pudo ver mas haya y ni aunque sea mirarme por segundos

-descansa un poco, vendre mañana, lo prometo- me abraza màs fuerte y me besa en la frente -anda ve a dormir- se despide y se va, subo a mi cuarto y con cada escalon que subo lloro más hasta llegar a mi cama y seguir llorando largas horas hasta que por fin me quedo dormida.

-pequeña, despierta, Ross- creo escuchar la voz de Krystal

-Krystal- digo abriendo los ojos que me arden por llorar

-buenos días- dice Tasha animadamente mientras me siento

-trajimos helado, chocolate y peliculas- Anat pone todo sobre mi cama

-¿cómo estás?- Adelay me pregunta sentándose a mi lado

-¿quién les dijo?- pregunto bostezando

-Alonso- responde Krystal

Le cuento a mis amigas lo que pasó y aunque yo se que ellas me dijeron que Evan era así decidí correr el riesgo, claro salí lastimada. Durante todo el día llama Evan a mi casa, mis amigas le contestan y le dicen que deje de molestar con otras palabras. Por la tarde mi mamá y Alonso se unen a ver las películas, me siento menos triste pero Evan llega por la noche a mi casa, Alonso no lo deja pasar ni mis amigas. Ellas se quedan de nuevo a dormir conmigo y Alonso se va muy tarde.

La mañana del domingo desayunamos todas juntas y después se van, duermo toda la tarde, pero aún así no me siento preparada para ir mañana a la escuela y ver a Evan.

Trece Cartas (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora