Bad Boy (Newtmas)

14-.Newt

Llegaron a una calle poco transitada, los edificios eran altos y orgullosos de su tamaño, y se podía notar la calidad de vida que existía ahí, muy diferente a la de Thomas. En las calles de afuera del departamento del moreno no había mucha iluminación y los robos ocurrían por montones, generalmente había mujeres en las noches en cada esquina y a veces el olor a basura pasaba por toda la cuadra, pero acá… Era diferente.

Thomas sabía que el padre de Newt era rico, pero no tenía ni la menor idea que era… asquerosamente rico. O por lo menos, eso es lo que uno piensa al llegar a un barrio tan diferente al basurero en el que uno ha vivido.

Newt y Thomas se bajaron del taxi, caminaron unas cuadras adelante y llegaron a otro alto edificio, las puertas del despacho eran de un color de oro, había un hombre de avanzada edad sentado en la entrada.

-Buenas noches, señor Newt–Dijo este al rubio, el lo miró y le sonrió levemente. Era extraño para Thom ver a Newt comportarse de una manera tan natural, generalmente el rostro de Newt no cambiaba de su estado de desinteresado con el mundo a menos que no fuera con sus amigos.

-Buenas noches señor Marcus.–Thomas inclinó levemente la cabeza para saludar al conserje y este hiso lo mismo pero solo con su cabeza, el señor hizo una sonrisa y miró a Newt nuevamente.

-Alguien nuevo, me alegro mucho. Newt no trae a mucha gente en realidad. –Dijo mirando por último a Thomas, este con los ojos abiertos de par en par, el moreno siempre pensó que el rubio era un soltero hormonal desenfrenado y traía a cualquier persona a su hogar para tirárselo una o dos veces y después echarlo como cual prostituta, pero al parecer, la imagen que tenía de Newt en ese ámbito, cambio, y por primera vez, para bien.

-Adiós Marcus. –Dijo el rubio, algo molesto con el comentario del viejo señor, llevándose a un sorprendido Thom del brazo, y este viendo su al conserje sonreír de oreja a oreja.

Estaban en el ascensor de espejos, Thomas estaba maravillado con el espacio que existía ahí, era como el baño de su casa. Era muy espacioso para ser un ascensor normal. El cuerpo de Newt se reflejaba por mil duplicas en cada reflejo, y a Thomas le encantaba. El rubio apretó el botón del piso 27 y las puertas se cerraron. Thomas estaba nervioso, su corazón palpitaba, y no sabía porque, tal ves era por que estaba entrando cada vez más a la vida de Newt, tal vez era porque iba a conocer algo muy especial para una persona, que es el hogar, tal vez porque el olor de Newt estaba por todo el elevador y le entraba a las fosas nasales como proyectiles, esa escancia que le encantaba oler, que le encantaría poder tenerlo por siempre a su lado y recordar a Newt en cualquier lugar. Aha…  Como le gustaría estar en los brazos de Newt ahora mismo.

La visión de Thomas estaba pegada en su yeso del brazo izquierdo, leyendo una y otra vez lo que le habían escribido Gally, Ben y Aris, tratando de que el tiempo pasara rápido, ya que no podía estar tanto rato con Newt encerrado en un lugar, nada bueno saldría de eso.

-Mi conserje es así –Dijo Newt, rompiendo el silencio que se obstruía solo por el sonido del ascensor subiendo el departamento, piso por piso. Thomas levantó la visión y vio al guapo rubio con su chaqueta de cuero negro y su pelo desordenado, inclinado en los espejos del elevador, se Thomas absolutamente delicioso. Hae no podía controlar sus hormonas por mucho tiempo. –Habla demasiado, pero… todo el mundo lo quiere acá. –terminó con una sonrisa, leve, pero existente. Y eso no pasó desapercibido por el moreno.

-Y tú… ¿lo quieres? –Preguntó, mordiéndose el labio para esconder su sonrisa, era extraño ver a Newt abriéndose de esa forma, por lo menos, con Thomas no lo hacía mucho, y este amaba los momentos en que el rubio se comportaba así, tan… normal.

-Yo… -dijo este, omitiendo lo que seguía de la oración con un “ommm” entre sus labios y el ceño fruncido – Nunca lo había pensado en realidad –Siguió – Yo creo que… si… o por lo menos… me pondría triste si me llegó a enterar que algo malo le paso, eso es querer ¿no? –Respondió Newt.