Nunca Fuimos Nada... Pero Siempre Hubo Algo [TERMINADA]

16_ Eso es todo.

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Vanesa.

Wilber si supieras, como me carcomía las ganas que tenía de decirte lo que había ocurrido con tu novia, pero no pude.

No sé sí algún día lo entenderás, no lo hubiese resistido. Verte triste y desconsolado no estaba en mis planes.

Cosa que de todas formas tuve que resistir.
Cuando Noel fue a mi casa y me habló directamente;

— Hola Vanesa, ¿Podemos hablar sobre mi hermano?

— ¿Sucede algo?

— Yo sé, lo que tú sabes.

— ¿Y qué se yo, que tú sabes?

— qué te gusta Wilber.

—¿QUÉ?

— Éstas enamorada de él. ¿Cierto?

— Noel yo... No podría mentirte jamás. Sí, me gusta.

— ¿Solo te gusta?

— Esta bien, desde hace años estoy enamorada de él. Sólo que nunca tuve el valor de decírselo.

— ¿Por qué no?

— Tal vez a él ni le intereso.

— ¿Cómo no? No te has visto! Eres una chica muy encantadora aunque a veces no, eres muy bonita, inteligente y sencilla además de ser humilde y tierna. Cualquier chico se enamoraría de ti.

— ¿Hablas en serio?

— Sí,,, deberías hablar con él.

— ¿Crees que funcione?

— Claro que sí,,, y no hay problema conmigo yo voy a estar bien. Nos vemos.

Estaba decidida iba a ir a hablar contigo, te iba a decir todos mis sentimientos, te iba a entregar mi corazón, tenía  tantas ganas de darte un abrazo, mi corazón palpitaba a mil  por horas ya no podía más.

Fui a tu casa, te vi, ahí estabas y justo cuando te diría todos mis sentimientos;

— ¿Por qué no me dijiste la verdad?

—...

— Sabías que Esmeralda me engañaba y no me dijiste nada!

— No pude hacerlo, lo siento en verdad.

—¿A qué viniste? Mi hermano no está.

— No vine a buscar lo a él sino a ti.

—¿A mí?

— Sí, tengo que decirte algo...

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Wilber.

Fuiste a mi casa a buscarme a mí.
Mi corazón no dejaba de latir tan desesperadamente.
Todo el enojo que sentía se fue, estabas mirándome a los ojos una vez más, no podía resistir.

— Nuevamente me disculpo por no haberte dicho lo que pasó pero es que yo,,, no hubiese soportado verte de la manera en la que éstas ahora.

No entendía lo que pasaba.
¿Acaso te importaba como me sentía?

— Eso es todo.

—...

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Vanesa.

En el momento que pensaba explicarte mis sentimientos tuve miedo, la cobardía se adueño otra vez de mí.
Callé cuando todo lo que quería era decirte cuanto te amaba, y no soportaba verte así.

Tuve miedo a tu rechazo.

¡Eso es todo!

Y sólo me fui.

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