Capítulo 17

475 44 14
                                    

Benjamin Aresti Kowalski.
Ese era el nombre del mago que teníamos en frente era el legeremente mas poderoso de los últimos años y no solo eso, la peculiaridad de este hombre radicaba en que podía ver lo que realmente eran las personas sin importar hechizos o maldiciones acudíamos a él con la esperanza de que nos dijera lo que pasaba con Nikolas a cambio de oro. Era un hombre alto, delgado,de cabello oscuro y sonreía constantemente, desde que le explicamos la situación se limito a no decir nada solo meneaba el vino que tenia en la copa.
-Entiendo... Quieren que entre en su mente, lo haré pero les advertire veré totalmente la naturaleza de él, sabré su pasado y sus secretos ¿No tienen problema con eso?- mire a Nikolas y el negó.
-No hay problema- apretó mi mano y yo le respondí el gesto.
-Siganme- nos llevo a una sala con varios sofás de piel de dragón, el se sentó en un sillón notablemente más caro y nosotros en el que tenía al frente, tomó una tetera y sirvió té- Bebalo le ayudara a abrir su mente y le recomiendo que cierre los ojos- dicho esto los ojos de Benjamin se tornaron dorados no había mucho que pudiera hacer solo podía observarlos y ver como ambos hacían gestos de vez en cuando. Me empezaba a dormir cuando el rostro de Nikolas empezó a contorsionarse de dolor y después de un par de minutos los ojos de Benjamin volvieron a la normalidad pero no hacia nada mas que mirarnos a nosotros. Nikolas por su parte estaba completamente dormido y respiraba agitado.
-Y bien ¿que paso?- estaba impaciente y ninguno de los dos hablaba.
-Es asombroso...realmente asombroso- el señor Aresti no paraba de balbucear- lo sospeche cuando lo vi pero no lo creí posible...por donde empiezo... eres hija de muggles cierto?-
-Si...-
-bueno creo que será fácil: su alma no le pertenece al cuerpo-
-...- lo dijo así sin más- espere que?- el tomo la botella de vino y sirvió otra copa.
-pues sí, su alma no es la que debería que estar en ese cuerpo-
-si oí...lo que me pregunto es como?-
-es un hechizo de antaño lo hacían los antiguos egipcios para poder pasar su alma a otra persona para perdurar su mandato sin embargo en algún momento de la historia se dejó de usar, la manera de hacerlo quedo en el olvido y muchos creen que existía un papiro escondido bajo los más fuertes hechizos y maldiciones provocando que permaneciera secreto pero al parecer ahora ya no es un secreto...-
-El lo hizo?-
-No o bueno no estoy seguro...de lo que si estoy seguro es que algo salio mal osi no hubiera sido así el recordaría y tuviera noción de si mismo, recuerda muy poco por no decir nada-
-y si lo hicieron intencionadamente...para así poderlo manejar mas fácil y le introdujeron memorias falsas...Nikolas existe?-
-Existió...su alma fue removida de su cuerpo para darle paso al alma de él-
-¿quien es él?-
- Granger confío en que usted sabe quien es...-
- En verdad es él...-lo veía dormir tan calmado dejando caer su mano derecha mientras la izquierda permanecía abierta, era una invitación implícita a que yo la tomara y besara su frente para que después despertara mientras yo susurraba dulcemente un te amo- Si es él, el recordará?-
-la verdad no lo sé, puede que recuerde una parte o que lo recuerde todo puede tardar un par de días o años...lo mejor es que vivan y dejen todo atrás, es como una hoja en blanco en donde pueden empezar a escribir de nuevo su historia. Ya es hora de que despierte-
-Espere...cree que sea necesario decirle quien es? Me refiero a si cree prudente que le explique o que el vaya recordando y si no lo hace que no se aflija por eso-
-Es tu decisión...lo que creas mas conveniente- me acerque a él y tome su mano, bese su frente y tal como lo hacia antes despertó.
-Hola...como estas?-
-me duele la cabeza y siento como si fuera a estallar-
-llegando a casa te preparare un té-
-No puedo recordar nada...funciono?-
-Si, iras recordando todo poco a poco- le ayude a pararse y caminamos hacia la puerta- Gracias por todo señor Aresti- deje la bolsa de monedas en la mesa me inquietaba que el hablara, aun no pensaba la manera en que se lo diríamos a los demás o si fuera bueno que se lo dijera a él mismo de hecho me cuestionaba si era necesario.
-De nada y no se preocupen mi boca es una tumba pero por lo regular suelo sellar mis trabajos con un juramento inquebrantable- después de hacerlo salimos al recibidor sin poder evitar mirar los cuadros en la pared y el que más sobresalía era uno de una hermosa rubia vestida de rosa que abrazaba a un hombre con un curioso bigote y una sonrisa, ambos sonreían y saludaban para luego darse un beso.

Cenizas de la Guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora