"nueve"

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David se empeñó acompañarme a casa después de salir del cine, yo le dije que no hacia falta, pero es un cabezón. Durante el camino tuvimos una conversación que no me esperaba para nada.

-Noelia, no se como decirte esto pero... Apenas nos conocemos, y estos días en los que hemos estado juntos han sido geniales. -Por cómo ha empezado seguro que le caigo mal. Se rascó la nuca nervioso- y puede que sea un poco precipitado, pero me gustaría, que fuéramos algo mas que amigos.

Me paré en seco. Me estaba pidiendo... ¿Salir? Espera un momento ¿e oído bien?

-¿que?

Vamos, ¿no eres capaz de decir nada normal?

-Pues... Que me gustas y que si quieres salir conmigo. -dijo nervioso.

David era guapo, me gustaba, era súper simpático lo que había hecho que cogiera bastante confianza con el, y muy rápido. Pero no nos veía saliendo.

-David yo... Tu también me gustas. -no se como decirle que no.

-No si es verdad, que voy a hacer yo con una chica como tu. Seguro que ya tienes novio, lo siento. -se dispuso a andar.

¿como?¿novio?¿yo? Tuve que dar unas zancadas para llegar a donde estaba. Me planté delante de el.

-En realidad no tengo novio.

-Al menos no compito con nadie. -sonrió- ¿eso es un si?

-Eh... sí.

<<¡NO!>>

¿Por que he dicho si? Ha podido ser por las cosas que me ha dicho, ha podido ser porque me gusta, ha podido ser porque yo también necesito a alguien que me quiera.

Nada mas darle mi respuesta me rodeó con sus brazos y me dio un beso suave y rápido que yo seguí.

Estuvimos hablando de lo nuestro. Que por cierto no sabía muy bien que era. El me dijo que nada serio y yo asentí alegremente. Al poco rato llegamos y nos despedimos.

Subí al baño, me di una ducha y me enrosque en el cuerpo una toalla blanca. Entré en mi habitación, no sé porque me acordé de Álvaro en el cine y eso hizo que mi cabeza se girara hacia la ventana que nos comunicaba. La persiana estaba subida. Me volví a enroscar la toalla de nuevo, se me estaba cayendo. Me levanté y fui a bajarla. Dios. Qué asco.

Alvaro

Jenniffer se quitó la camiseta, seguidamente se acercó a mi y me dio un beso basto. Ya veo lo que quiere, y a mi eso me apetece.

Agarré su cabeza con mi mano derecha y con la otra su cintura. La tiré sobre mi cama quedándome encima de ella. Ella me desabrochó mi cinturón. Desabroché su pantalón y se lo bajé. Ella hizo lo mismo con el mío besando mis abdominales mientras yo le alborotaba el pelo.

Tenía ganas de hacerlo y ella lo notaba y me sonreía pícaramente. Nos volvimos a tumbar en la cama y nos deshicimos de nuestra ropa interior. Ella gemía por cada beso que le daba en el cuello. De vez en cuando lo mordía lentamente y eso me ponía a mil. Ella estaba desesperada por que lo hiciera y yo no podría aguantar mucho más.

No aguanté más. Me introduje en ella con mucha fuerza. Ella gritó de una manera muy sensual lo que hizo que yo me excitara más. Ella cerraba los ojos a cada envestida mía. Yo la besaba de vez en cuando en el cuello. No había amor y se notaba. Me daba igual. Tan solo sexo. No paraba el ritmo pero si lo aceleraba más. Ella agarraba las sabanas con fuerza y de su boca solo salían gemidos de placer. Ella se incorporó un poco y me besó el cuello.

Giré mi cabeza y vi con una pequeña toalla que le tapaba lo justo, a Noelia, ella justamente se giró y miro con cara de asco y acto seguido cerró la cortina.

80 dias para enamorarte |A.G|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora