Deseo de morir

Capitulo 2

Eran las 4:30 y yo estaba en la puerta del instituto, nadie había aparecido aún, y ya me estaba poniendo nerviosa, de repente vi a un chico encima de un coche rojo, de estatura media, pelo castallo casi rubio y ojos verdes, no recordaba haberlo visto anteriormente, se acercó hasta mi y me dijo:

-Soy yo el que te ha puesto esa nota. Te he visto por los pasillos y en algún patio y ya veo como se comportan contigo, a mi me pasaba lo mismo, ups, perdón se me olvidaba, encantado de conocerte, me llamo Adam.

Jessica:

-Hola, yo soy Jessica, no recordaba haberte visto nunca.¿Y qué me tienes que decir?, no es por ser grosera pero me carcome la curiosidad.

Adam:

-Vamos a otro lugar, aquí nos pueden escuchar.

Nos dirigimos hacia abajo, donde se encontraba el comedor y ahí comenzamos a hablar.

Resulta que Adam pasaba por lo mismo que yo y me empezó a contar su historia:

-Haber todo empezó un día frío, un día de invierno, yo era nuevo en el instituto y la verdad es que no me compaginaba con nadie, una chica por la cual estaba locamente enamorado comenzó a llamarme el rarito de clase, solamente porque aprobaba todo...

Interrumpí sin poder evitarlo, a Adam se le empezaban a encharcar los ojos, no sé si era por el dolor que sentía o de los recuerdos, entonces le pregunté:

-¿Pero esto por qué me lo cuentas a mi?

El con la mirada perdida, no sé donde la tendría en ese momento, me respondió con un tono de voz suave:

-Porque te veo por los pasillos y se perfectamente que es una mierda que te traten de esa manera, como si no existieras y que cuando por un casual dejas de ser invisible te insulten o te empujen, es una mierda aún más grande.

Yo le miré, y el me miró, me perdí en su intensa mirada que poco a poco se fue tranquilizando, baje la mirada un instante y contemplé que estaba sonriendo, en el momento pensé que tenía una sonrisa preciosa, creo que notó que había demasiado silencio y siguió con su historia, que por cierto creo que me la resumió en muy breves palabras.

-Bueno la chica me hacía la vida imposible y el resto de mis compañeros tan bien, un día pensé que debía cambiar de vida y me cambie a este instituto, desde entonces mi vida va a mejor y bueno, te quiero ayudar.

Intentaba reflexionar todas y cada una de las palabras que había dicho, pero no podía, parecía que solo podía centrarme en el, en su mirada, que me miraba con dulzura, en sus labios que estaban dispuestos a sonreír una y otra vez. Por dios, que sonrisa.

Cuando me quise dar cuenta Adam se había acercado más a mi, casi podía notar su respiración y escuchar los palpitos de su corazón.