Capitulo 7

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En ese instante podían caer truenos, relámpagos incluso un meteorito, pero nada, absolutamente nada podría arrebatarme esa gran sonrisa que había en mi rostro. Eran apenas 12:00 y seguía pensando en aquel beso, ese beso que nos dimos como si nada ni nadie nos importara. Comenzaba a tener sueño pero no quería dormir, por el simple hecho de poder recordar ese beso una y otra vez como si nada. Ya no podía mas con mi alma, debía dormir, tenía demasiadas ganas de dormir y caí rendida en un profundo sueño.

Me desperté a las 10:15, que bonito era despertar con aquel sentimiento, pero a la vez que infierno era despertarse de nuevo con los gritos de mis padres, a veces pensaba que por qué todo lo malo me tenía que pasar a mi, pero no, tampoco llevo una mierda vida, ahora con Adam en mi vida todo iba un poco más a mejor, solo un poco, mis padres seguían igual, yo la única solución que le veía a aquella relación era la del divorcio. Pero no, solo pensaban en ellos mismos y no se daban cuenta de que su hija, su única hija estaba sufriendo y hasta al borde de querer desaparecer de este mundo.

Desayuné como de costumbre, me encerré en la cocina para no escuchar tanto grito, por una vez que estaba feliz de verdad no iba a dejar que me amargaran. Desayuné, me vestí y me dirigí hacia el parque que estaba detrás de mi casa. Jardín verde, un par de tulipanes por las esquinas y un pequeña fuente con peces. Ahí iba siempre que necesitaba un poco de relajación. Estaba yo ahí sentada en un banco y de repente siento los pasos de alguien, notaba como sus manos se iban posando en mis ojos, podía notar como se le formaba una sonrisa a la vez que se me hacía a mi, ya tenía los ojos cerrados por completo y me susurró en el oído derecho, con una voz dulce:

-¿Qué pasa vienes a todos los lugares, a donde me dirijo yo?

Me destapó los ojos y desde atrás me dio un beso en la mejilla, me di la vuelta y antes de que me pudiera dar cuenta me besó, que beso, fue un beso que me llevaba a otro lugar del que no quería volver nunca. Paramos para coger aire, posé mi nariz sobre la suya y sonreí, el me sonrió y se sentó al lado mio, colocó su mano sobre la mía, enlazándolas. Le pregunté:

-¿A la tarde que plan tienes?

El hizo una carcajada y respondió:

-Estar contigo.

Notaba como se me sonrojaban las mejillas y me besó, este beso fue distinto.

Era tarde, me tenía que ir a casa, debía de comer y alistarme para la tarde, le di un beso, un beso corto. Mientras iba a paso ligero, sentí como una mano envolvía mi brazo, me gira bruscamente, de modo que me pone completamente cerca de el, nos besamos y me pregunté cómo alguien podía ser tan perfecto. 
Me susurró en el oído, si puedo recordar bien dijo esto:
-20:30, no llegues tarde, el monte nos espera.
Le respondí, vale, pero por el simple hecho de que iba a llegar tarde a casa.

Ahí tuve que echar a correr, si es que no quería llegar tarde. Entré en casa de un portazo, llegar a mi 'hogar' si es que se le puede llamar así, no me ponía de muy buen humor. Esto era extraño no habían gritos por ningún lado, no me lo podía creer, entonces es cuando me encontré a mi madre en el suelo, apoyada en la cama, llorando, llorando desconsoladamente, nunca había llegado a verla así, me dolía verla así, es mi madre.

Entonces caí en cuenta, en el brazo derecho tenía una marca, en ese momento podría haber jurado que era de cinturón,no le di mucha importancia, pero cuando fui a llamar a mi madre, para ver su rostro, cuando contemplé aquel labio hinchado y roto, el ojo completamente morado y la sangre que caía de su nariz, quería matar a mi padre, ¿a quién se le había ocurrido parir a semejante gilipollas?, no lo entendía.
Entonces, corrí hacia mi madre, la abracé tan fuerte como pude, la rabia me estaba invadiendo, me levanté y comencé a andar con el propósito de salir del cuarto donde se encontraba mi madre, la rabia me había invadido, le pegué un puñetazo a la puerta, en aquel momento no me dolió, pero media hora después... ¿Quién podía soportar eso?

Fui a por el, sabía donde se encontraría, no era muy difícil de acertar, en el bar de enfrente de la panadería, no se como yo, Jessica Moore, podía estar dispuesta a enfrentarme a semejante bestia, entonces llegué y como no... lo encontré ahí, apoyado en la barra tomándose una de sus mil cañas, le empecé a gritar, como si solo nos encontráramos nosotros dos, la gente nos miraba, me daba igual, tan bien me daba igual que medio bar se enterara de nuestros problemas, más cuenta se iban a dar al ver a mi madre. 
Me pegó, que cachetada me pegó, no se que me dolió más  la ostia que me había metido o que mi propio padre me la diera.

Me fui a casa, estaba conteniendo mis lágrimas, no quería llorar en público y menos con gente desconocida, llegué a casa, mi madre estaba como si nada hubiera pasado, entré en mi cuarto y pegué un portazo, me quité las zapatillas y salté a la cama, abrí el WhatsApp y comencé a hablar con Adam, le comuniqué que no podía quedar, era lo mejor que podía hacer, no podía dejar que me viera así. Me dijo que no ocurría nada, así que bloquee el móvil y me eché a llorar. Cogí la almohada y me la puse en la cara, comencé a gritar y a llorar con más intensidad, era un sentimiento extraño, inexplicable.

Y de nuevo me encontraba sola en el cuarto, llorando. La rutina de siempre, uno se acababa acostumbrando.

Perdoooon chicos,lo siento por tardar tanto en escribir el 7 capitulo,espero que sea de vuestro gusto,ya que he tardado bastante en escribir lo he alargado, espero que para el próximo capitulo no tarde mucho en escribirlo...
(se que el 5 capitulo fue un truño pero la recompensa fue el 6 y espero que el 7 tan bien)

Deseo de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora