Capítulo V: Una invitada no deseada

733 74 2
                                    

Regina Mills

Lo admito, tenía mis dudas, pero lo cierto es que podía darle una oportunidad a Ruby. Era una chica más interesante de lo que parecía en un principio. Había sido muy educada conmigo, y aquella mañana no apestaba a vodka, desde luego. Después de despedirnos me dio un suave beso en la mejilla.

_ Bueno. Me alegra mucho que me hayas dado otra oportunidad._ Me dijo, sonriendo._ Ha sido un placer pasar la mañana contigo.

_ Espera… toma._ Dije, tomando una nota y apuntándole algo._ Este es mi número… así no tendrás que venir y poner música pop a todo volumen para despertarme.

_ Gracias… te mandaré mensajes._ Me guiñó un ojo.

Abrí la puerta de casa y me encontré a Emma, trasteando con la televisión. Daba la impresión de estar enfadada. ¿Qué le pasaría por la cabeza? ¿Acaso madre le habría dicho algo malo? Quería pensar que no. Me senté con ella y se me quedó mirando fijamente a los ojos.

_ ¿Qué ocurre?_ Pregunté. Trataba de mostrar un tono familiar con ella, pero me resultaba difícil, la acababa de conocer.

_ Parece que te has divertido en tu cita con Ruby._ Me dijo, apartando la mirada. Parecía… ¿Celosa, acaso?

_ Sí…_ Me encogí de hombros._ ¿No era esa lo que querías?

_ Claro… _ Dijo, aún visiblemente alterada._ Me alegro de que todo te haya salido tan perfecto.

_ No emplees ese tono sarcástico conmigo._ Le dije, apuntándola con un dedo acusador._ Tú eres la que insistía en que saliese con Ruby.

_ Ya… lo sé._ Bufó.

_ Escucha… Emma. Lo siento si te gusta Ruby._ Dije, cruzándome de brazos._ No es culpa mía si le intereso yo.

_ Pues cásate con ella._ Me dijo, sacándome la lengua.

_ Quizá lo haga._ Dije, mirándola enfadada. No entraba en mis planes, desde luego, pero no estaba pensando racionalmente. Emma Swan me ponía de los nervios.

_ Pues espero que seáis muy felices._ Dijo, a voz en grito, poniéndose en pie y saliendo de la habitación.

_ ¡Muy bien!_ Le respondí, también gritando, una vez había desaparecido de mi vista.

Primero me obligaba a salir con Ruby y luego se enfadaba porque resulta que me llevaba bien con ella. No había quién la entendiera. Cogí el mando de la tele y me puse a hacer zapping. Juraba que a esa hora había un documental sobre los albatros que tenías ganas de ver. Mi móvil dio en ese momento un pequeño tono. Tenía un Whattsapp nuevo. De Ruby.

Me encanta tu foto de perfil, Gina. ¿Quieres quedar esta noche? Hay algo que quiero enseñarte.

Por un momento pensé en decirle que no, pero en parte, lo enfadada que estaba con Emma y lo interesada que estaba en ver a Ruby, saber más sobre esa chica tan misteriosa.

Me apunto, pero no puedo quedarme hasta muy tarde, tengo mucho que estudiar.

¿Te recojo a las ocho?

Me encantaría.

Dejé el móvil a un lado y suspiré. ¿Qué querría enseñarme Ruby?

Emma Swan

No entendía por qué estaba enfadada con Regina. Ella tenía razón. Yo le dije a Ruby donde vivíamos. Yo le dije que viniese a buscar a Regina. Yo convencí a Regina de que saliese con ella. La conclusión más obvia es que yo soy estúpida. Y no sabía por qué me afectaba tanto. Vale, Ruby era un pivón, pero no es como si no me liase con chicas como ella cuando yo quisiera.

Una pésima madre, dos curiosas hijas (SwanQueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora