Toqué el suelo cuando pensaba que llegaría al cielo. Intenté poner una rodilla en el suelo, pero no pude, me quedé tumbada, mientras caía todo lo que había construido a mi alrededor.
Nunca lo sientes a fondo en tu piel, hasta que te pasa. Nunca sientes ese ardor interior, hasta que sabes que te está sucediendo. El ser humano hace cosas que nunca entenderemos, podemos crear amor y odio a la vez, podemos vivir o morir, podemos ser fuertes o débiles.
Notas como tu corazón se acelera, notas cuando te alejas, notas cuando estás lleno de dolor, cuando ríes y en el fondo solo quieres llorar. Es un pozo sin fondo.
Construimos para luego destrozarnos, cavamos para después taparlo, nos abrimos para luego cerrarnos y con heridas dentro.
No subas tan alto, llegará un día en el que caigas, la caída del Ícaro. Yo fui un día ese Ícaro, pero sin alas y no me quemé con el Sol, me quemé con mi dolor emocional.
Un día dejarás de sentir dolor y podrás comprender que tu corazón volverá a estar entero y que se volverá a romper, pero debes saber que es bueno si no es por la misma persona. Nuestros corazones se rompen, se agrietan, pero se curan.
Tenemos que tener esa capacidad de autorreflexión, de comprender, de aprender.
Debemos coger aquello malo y convertirlo en bueno, enriquecernos como personas.
Mi gran caída, mi gran golpe, siento mi corazón roto, pero sé que sanará pronto.
No podemos quedarnos en el pasado, tenemos que avanzar, no aceptes aquello que se queda corto, acepta todo lo que venga.
Mi palabra favorita: resiliencia. Muy pocos la conocen, y mucho menos la pueden llegar a representar. El ave Fénix y el ser humano tenemos muchas similitudes, podemos volver a crecer, a reaparecer, desde nuestras propias cenizas. Podemos volver a ser majestuosos, podemos volver a brillar.
No odies al amor, no te ha hecho nada, somos las personas quienes lo hacemos mal. Somos las personas quienes nos cegamos y le echamos la culpa a un sentimiento, a una palabra.
Este mundo está lleno de destrucción, y si, destrucción nuestra.
Enero, 2019.
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Amor, ¿me estás llamando?
PuisiEl amor necesita personas, pero las personas no necesitan amor.