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Incómodo y tenso por el vasto desierto por el que se extendía hasta donde alcanzaba la vista, Jimmy Cadenas miraba sombrío por el cristal de la cabina mientras esperaba que cogieran el teléfono.

- Eh, jefe, soy yo - saludó sin entusiasmo cuando Héctor Sánchez respondió por fin - estoy aquí en Alamierda, Wyoming, como me dijiste.

- Arabesque - le corrigió Héctor.

Cadenas se encogió de hombros; no se le ocurrió pensar que Sánchez no podía verle a través de la línea telefónica.

- Lo que sea. Es uno de los sitios más horrorosos que he visto en mi vida. Jamás había estado en ningún parte donde uno pudiera ver hasta el infinito. Bueno, quitando el mar, que por lo menos es azul. - Un escalofrío involuntario le sacudió - me pone los pelos de punta, jefe. Aqui no hay más que artemisa. Echo de menos el barrio.

Sánchez ignoró la queja.

- ¿ Has contactado ya con Kaylee ?

- No. Por aquí de momento solo ha pasado un autobús y en ese no iba. - Al ver su reflejo en el cristal, se sacó un pañuelo del bolsillo para limpiar sus cadenas. Se sintió algo mejor al ver como comenzaban a brillar. - Joder, la de polvo que hay aqui - rezongó - el viento no para nunca.

- A ver si nos concentramos - le ordenó con voz impaciente Sánchez . - ¿ Has inspeccionado ya el territorio para controlar la situación cuando llegue Kaylee ?

- Sí. Hay una nave refrigeradora detrás del motel, donde puedo meter al cazarrecompensas mientras la saco de aquí. Y luego hay tropecientas mil hectáreas de terreno para elegir donde dejo el cuerpo. - Jimmy frunció el ceño mirando su tenue reflejo en  el cristal - ¿ estás seguro de que tengo que matarla, jefe ? ¿ No podría solo darle uns susto ? La chica siempre me ha caído bien ....

- Ya te lo explicado muchas veces - le interrumpió Hector en tono tenso y frío que indicaba que estaba perdiendo la paciencia. El Cadenas se enderezó. - Te lo voy a decir otrs vez, pero quiero que prestes atención, por que es la última vez. ¿ Me estás escuchando ?

El Cadenas asintió, concentrado en la necesidad de asimilar cada palabra.

- ¡ Jimmy ! ¿ Me estás escuchando ?

- Sí jefe.

- Kaylee sabe que te pagué para que te encargaras de Alice - explicó Hector despacio y vocalizando - eso significa que estamos cubiertos de mierda, Jimmy, pero hasta arriba. La única forma de salir de este lío es que Kaylee no pueda testificar.

- Ya, pero seguramente ella no diría nada.

- ¿ Estás dispuesto a apostar tu libertad ?

Jimmy Cadenas se tomó su tiempo para pensarlo.

- No - contestó por fin - supongo que no - por que el jefe solía tener razón. Era un tío listo.

- Ya, eso pensaba. Ya sabía que eras demasiado inteligente para eso.

El orgullo hinchó el pecho del Cadenas. Pero las siguientes palabras del jefe arruinaron por completo su momentánea euforia.

- ¿ Te has cambiado el traje de seda por ropa del oeste, como te dije ?

Jimmy contempló con disgusto su camisa de cuadros y sus Levi´s nuevos y tiesos. Mierda, la camisa ni siquiera estaba bien planchada. Todavía conservaba en las mangas cortas las marcas de haber estado doblada. Alzó la mano para tocarse lo único que le gustaba de su atuendo : los brillantes eslabones plateados y turquesa que formaban la banda en torno a su nuevo sombrero Setson.

- Si - contestó taciturno - parezco un  puto nativo. Todavía no he visto a ninguno que sepa vestir como es debido.

- Es necesario, Cadenas. Tienes que pasar desapercibido.

𝒮ℴ𝓎 𝒯ℴ𝒹𝒶 𝒯𝓊𝓎𝒶 ( 𝒶𝒹𝒶𝓅𝓉𝒶𝒹𝒶 𝒯ℴ𝓂 ℋ𝒾𝒹𝒹𝓁ℯ𝓈𝓉ℴ𝓃)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora