Capítulo 8.

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¿Alguna vez te has enamorado de una persona que no te amara también? — Pete Yorn.


—¿Y dime otra cosa como es que te hiciste ese menudo moretón del hombro? —¡¡Demonios!! Lo había olvidado, no es algo que me guste que vea la gente, porque, aunque mis moretones son señales de mis victorias, podrían pensar que estaba envuelta en algo turbio y no quería eso. No volvería a caer de nuevo en aquello que me había costado tanto salir.

Me cubrí instantáneamente el circulo amorfo que se empezaba a tornar morado en los bordes y aunque se veía un poco verdoso en el centro, no me dolía, de hecho, ni siquiera me había acordado de que me habían dado un golpe ahí anoche, un golpe por el principiante de anoche, tenía que reconocer que el chico tenía buenos movimientos y que daba buenos golpes, porque para haberme dado varios a mí, tenía que ser que su táctica no le había fallado tanto, el único problema claro esta, eran sus pies.

—No tienes que decirme si no quieres.

—No, es eso, es que la verdad no confió en ti.

—¿Porque?

—¿Porque habría de confiar en ti?

—Porque soy una buena persona.

—¿Y eso quién me lo garantiza?

—¿Quieres un certificado? —Dijo riéndose.

—Me serviría mucho, sí —dije ocultando una pequeña risita que parecía asomarse de pronto.

—Bien, haré que mis abuelos los firmen y mañana a primera hora de la mañana lo tendrás en tu escritorio.

—¿Eso es una promesa?

—Sí, es una promesa.

—Mejor hazlo un hecho.

—No te gustan las promesas, ¿verdad?

—No —dije quitando instantáneamente mi sonrisa. No me gustaba recordar cosas malas y últimamente lo estaba haciendo demasiado.

De lejos los dos vislumbramos la tienda, no dijimos mucho cuando entramos o cuando pagamos, simplemente me limite a sacar un billete y pagar por mis cosas que al final terminaron expandiéndose, no solo lleve la leche, sino dos paquetes de gomas de canela, un refresco coca – cola grande para comer los muffins y una bolsa de fritos de chile y limón, los favoritos de Emma.

Al salir el chico a mi lado, retomo la plática por iniciativa propia.

—¿Puedo preguntar porque compraste más de lo que pensabas?

—Sí.

—¿Y?

—Porque quise y porque puedo, cuando ya no pueda no lo haré.

—Buena respuesta, chica —dijo él riendo un poco.

—Las frituras son las favoritas de Emma y no me perdonaría si fuera a la tienda y no le trajera algunas, los refrescos le gustan a mi abuela con los muffins y las gomas son mías, mis favoritas de siempre.

—Dime algo más de ti.

—¿Qué quieres saber?

—¿Qué haces saliendo del trabajo?

—No mucho, es una ciudad aburrida por si no te habías dado cuenta.

—No creo eso, creo que cada ciudad tiene su encanto.

—Esta no lo tiene, date por vencido.

—Jamás, joven Jedi.

—Te gusta Star Wars —dije mientras me frenaba en seco. No podía creerlo, no había muchos fans en donde yo vivía, así que encontrar uno era realmente algo increíble.

De Regreso a Ti. Trilogía: "Viva la Vida I".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora