Capítulo 3: "El Remanente Imperial"

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Por cuestiones de seguridad y para evitar que los rastrearan, tuvieron que hacer un par de paradas en su viaje hacia Nova Terra en sistemas que, aparentemente, eran desconocidos para Zane. No tenía ni idea de que tan lejos estaban de Igaria pero debía de ser bastante considerando que el Resto Imperial había tenido que ocultarse hasta entonces.

La verdad era que la "Restauración" no estaba tan cambiada como en principio pareciera, gran parte del interior estaba exactamente igual a como estaba cuando la dejaron en "El Arca". Lo más destacable era el nuevo motor, adaptado según la tecnología de la que disponía el Resto y un arsenal renovado, además de algún que otro detalle menor. Por lo demás, era la misma nave que Filmore les había entregado hace más de un mes. Aunque claro, ahora estaba mucho más concurrida.

Aunque Zane no se fue del Puente de Mando en ningún momento. Se deshizo de su armadura (que había llevado encima desde esa mañana) y logró recuperar el puesto de piloto que le había arrebatado su hermana, aprendiendo en seguida como era que funcionaba la tecnología de desgarro, con ayuda de Diana, por supuesto.

-Lo único que necesitas hacer una vez determinas la ubicación es forzar la apertura del desgarro apuntando la nave hacia donde se supone que está el sistema al que quieres viajar- le explicaba ella- Puedes hacerlo en cualquier lugar del sistema, no tienes porque dirigirte hacia el exterior como con el motor de curvatura que tenían antes.

-Supongo que para ustedes una tecnología como esa debe de ser casi prehistórica- comentó Zane.

-El Resto no está tan avanzado como nos gustaría- afirmó Diana- Hemos recuperado mucha tecnología, es cierto, pero la mayor parte se ha perdido. Quizás para siempre. A pesar de todo, seguimos por delante de la Confederación y nuestros científicos hacen lo posible para que esto se mantenga así.

-A todo esto, ¿qué crees que pasará cuando lleguemos a Nova Terra?- preguntó Zane.

-No tengo ni idea pero espero que haya comida, estoy muerta de hambre- respondió Diana.

-Lo dice quien solo participó en la mitad de la operación y en la parte más fácil- comentó Zane.

-Técnicamente tu también solo participaste de la mitad de la operación ya que en la primera no hiciste más que pilotar un transporte y eso no cuenta como participar- afirmó Diana- Y eso de que la primera fue la más fácil es una tontería. Pilotar un caza requiere maestría, elegancia y precisión, especialmente en medio de tantos enemigos que quieren convertirte en metal fundido.

-No pienso seguir discutiendo por tonterías- dijo Zane.

-Claro, retírate cuando no tienes nada con lo que responder- lo provocó Diana.

Zane estaba justamente por responder y no precisamente de una manera agradable ya que el cansancio lo estaba poniendo de mal humor pero, por suerte para el, Netrixa los interrumpió. Apareció enfrente de Zane y casi le hace saltar de su asiento.

-Lo lamento, ¿te asusté?- preguntó Netrixa en tono de broma.

-No serías capaz de asustar ni a una mosca- respondió Zane.

-Vaya vaya, parece que alguien está de muy mal humor- comentó Netrixa.

-Se llama cansancio, algo que sufrimos los pobres mortales formados por carne y hueso en lugar de bits- repuso Zane.

-Pues entonces gracias a Dios estoy hecha de bits- dijo Netrixa- En fin, acabo de terminar de hacer los diagnósticos y procedimientos rutinarios. No lo parece por fuera pero por dentro la nave es otra totalmente distinta a la que había antes. La computadora y los sistemas son completamente nuevos y muy similares a las que solía haber en las naves del Imperio. Me siento como en casa.

La Guerra FatricidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora