Eran las cinco y media de la tarde. Había terminado de ducharme y me estaba preparando porque había quedado con Carlos y su amigo. Tenía intriga por saber como era ahora. Me puse una camiseta cualquiera, acompañada de unos pantalones negros, unas bailarinas del mismo color y mi jersey beis. Mi cabello castaño lo dejé suelto con unas horquillas sujetando los pelos que se me ponían por la cara. Mandé un mensaje a Carlos diciéndole que ya estaba preparada y podía venir a buscarme, no tenía ni idea de donde iríamos, pero con este aire mejor que estuviéramos en un sitio cerrado. Carlos no tardó en venir a recogerme.
***
Cuando llegamos al sitio donde habíamos quedado y cuando ya aparcó, bajé torpemente del coche, yo siempre seré patosa. Entramos en la solitaria cafetería, estaba alguna que otra persona en la barra leyendo algún periódico y en una mesa del fondo había un chico moreno, bastante guapo, con la vista fija en el móvil.
-Mira, ahí está.
Carlos señaló en la dirección a la que estaba mirando. Le seguí algo tímida hasta donde estaba ese tal David. David se levantó y ambos se saludaron con el típico abrazo que se dan los tíos.
-Mira David, esta es Noelia. ¿Te acuerdas de ella?
-Como iba a olvidarme. -Sonreí.
Rió. Me dio dos besos que yo correspondí y nos sentamos. Pedí un chocolate caliente. Ahora que me fijaba en David de cerca tenía el pelo oscuro y algo rapado, aunque sus ojos fueran marrones tenían un brillo especial que me gustaban.
-¿Vas a ir a la universidad? -Preguntó Carlos.
-No, ya la terminé, me han dado un trabajo en un bar en el que cantaré los fines de semana.
-¿Cantas? -Pregunté sorprendida.
-Sí. -Sonrió orgulloso.
-Algún día iremos ¿verdad Noe? -Asentí.
-Por supuesto.
Estuvimos más o menos una hora en esa cafetería hablando de nuestras vidas, de lo que estudiábamos Carlos y yo, que era publicidad y relaciones públicas, de gustos, hobbies etc.
Nos íbamos a ir, así que Carlos fue a pagar dejándonos a David y a mi solos.
-Sí que has cambiado. -Soltó de repente.
-¿A bien o a mal? -<<¿En serio Noelia, vas y sueltas eso?>> Cállate estúpido subconsciente.
-A bien. -Sonrió. Dios que sonrisa más bonita tiene.- Déjame apuntarte mi numero.
Le di mi móvil y cuando me lo devolvió ya lo tenía en mi lista de contactos como: David el divo. Sonreí.
<<Le gustas>> Lo dudo.
-Llámame si algún día te apetece quedar conmigo. -volvió a sonreír y yo lo hize también.
Vino Carlos y nos aviso de que ya podiamos salir sin ser arrestados por no pagar 5,50€. Me puse el jersey y salimos los tres a la calle. Di dos besos de despedida a David y se fue andando a dónde quisiera que viviera. Era un cielo de chico, madre mía, no se le quitaba la sonrisa de la cara y no te aburrias con el. En cuanto llegara a casa tendría que ponerme a hacer deberes o a estudiar, aunque no se si podré concentrarme si sigo pensando en David.
Álvaro.
Terminé de desembalar la última caja que quedaba, ya oficialmente me había mudado.
Me tire al sofá y observe el techo, ya era hora de que me independizara y que mejor sitio que en esta urbanización tan tranquila que no quedaba muy lejos de la universidad, comparado con donde vivía antes. La casa no era ni muy grande ni muy pequeña, tenia dos habitaciones, dos baños, una cocina y un salon.
Lo que mas me gustaba era que se podía subir perfectamente al tejado por la trampilla o incluso desde la ventana de mi cuarto. La única pega era que las casas estaban muy próximas la una de la otra, podrias ir de ventana en ventana, pero por lo demás ni un pero.
Tendría que hacer alguna fiesta para inaugurar la casa.
Estaba cansado por haber estado toda la tarde colocando cosas, aunque haya sido con ayuda de mi padre, pero si quería empezar con buen pie tendría que conocer a los vecinos, además no había muchas casas habitadas y solo iria por las que estuvieran mas cercas a la mia, tardaría poco.
Cogí las llaves y salí. Fui a la primera casa a mi derecha y llamé, quien quiera que viviera aquí tardaba en abrir bastante, pense en volver mas tarde cuando por fin abrieron la puerta y me sorprendí de quien era.
<<Joder, no puede ser.>>
ESTÁS LEYENDO
80 dias para enamorarte |A.G|
Fanfiction«-Soy capaz de enamorarle en menos de ochenta dias. -¿Es esto una apuesta como la de Willy Fog?»