"doce"

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Ya habían pasado cinco días, cinco días desde que acepte ser novia de David.

Ahora me encontraba preparándome para volver a clase, había estado unos días sin ir, tenía fiebre y  resfriado, todo a causa de la lluvia. Aun me sentía algo cansada, pero no se comparaba con los tres días anteriores.

Cogí lo primero que pillé del armario, algo que me abrigara y me preparé.

Álvaro.

Estaba en los pasillos de la universidad, no tenía ganas de entrar esta hora, el profesor era un amargado, y además me tenía manía, siempre estaba llamándome la atención, aunque no hiciera nada, era el típico profesor capullo.

Pude oír unos pasos acelerados que se apresuraban a lo largo del pasillo, vi una sombra pero seguía sin adivinar quién era, cuando esa persona se acerco mas entonces vi a Noelia, sus pies se pararon en seco y se me quedó mirando con cara de asombro, sonreí, tenía una idea.

Noelia no es una chica fácil de jugar con ella, no es como las otras chicas que son unas guarras y no saben mas que abrirse de piernas. Si quería llevármela a la cama tenía que demostrarla que era de otra manera, supongo, tendría que dejar durante un tiempo el "Álvaro de siempre" y ser un Álvaro nuevo. Se acabaron las fiestas hasta tarde, las chicas y tendré que estar menos con Dani y estos. Podré hacerlo.

Volviendo a la realidad.

-Hombre, Noelia, estas viva.

-¿Qué haces en el pasillo? ¿Ya te hecharon? Que pronto.

-No, lo que pasa es que no me apetece entrar. ¿Cómo es que has estado tantos días sin venir?

-Estaba enferma - Dijo seca.

-Pues para un día que queda de clase esta semana podrías haberte ahorrado venir, yo me habría quedado durmiendo.

No dió importancia a lo que dije, me dio la espalda pasando olímpicamente de mi. La cogí del brazo antes de que se alejara mas.

- Oye ¿y si vamos a dar un paseo? -Ella parecía no entenderme- Pellas. - Aclaré bajando el tono. Ella abrió los ojos como platos.

Dije que iba a cambiar, hacer pellas no era lo mas correcto para hcerme ver mas estable o distinto, pero el sitio al que pensaba llevarla enamoraba a cualquiera.

Además, las personas no cambian de la noche a la mañana.

 

Noelia

Si, entendí bien lo que Álvaro insinuaba, yo no pierdo clase por que si, pero iba a ir, la apuesta ante todo.

Pellas.- Dije.- No se, no falto a clase por que no me apetezca ir.

-Venga, por faltar un día mas no pasara nada, ni se darán cuenta. Además llegas un cuarto de hora tarde.

Fruncí el ceño, como si estuviera pensándomelo.

-Vámonos.

En un movimiento rápido Álvaro me cogió de la mano y atravesó corriendo conmigo el pasillo, casi me caigo cuando paró —haciendo que yo también lo hiciera— enfrente de la puerta. Salimos intentando que no se nos oyera a nosotros ni a la puerta.

Nos dirigimos a su coche, yo solamente le seguía, el iba delante de mi. Subí en el asiento del copiloto. Álvaro metió las llaves y se encendió el motor.

Lo mejor sería romper el hielo y hacer que esa situación fuese lo menos seria posible.

-¿A dónde vas a llevarme, Alvarito?- dije resaltando el ito.

El sonrió y me dejo con la intriga diciendo ‘ya lo veras cuando lleguemos’. El puso la radio y estaba sonando rolling in the deep, me encantaba Adele y me sorprendió que Alvaro cantara tan bien.

-Cantas bien, muy bien.

-Tengo que mejorar -se encogió de hombros.

-Pues a mi me parece perfecto como lo haces.

-Es que yo, soy perfecto.

Me guiñó un ojo mientras sonreía e iba cantando.

<<Egocéntrico>> Pensé.

Llegamos a una clase de campo, una pradera llena de flores y la hierba verde, algunos de los dientes de león volaban solos gracias al aire que soplaba allí, me senté entre las flores.

Álvaro se hechó a mi lado poniendo sus brazos detrás de la cabeza y mirando hacia el cielo.

Álvaro.

Miraba a las nubes, me gustaba observarlas sobre todo cuando solía venir aquí de pequeño con mi madre, que siempre estábamos sacándolas formas, jugando con la imaginación.

Es un sitio muy especial, tanto que no he traído a nadie hasta hoy, ni si quiera a Dani, lo que es raro, no se por que la traigo a ella, pero veo que he acertado.

Ella se recostó a mi lado y respiro profundamente.

Es un lugar bonito, y lejos del ajetreo de la ciudad -Sonrió.

Si. -respondí- Es un sitio muy importante para mi. - Dije en un tono más bajo.

-Mira. Esa nube parece un conejo -Dijo entusiasmada.

Me acerque más quedando casi pegados y alzando mi dedo señalé una nube.

-Y esa de ahí un canguro comiendo una hamburguesa.

Se tapó la cara riendo mientras negaba.

En un movimiento, ambos coincidimos con nuestras miradas, sus ojos miraban a los mios y estábamos a escasos centímetros, quería besarla, me acerqué y rocé sus labios pero algo lo interrumpió.

-¿Y si vamos a comer? Tengo algo de hambre. -Dijo con algo de nerviosismo.

-Mejor. Hay cerca una cafetería.

Ella empezó a andar y yo iba un poco más atrás, me acorde del sábado, si la invitaba y la emborrachaba podría tirarmela y ya no habría necesidad de hacer mas mariconadas como estas. Iba a invitarla y ahora era un buen momento,  así que tuve que aligerar un poco el paso y echar una pequeña carrerita para llegar hasta ella, la puse un brazo detrás de su cuello.

-¿Alguna vez has ido de botellón?

-¿A que viene esa pregunta? -rodé los ojos.

-Tu sólo responde.

-Si, si he ido. -Mentía, lo notaba en su voz.

Cogí un mechón de su pelo y lo enrede en mi dedo índice, colocándose detrás de la oreja.

-Ui, que rebelde. -Rei- Pues el sábado voy a uno ¿Te apuntas?

-Si, vale, iré. -Respondió aunque dudosa.

Ui, ui, ui, que poquito te queda para caer en mis garras, hasta el sábado si tengo suerte.

80 dias para enamorarte |A.G|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora