Capítulo X: El Holder de la Precisión

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No quería tener nunca que usar estos objetos y menos en Miranda, necesito salir de dudas. Espero que no se lo tome mal si me equivoco, espero equivocarme...
Me coloqué el parche y observé a Miranda. Ella lo notó y simplemente sonrió. Un dolor intenso atravesó por mi ojo. Una voz en el interior de mi cabeza:
-Sin duda un verdadero aliado… ¡protégelo!... No encontrarás a uno mejor en tu maldita vida…
Un respiro… es mi aliada, y yo desconfiando de ella. Esto me hace sentir muy mal.
-Veo que ya te diste cuenta. No te culpo…te di muchos motivos para dudar de mi. Ahora estás seguro de que te quiero ayudar, no es cierto.
-Así es. Lo siento mucho Miranda no debí…
Se acercó lentamente y me besó apasionadamente en los labios:
Disculpas aceptadas. Mi objetivo siempre fue y será ayudarte y corregir tus errores. Después de todo soy la Novia del Buscador. Decidí pasar un tiempo en su compañía. Necesitaba un respiro antes de continuar. Ya descansado y más animado regresé al trabajo. La precisión me esperaba…
Una pista me hizo dirigirme a un campo de tiro. No había una sola alma. Un silencio desolador controlaba el lugar. Caminé sin idea de lo que debía hacer. Al llegar a la zona de práctica el silencio fue acallado por cientos de disparos. Me lancé al suelo. El  olor a pólvora me estaba asfixiando.
Un hombre con traje de militar estaba parado frente a mí. Le pregunte por alguien que se hacía llamar El Holder de la Precisión. Una expresión de emoción se dibujo en su rostro. Levantó su pistola y me disparó. Morí… no lo creo… apenas sentí la bala.
Me levanté del suelo confundido. Mi atención cambió enseguida al ver que el campo de entrenamiento había cambiado a una forma más demoniaca. Hasta donde alcanzaba mi vista estaba lleno de casquetes. Personas los recogían como obligados a ello. Por su apariencia y vestimenta, debían ser Buscadores. El mismo soldado que me disparó volvió a aparecer y dijo:
-¡Tome el rifle soldado! Tiene cinco balas. Debes acertar en la diana sin falló. De no ocurrir esto las consecuencias no te serán placenteras.
Desapareció. Nunca había utilizado un arma y ahora no podía fallar. Tomé el rifle de sobre la mesa. Lo cargué, tomé aire y apunté hacia la diana que apareció. Disparé todas las balas y para mi impresión no fallé.
El campo de tiro despareció. Me encontraba en un vacio y parado frente a mí un hombre vestido de chaqueta trinchera y un sombrero café oscuro fumando un cigarro. Ocultaba su cara. Me pidió que me acercara y le pregunté:
-¿Qué arma puede derrotarlos?
-Hmmm… una pregunta de lo más interesante, muchacho. Hace mucho tiempo que no me la hacían, más bien, hace mucho tiempo que nadie superaba mi prueba. Eres digno de la respuesta. A través del tiempo el hombre intentó luchar contra semejante poder sin oportunidad. ¿Cuántas armas se usaron? ¿Cuántas balas? ¿Cuántas vidas? La respuesta es simple, millones. Nunca se encontró nada que pudiera vencerlos. Hasta que… los antiguos se apropiaron de el poder de uno de los objetos y crearon un arma capaz de herir a cualquier Holder, El rifle de Osiris.
Sus balas tenían una energía demasiado poderosa para nosotros. Los ancianos después de recuperar cada objeto, sellaron el arma dentro de uno. Usándolo murieron miles pues por cada bala disparada el portador pierde parte de su tiempo de vida. El límite para un ser humano es 5. Viendo tus condiciones diría que para ti 2. No lo uses en él. Tu vida no será suficiente
-Te refieres al Antiguo.
-Si…
El hombre sacó de su espalda el rifle. Era de color marrón y desprendía una luz celestial. Lo cargó con cinco balas y me lo dio. Se inclinó respetuosamente y caminó hacia el vacio. Una ráfaga de viento y me desperté. Estaba en el césped del campo de entrenamiento y en mi espada el rifle. De las gradas se escuchó una voz:
-El Objeto 10… El rifle de Osiris… Con él nunca fallarás pero… ¿Cuántas balas tomará detenerlo?



El Portador: The Holder's Seeker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora