8-. Impredecible

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Después de haber bebido como un litro de agua por la jaqueca, su cabeza aun le dolía. Tenía flashbacks de los que había pasado la noche anterior, y como Newt lo había hecho correrse, pero no podía recordar nada más después de eso. Y odiaba ese sentimiento de vacío.

Su mente pasaba de tema en tema, primero Newt, después como este le hizo sentir, a continuación el sabor del Vodka seguía en su boca, y el mareo que seguía, después Minho y sus piropos, su ego estaba arriba gracias a eso. Y finalmente pero no menos importante, su madre, ¿Por qué aun no llegaba? Ya era bastante tarde para que estuviera un día sábado en la oficina. Eran las 10 de la mañana.

-Aló –Dijo la madre de Thom al contestar la llamada preocupada de su hijo.

-Mama? –Dijo el castaño -¿Dónde estás?

-Ah… Eh… Thomas –Dijo –¿Pasó algo?

-Ma? –Thom frunció el ceño –Contéstame, ¿Dónde estas? – y Después de esa pregunta escuchó un ronquido… De hombre.

-¿Con quién estás? –Gritó Thomas en el teléfono

-Thomas, disculpa mi amor, tengo que colgar. –Dijo –Y no estoy con nadie, solo fue mi silla que rechinó, eso es todo.

Y así de rápido colgó.

Thomas no sabía que hacer, sus ojos comenzaron a arder por las lágrimas, quería ir a su trabajo y traer a su madre enseguida, no quería que estuviera con nadie más que él. La necesitaba tanto a veces.

Sintió algo en su garganta y empezó a salivar fuertemente, hasta que sintió como todo los recuerdos de ayer se iban a ir de su estomago, corrió al baño y plantó su cabeza en el inodoro, vomitando lo poco y nada que había comido ayer.

Al terminar de vomitar todo, su cabeza aun daba vueltas, pero ya no tanto como antes, se sentía extrañamente aliviado.

Tenía que prepararse para ir a su trabajo y con resaca y todo, se ducho y se preparó.

Al mirarse al espejo se dio cuenta de algo, algo que no había visto, y que lo iba a ser recordar al hombre que lo dejaba fuera de sí. Newt había dejado su rastro en el cuello de Thomas, un rastro demasiado grande para poder taparlo con simple maquillaje.

-Newty –Dijo Thomas, recordando todos los sentimientos que el rubio le había hecho sentir la noche pasada.

Vio su celular y ya era bastante tarde, se amarró una bufanda, percatándose que no se viera la sensual marca y se marchó de ahí, con demasiado sentimientos, Newt, su madre y su aventura, su escuela, sus abusadores, su padre que ya no estaba, su tedioso trabajo y nuevamente… Newt.

El lunes llegó lento, al revisar que todo su uniforme estuviera en su lugar, se dio cuenta que estaba ligeramente sonrojado, por todos los pensamientos que pensaban por su cabeza, y que todos tenían relación con el perfecto rubio. Al amarrarse nuevamente otra bufanda para tapar su cuello, se dio cuenta que no era tan frio afuera “perfecto, justo cuando necesito que haga frio, no hay” “esa es mi suerte” Y maldiciendo el clima, Thomas se despidió de su adormecida madre y se fue.

-Thom! –Le gritó Jeff -¿Cómo estas? –Le preguntó acercándose.

-Bien Jeff –Dijo Thomas abrazando a su amigo –Y ¿tu?, como te fue en la olimpiadas de matemáticas.

-Muy bien Thom. –Le dijo –Aunque no gané el primer lugar –Murmuró desanimado, Thomas palmoteó su espalda y estaba a punto de abrazarlo pero Jeff lo paro y le mostró una medalla con una sonrisa de lado a lado de su rostro –Pero gané el segundo! –Dijo.

-Wow! –Dijo el castaño sorprendido por la hermosa medalla –Felicitaciones Jeff! –Dijo Thomas y abrazó con todas sus fuerzas a su amigo. Al parecer Thomas necesitaba cariño ahora.

Bad Boy (Newtmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora