Ahi estaba David.
Era lo mas normal que fuera el quien estuviera ahi pero ahora mismo me apetecia ver a otra persona y ni si quiera se el por que.
Me acerco lentamente a él, mis músculos están tensos y estoy temblando. Apoyé mi mano en su hombro haciendo que se girase sobresaltado.
-Hola- dije dibujando en mi cara una sonrisa. Puede que un poco ¿falsa?
-¡Hola guapa!- Dijo, David dándome un beso en la mejilla.- ¿Que tal?
-Nerviosa, desesperada por saber porque he venido. -Rió.
-Bueno, te he traído aquí conmigo porque quería contarte una cosa, y yo, no sabía cómo y bueno.- Parecía nervioso, estaba nervioso-. Prepare esta pequeña sorpresa para decirte que...- cogió aire-. Que te quiero como a mi vida, y lo sabes, no podría vivir sin ti.
-David, yo también te quiero muchísimo.
-Noelia déjame terminar, por favor. -Rogó. Yo intenté decirle con la mirada que siguiera hablando y pareció entenderme.- No puedo vivir sin ti, eres mi sol, no quiero que te vayas nunca de mi lado y... ¿te gustaría ser mi novia?... Sé que tal vez es precipitado, que acordamos que no iba a ser nada serio, pero siento que si lo intentáramos saldría genial y seriamos los dos felices, pero, la última palabra la tienes tu Noelia...
No sabía que responderle, no podía articular palabra, me había dejado boquiabierta. Mi mente decía 'si' pero mi corazón decía otra cosa distinta.
-David, se que podría salir bien, yo quiero pasar contigo todos los días... si.
¿SI? ¡¿PORQUE HAS DICHO QUE SI?! Agh tonta... Yo no estaba preparada para una relación, por algo quería que lo nuestro no fuera nada serio...
Aunque, no se, pensándolo de otra forma sería bonito, si.
David me miro, casi sin poder creérselo, me sonrió tiernamente, como el sabia hacerlo, y me cogió de la cintura cuidadosamente para acercarme a sus labios y fundirnos en un lento pero dulce beso, cuando nos miramos yo no paraba de sonreír, me había olvidado completamente de... Alvaro. Estaba quieta cuando David decidió hablar.
-No sabes lo feliz que me has hecho.
Sonreí tímidamente y ambos nos sentamos en un banco, hablábamos de varias cosas, algunos sin importancia. Al cabo de unos minutos un escalofrío recorrió mi cuerpo, tenía frío.
-Tienes la carne de gallina. Toma mi chaqueta.- Se la quito y me la puso por los hombros, de mi boca salió un simple 'gracias'.
Nos encaminamos hacia mi casa, David me acompañaba, las nubes empezaban a amenazar cogiendo un color gris queriendo decir que llovería y nos pusimos a correr. Seguíamos calle arriba , y las gotas de lluvia caían a montones, yo iba tapándome con la chaqueta de David como podía.
-Nos hemos calado. Tu más que yo.- Reí
-No importa, bueno ahora iré a mi casa...- No le deje acabar
No, no, tu entras conmigo, ahora mismo como me llamo Noelia. -Exigí, el iba a hablar, pero me adelante- O sino los dos cogeremos una pulmonía.
El acabo aceptando y entramos, le pregunte si quería un chocolate caliente, asintió y me siguió a la cocina como un niño pequeño.
Puse a calentarlo y alguien, más bien; David, me cogió de la cintura.
Envolvió sus brazos, y me gire sobre mi misma quedando enfrente de sus marrones ojos. Bajé la mirada a sus labios, tenía ganas de besarle así que lo hice, me acerque lentamente e hice que nuestros labios se juntaran, era un beso lento, sin prisas. Nos separamos, ambos sonreímos. Un pitido me sobresalto, el chocolate ya estaba listo.
-David. Pruébalo, anda.
El abrió la boca y deje paso a la cuchara, estaba en su punto, no quemaba pero tampoco estaba frío. David subió su dedo pulgar en forma de afirmación y yo me volví para verterlo en dos tazas. Fuimos a mi cuarto y allí nos los terminamos.
-Me gusta el chocolate, esta muy bueno. -Se acercó a mi oido- Pero tú mas.
Al susurrarme eso noté como mis mejillas ardían, no estaba acostumbrada a este tipo de piropos. David cogió mi taza, ya acabada sobre la mesa y se giró hacia mi.
Me dio un beso largo y después paso a mi cuello. Podía sentir como me erizaba la piel.
Besé a David, nuestras lenguas jugaban mientras que enredaba mis dedos en su cabello, acabó quitándome el jersey. Sabía a dónde iba a llegar esto. Nunca lo había echo y esto era nuevo para mi. ¿Quería parar? Para nada, pero si estaba nerviosa, era inexperta y tenia algo de miedo.
El chico fue depositando besos desde mi ombligo a mi boca, la erección sobre su pantalón se empezaba a notar sobre mi abdomen, esto me excitaba, no pude evitar soltar algún pequeño gemido de placer.
Se separó de mi un poco. El estaba encima mio.
-Noelia, tu... ¿lo has echo alguna vez?
Negué avergonzada. Pensará que soy una estrecha y se ira. En cambio sonrió y besó mi frente tiernamente. Me puso un mechón detrás de la oreja.
-¿Crees estar lista? Puedo esperar si quieres.
Volví a negar esta vez frenéticamente a lo que rió. Estaba demasiado nerviosa como para hablar.
En un movimiento rápido David, desabrocho mi sujetador, segundos después luchaba por quitarle su pantalón. Lo conseguí con un movimiento preciso de muñecas.
Con un movimiento demasiado rápido se deshizo de lo poco que nos quedaba. Volvió a hablarme.
-Relajate, te dolerá menos. -Asenti ligeramente.
Se introdució en mi lentamente, pero a cada embestida iba mas rápido. Yo lo único que hacia era emitir gruñidos y gritos que a veces ahogaba. Arañaba su espalda, sin causarle dolor, el embistió con tanta fuerza que hizo que mi grito se oyera por toda la casa, heché la cabeza hacia atrás, había llegado al clímax y seguidamente el.
Te amo pequeña. -Me dio un beso en la mejilla, yo simplemente dije un tímido 'y yo a ti' y me acurruqué junto a su pecho.
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80 dias para enamorarte |A.G|
Fanfiction«-Soy capaz de enamorarle en menos de ochenta dias. -¿Es esto una apuesta como la de Willy Fog?»