Capítulo VIII - El invierno se acerca

53 7 2
                                    

La mirada de Jadis buscó a su hermana y a la anciana, pero no las encontró. Habían desaparecido en menos de un segundo. Estaba parada en el medio del campo de batalla, con el cuerpo agonizante de Octavio a sus pies.

- Llévalo a mi mazmorra – dijo Jadis a uno de los guardias. – Ahora que no está la reina y el rey está a medio morir tomaré el mando, al fin y al cabo, es mi derecho. – terminó de decirle al grupo de la guardia real.

- Sí Señora – replicó algo confuso el general.

***

Tres guardias habían logrado sacar a Blair del sitio, antes de que su hermana pudiera haber cometido una locura

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tres guardias habían logrado sacar a Blair del sitio, antes de que su hermana pudiera haber cometido una locura.

- Tenemos un refugio, en las montañas occidentales, allí estará a salvo y podremos iniciar la estrategia para recuperar el trono.

- ¿Recuperar el trono? ¿Qué sucede?

- ¿Acaso no sabe que su hermana tomará su lugar? Si no hacemos nada pronto, vayamos a saber lo que pueda pasar en Charn.

- El pueblo la ama – dijo Blair algo triste – la aplaudían como si fuera una verdadera reina y campeona.

- No saben a lo que se enfrentan. –contestó uno.

- Temo que cuando sepan será demasiado tarde. - añadió la mujer.

- Tranquilícese. – hubo una pausa – en cuento esté a salvo iremos por el Rey.

- Gracias, ¡gracias! - respiró aliviada.

Blair y sus guardias continuaron el camino hacia el escondite. Allí estarían a salvo de cualquier amenaza. O eso creían.

- Es aquí – señaló un hombre.

Dos de ellos se acercaron para abrir la gran puerta de piedra, oculta entre musgos, el otro quedó custodiando a Blair.

Con la entrada ya habilitada, se dispusieron a entrar, no sin antes tomar algunas antorchas para iluminar el pasadizo oscuro que conducía hacia el refugio.

Una vez adentro caminaron en línea recta, solo por donde avanzaban había luz del fuego de sus antorchas. No sabían que tan largo, estrecho u ancho era ese pasillo, tampoco si había trampas en el suelo o en las paredes.

- Hace muchos años que este lugar no se usaba. – dijo un guardia, mientras se escuchaba el eco de su voz resonar en el pasadizo.

- ¿Y cómo sabían de esto? – preguntó la reina mientras intentaba mirar a su alrededor.

- En el entrenamiento previo a que seamos sus guaridas, nos enseñan donde hay refugios para estos casos Majestad. Nos preparan para esos casos de uno cree imposibles, pero henos aquí.

- Bien, que bueno que prestaron atención – dice bromeando para romper el ambiente tenso.

- Parece que... – hacen una pausa – hay alguien aquí. 

Las Crónicas de Narnia - La Joven ReinaWhere stories live. Discover now