En el misterioso reino de Charn, dos jóvenes crecían entre la maldad y odio de los habitantes.
Las Futuras reinas tenían la misión de restaurar los buenos valores en su tierra, influenciadas por su madre.
El rencor y el odio emergen desde lo profun...
- Estamos reunidos aquí, gracias a ustedes. Recientemente he sido coronada como la suprema monarca de Charn. Prometo solemnemente honrar la corona y sobre todo, al recuerdo de mi difunta madre, que me educó para este momento durante toda mi vida. - Blair comenzaba a emocionarse - Así que... ¡Bienvenidos al festejo innaugural!
La música comenzó a sonar y el baile real tomó su lugar, Blair no hacía mas que disimular su profunda tristeza frente a los cortesanos y la muchedumbre del lugar.
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- Tranquilízate, todo estará bien - susurró Octavio a su esposa.
- ¿Cómo se supone que todo esté bien? ¡Mi hermana asesinó a mi padre! - replicó Blair.
- Mandaremos a una tropa de guardias a buscar a Jadis, no pudo haber ido muy lejos.
- ¿Acaso no te diste cuenta de su magia? Además, estuvo oculta 3 meses a la perfección.
- Tendremos que encontrarla antes de que haga otra locura. Quieras o no es una asesina. - dijo el hombre.
La noche continuó. Los músicos eran avanzados en edad y dedicaban todas las canciones a su nueva reina. Las mujeres vestían grandes y extravagantes vestidos de un sinfín de colores. Los hombres, vestían elegantes trajes de terciopelo adornados con detalles en colores metalizados.
Blair solo se limitó a bailar una pieza de una danza tradicional, ya que su ánimo iba decayendo al avanzar la velada.
El reloj principal tonó el inicio de la madrugada, la reina dio sus palabras finales y todos regresaron a sus hogares.
- Mañana será un nuevo día ¡Ánimos! - le dijo Octavio mientras le besaba la frente.
Los reyes ya se encontraban en su alcoba, con sus pijamas, listos para descanzar.
- Nosé que pensar. Es mi hermana, pero es como si no lo fuera.
- Deberá pasar por el tribunal del reino. Si descubren que mató a un hombre irá a la hoguera, mas si ese hombre es el padre de la actual reina.
- No hablemos más por favor. Quisiera seguir siendo la huérfana en nuestra antigua casa.
Octavio besó a su esposa y, después de unas palabras de ánimo, ambos decidieron dormir.
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