Habían pasado 3 meses desde el asesinato. En ese lapso de tiempo Blair trató de buscar a Jadis donde le había indicado, pero nunca estaba allí. La menor pensaba lo peor, tal vez Astra había logrado encontrarla y finalmente consiguió deshacerse de ella.
Pero todo eso estaba muy alejado de la realidad. Cada día que pasaba su poder aumentaba y se hacía más fuerte. La anciana la llevó a vivir a su casa y juntas crearon una relación como de madre – hija. Los hechizos pequeños habían quedado en el pasado y cada vez practicaba con cosas de mayor dificultad. Leía y leía libros sobre la antigua magia de Charn y de otros mundos. Entre el tumulto divisó un libro que tenía un león en la tapa. Sintió como su estómago se revolvía y decidió lanzarlo lejos de su vista.
- ¿Ya me dirás el hechizo supremo? – replicó Jadis a su maestra.
- Muy pronto querida, muy pronto. - contestó la anciana.
- Bien.
- Debo decirte algo primero. – le dijo en un tono severo a su alumna.
- Sí, dime.
- Debes ir a decirle la verdad a tu hermana. Solo cuando hayas superado esta prueba te enseñaré lo que deseas.
Jadis lo tomó por sorpresa, pues quería evitar a su hermana, no porque no la quisiera, sino todo lo contrario, porque era lo único que en verdad amaba, y sabía que eso la hacía débil.
Cierto día decidió salir a ver a Blair. El día era como cualquier otro. Se vistió como pueblerina, tomó su manta y cubrió su cabeza, dejando ver solo sus ojos. Así decidió salir al exterior, a ver a su hermana. Pero no imaginó que algo sorpresivo la aguardaba.
Al salir, notó que unos hombres estaban empapelando la ciudad. Había carteles por varios lados. La curiosidad de Jadis aumentó y decidió ir a ver de qué se trataba.
- ¡Maldita! – pensó Jadis para su interior, rompiendo el papel en mil pedazos.
Había visto que su hermana había sido coronada como la actual reina, ya que los antiguos reyes habían muerto hace una semana. Cambio de planes. Iría a ver a Blar al palacio y presentarse ante ella. Reclamaría su lugar en la realeza. Nada más le importaba en esos momentos. Y así lo hizo. Emprendió su viaje por la caótica ciudad hasta el palacio de los monarcas.
***
Blair, por su parte en los tres meses sin su hermana había contraído matrimonio, con Octavio. Su compañía hacía que ella olvidara todas sus penas. Su amabilidad lo hacía uno de los pocos hombres con valores en Charn. Su familia también lo había criado de la misma forma que su esposa. Juntos tratarían de cambiar el rumbo de su reino.
- Pensar que mi hermana y yo cambiaríamos las cosas. – dijo algo triste la mujer a su esposo.
- ¡Cariño, ahora lo harás conmigo! – respondió amablemente.
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Las Crónicas de Narnia - La Joven Reina
FanfictionEn el misterioso reino de Charn, dos jóvenes crecían entre la maldad y odio de los habitantes. Las Futuras reinas tenían la misión de restaurar los buenos valores en su tierra, influenciadas por su madre. El rencor y el odio emergen desde lo profun...