Epílogo.

356 14 4
                                    


Solo quiero una oportunidad de que quizás encontraremos días mejores... — Goo Goo Dolls.


—¿Cómo que no hay más pintura de este color? —Grité molesta hacia al dependiente. Hasta ahora llevaba en mi carrito de compras un centenar de cosas para la remodelación de mi casa.

Después de salir del hospital lo primero que hice fue tomar mi vida entre mis manos, por fin y decidir lo que realmente quería. Estaba más que harta a estas alturas de culparme por errores que no eran míos y por vivir llena de arrepentimientos.

Así que de ahora en adelante haría solo cosas por mí y para mí, y sé que puede sonar egoísta.

Pero eso no quería decir que iba a dejar de ver a mi familia o a mis amigos, solo que ahora me concentraría más en ser feliz y en hacerme feliz a mí misma, que es lo que debí de haber hecho desde un principio.

Y según yo, el primer paso para hacerlo era independizarme por completo, después de todo ya no tenía más responsabilidades económicas que cubrir más que las mías.

Y con eso todos me estaban ayudando, incluso mi padre que, aunque ahora sabía que no era mi padre biológico, seguía siendo el único padre que yo conocí, ya que fue quien me había cuidado, criado y enseñado todo lo que pudo en el poco tiempo que habíamos pasado juntos.

La historia entre él y mi madre aún era complicada de explicar, pero omitiendo ciertos detalles que según el después me iba a explica con mas calma, seguía sabiendo que él no había sido el hombre malo que mis hermanas y yo creíamos.

Después de todo se hizo cargo de mi hermana mayor y de mí, aún sabiendo que mi madre nunca podría corresponderle, nos dio su apellido, nos cuidó y protegió como suyas.

No sabía exactamente qué sintió él todavía, pero el solo saber que renuncio a mucho para poder estar con nosotros, era todo lo que necesitaba para perdonarlo y perdonarme. Lo que si me contó fue la historia de cómo conoció a su ahora esposa y de cómo, aunque ya estaba divorciado de mi madre, decidió alejarse de ella cuando Emma nació como resultado de lo que él dice fue el mejor error que cometió en su vida.

Así que después de todo el drama, las heridas por sanar y las que ya habían sanado del pasado y presente, lo único que nos quedaba a todos era seguir hacia el futuro.

Y aquí estoy, tratando ahora de recomponer mi vida, pedazo por pedazo.

Kieran regresa junto a mi depositando en el carrito dos rodillos nuevos que le pedí que me buscara para comenzar a pintar hoy y me ve toda molesta gritándole por la pintura al dependiente.

En seguida interviene en mi conversación con el chico, pero primero pone su mano derecha en mi hombro, eso hace que me dé cuenta de que he actuado como una loca, eso y las miradas que me echan las personas a mi alrededor que hasta ahora se habían dedicado a hacer sus compras de manera tranquila.

—Lo siento, pero es que ambos deseamos esa pintura morada —dijo Kieran de manera tranquila y sobria.

¡¡Demonios!! Cuanto habíamos cambiado los dos desde el día en que me secuestraron.

Por su parte Kieran me había contado todo y cito todo, sobre la muerte de sus padres, como se fugó de su casa, como alejo a cada persona que se le acercaba y como eso le había afectado toda su vida no permitiendo que se abriera a nadie más, hasta que me conoció y eso fue inevitable para los dos.

Y yo, me había dedicado desde ese momento tratando de convencerme que estábamos bien, que siempre lo estaríamos, porque habíamos superado todas y cada una de las pruebas que se nos presentaron antes.

Y por supuesto había acabado con mi miedo a él, al amor, y a la vida.

—Lo sé, pero como le he dicho a la señorita se nos acabó el día de ayer y no habrá más hasta después de las fiestas de navidad.

Eso era otra cosa importante de mencionar. Después de que salí del hospital y casi como si hubiera sido una señal de que todo estaría bien, llego a nosotros el frió intenso y con él, las fiestas decembrinas.

Hoy estábamos a tan solo una semana de Navidad y lo sabíamos también porque las calles se habían cubierto de una fina capa de nieve, cosa que no pasaba cada invierno, pero todos estábamos tan agradecidos de que hubiera pasado, aun así.

—No puedes decirme eso, tengo una pared blanca que necesita ser morada.

—Lo siento, en serio me gustaría ayudarla, pero no tengo como —ahora yo y el chico no estábamos frustrados y estábamos lo que le sigue.

—¿Y no es posible que tengan una lata guardada en la bodega?

—No, el chico dice que fueron a buscar hace un rato y no encontraron nada.

—Eso es extraño.

—No es extraño que las cosas que acaben en los almacenes en estas fechas, pero aun así yo quiero mi pared morada.

—¿Y no tienes un color parecido o aproximado? Si puedes encontrar uno que se le parezca quizás podemos transfórmalo en lo que quieres.

—Esa es una muy buena idea. —Dijo el chico dándose la vuelta para verificarlo— Veré en la bodega

Y yo vi hacia Kieran, estaba con esta gran sonrisa propia de él.

Cuando veía hacia él, sonriendo sabía que todo, todo, siempre estaría bien.

Porque al final habíamos encontrado el camino hacia el otro.

—Estoy tan feliz por haber encontrado a alguien como tú para mí —le dije dándole un beso en la mejilla derecha.

—Tú no me encontraste cariño, fui yo el que te encontró y luego por idiota te perdí.

—Y luego yo fui hacia ti.

—Y yo de regreso a ti.

Me dijo besándome de nuevo.

De lejos escuché nuestra canción sonando por los altavoces.



Sigo las señales correctamente de regreso a ti...

De regreso a ti, de regreso a ti.



Esta historia continua en De Regreso a Mí, búscala ya publicada en mi perfil...


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De Regreso a Ti. Trilogía: "Viva la Vida I".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora