Sonó el despertador a las siete y cinco, lo apague y deje que la alarma de dentro de 10 minutos me hiciera levantar de la cama. No había ninguna gana de empezar otra semana aguantando los insultos de los de siempre, pero que se le va a hacer, en todos los lugares tiene que haber un gilipollas. Me quedé pensando un rato más hasta que el estridente sonido del despertador hizo que lo apagara y saliera del tan cómodo colchón.
Baje las escaleras y entré en la cocina. Me dispuse a desayunar cuando sonó el teléfono. Era Carlos, mi mejor amigo. Era en quien más podía confiar aquí en la ciudad, le cuento todas las cosas y siempre comparto con él el chocolate caliente, mas de una vez le han confundido con mi novio por lo cercano que es conmigo, como dice el 'A primera vista puedo parecer un poco rancio pero luego no lo soy.' Y es verdad, el es todo ternura aunque no lo demuestre mucho.
*Conversación telefónica*
Carlos: Hola Noe -dijo con la boca llena.
Noelia: Hola Carlitos.
Carlos: Estoy -se oyó que tragaba- desayunando, en cuanto acabe, me visto y voy a buscarte para ir juntos a clase ¿vale?
Noelia: Vale, otro día genial en la universidad tan genial con gente tan genial.
Carlos: ¿Noelia, te pasa algo?
Noelia: No, tranquilo, solo que no quiero ver a quien tú ya sabes.
Carlos: Tranquila, tu pasa de él, solo es un creído que busca la diversión en hacer daño a los demás, y una cosa más, si le sigues llamando así me harás pensar que es Voldemort. -reí ante su fanatismo hacia Harry Potter.
Noelia: Tienes razón, Carlos. -Miré el reloj y eran las 7:30- Te dejo, que al final por hablar del "innombrable" llegamos tarde.
Carlos: Vale, en nada voy a buscarte. Te quiero Genomo.
Noelia: Vale, y yo, Genomo.
*Fin conversación telefónica*
Genomo, que ocurrencias tiene. Termine de beber mi café y fui a cambiarme y me puse lo que deje ayer preparado, unos vaqueros negros, jersey blanco, mis botas marrones y una cazadora del mismo color, eran finales de Abril y hacía frío.
Al rato de terminar de peinarme se oyó el pitido de un coche.
Agarre mi mochila y nada mas salí a la calle el frío me golpeo en la cara.
Me senté en el asiento del copiloto, y di un beso en la mejilla a Carlos como de costumbre.
En el trayecto de 5 minutos, que eso sería lo que duraría si no hubiera ningún coche más que el nuestro, hablamos de temas sin importancia.
-En Abril aguas mil.
Dijo el rubio al darse cuenta de como pinteaba, porque eso lluvia prácticamente no era. Estacionó el coche en una de las plazas del exterior de la universidad.
-Que filosófico.
-Que sepas que de pequeño me llamaban pitagorin. -reí.
-Deja tu pasado oscuro para un momento en el que no lleguemos tarde, anda.
Salí del coche y me puse mi gorro de lana negro. Entramos en el recinto y alguien me tapó los ojos.
-¿Sabes quién soy? -preguntó una voz dulce que reconocería en cualquier lado. Era Laura, Lauri para mí. Reí.
-El coco.
La di un abrazo y los tres andamos por los pasillos hasta llegar a nuestro aula, cuando entramos éramos de los pocos que quedábamos por llegar. Las mesas eran para tres personas asique me senté en uno de los extremos de la mesa. Estaba buscando los libros cuando alguien me toco el hombro.
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80 dias para enamorarte |A.G|
Fanfiction«-Soy capaz de enamorarle en menos de ochenta dias. -¿Es esto una apuesta como la de Willy Fog?»